El edil colorado Ignacio Garateguy expuso, en la última sesión de la Junta Departamental, sobre “la degradación sostenida” de la cuenca del arroyo Tarariras –que desemboca en Playa Verde (Piriápolis)– debido a la falta de obras en saneamiento, el vertido de “efluentes parcialmente tratados” por la planta de OSE ubicada en Pan de Azúcar y la actividad ganadera, entre otros factores, que generan “nutrientes y patógenos” en el agua y “ponen en riesgo la salud pública”.

Si bien destacó como “ejemplar” el monitoreo participativo que realizan vecinos junto con expertos del Centro Universitario Regional Este (CURE), Garateguy entiende que “se requiere acción de las autoridades para revertir la situación”. “La sociedad civil de Maldonado ha dado una lección de compromiso con el cuidado del ambiente, hay más de 36 organizaciones en la Red Ambiental de Piriápolis que trabajan en la protección de ecosistemas costeros y serranos, pero llega hasta un punto”, advirtió.

A su juicio, la Intendencia de Maldonado y la Junta Departamental “deben ponerse firmes y exigir a OSE que adopte medidas urgentes para garantizar la calidad del agua y la salud pública, promoviendo la cuenca del Tarariras como área de patrimonio cultural y arqueológico”, dijo. También reclamó al gobierno departamental que apoye el monitoreo participativo con recursos y técnicos, y que desarrolle campañas de sensibilización y participación comunitaria “para construir prácticas responsables”.

Garateguy remarcó, además, que para “lograr un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del ambiente” se requiere una planificación territorial seria que limite la expansión urbana en zonas frágiles y la ejecución de obras de saneamiento, considerando que la Zona Oeste del departamento quedó excluida del paquete de obras estratégicas que forman parte del fideicomiso de OSE.