Ubicada en la emblemática urbanización diseñada por Antonio Bonet en Punta Ballena, la casa que perteneció a la actriz y directora española Margarita Xirgu durante su exilio en Uruguay fue construida en 1957 por el estudio de los arquitectos Guillermo Jones Odriozola y Francisco Villegas Berro. A los efectos de su evaluación como monumento histórico nacional, la Unión Vecinal de Punta Ballena (UVPB) remitió a la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN) una nota en la que recoge un planteo realizado por la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República en 2015.
Aquel año, en el marco de un convenio con la CPCN, hubo un relevamiento del “gran patrimonio moderno, edilicio y urbano del Uruguay” que incluyó la casa Xirgu. Sin embargo, la iniciativa de declararla monumento histórico nacional no prosperó “dada la cantidad y calidad de obras del listado”. En mayo pasado, la UVPB e Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) Uruguay integraron a otros actores civiles y particulares –que defienden los valores arquitectónicos, culturales, históricos y sociales de la residencia– para reiterar la iniciativa de hace una década.
En la petición, a la que accedió la diaria, las organizaciones destacan que se trata de “una pieza ejemplar que requiere ser protegida lo antes posible”, ya que muestra signos de un “progresivo deterioro”. No sólo describen las particularidades arquitectónicas de la residencia, sino también rasgos inmateriales vinculados con la vida política, cultural y social que albergaron sus paredes.
“Significativo” valor cultural, histórico y patrimonial
La casa Xirgu se mantiene con mínimas modificaciones respecto a su situación original, “lo cual es un gran valor, considerando un contexto donde muchas edificaciones de esa época han desaparecido o han sufrido múltiples deformaciones que les han quitado su esencia”, observan las organizaciones, por un lado. Por otro, indican que sus rasgos inmateriales la convierten en “una pieza extremadamente singular que es necesario preservar y proteger”.
Allí vivió Xirgu durante sus últimos años de exilio; fue su escenario cotidiano durante 12 años, desde que renunció a la dirección de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo hasta su fallecimiento, en 1969. “En ese período la casa fue centro de reunión de muchos exiliados españoles que recalaron en nuestras costas”, como los escritores Rafael Alberti y María Teresa, y también de intelectuales locales de la época.
Políticos, médicos, dramaturgos, escenógrafos y pintores, entre otros, hicieron de la casa un punto de encuentro e intercambios en un particular contexto histórico y la cargaron de significados. “La diversidad de vivencias permitió tejer redes y estrechar vínculos que impactaron en esferas más amplias en los ámbitos culturales, artísticos y sociales”, enfatiza la petición, para recordar que el trabajo de Xirgu marcó “el nacimiento y el desarrollo del teatro moderno a nivel nacional y de una generación de actores”.
“Su indiscutible figura nos sigue convocando hasta el día de hoy, y por eso solicitamos que la que fue su casa, donde en un momento eligió quedarse en vez de volver a España, cuando tuvo la oportunidad, sea resguardada para preservar su legado y amplificar la proyección de una mujer que fue pionera en su época”, detalla la nota.
Protegerla con el sueño de que se abra al público
La presidenta de la UVPB, Gabriela Asuaga, dijo a la diaria que la declaración de monumento histórico nacional implica asegurarse la protección de la casa, ya que está ubicada en una zona de desarrollo comercial importante, a la altura de la Ancap de Solanas, entre la ruta y la playa. Agregó que los actuales dueños no participaron en la petición, por lo cual es importante garantizar el futuro de la construcción.
La declaratoria implica que no se pueden hacer cambios a la residencia sin consultar a la Comisión del Patrimonio. En cuanto a los fondos para su mantenimiento, “se entiende que la comisión los tiene, aunque no son suficientes para gestionar todo su patrimonio”. “El camino que pensamos es primero declararla patrimonio, por lo menos para salvarla. Luego, abrir diálogos con los dueños actuales; lo ideal sería que lo comprara alguien que valore el inmueble y que lo abriera para la gente. La última etapa de esa casa es muy emblemática, es Margarita en el exilio. Una casa construida especialmente para ella y su esposo, donde están sus muebles, sus enseres. Sería muy importante conservarlo”, concluyó.
Por otra parte, Asuaga recordó que la petición de declaratoria de la casa Xirgu como monumento histórico nacional se enmarca en un proyecto de activación territorial y patrimonial enfocado hacia la “puesta en valor de la urbanización original de Punta Ballena” y desarrollado desde 2018 por un grupo de vecinos en coordinación directa con la UVPB.
Este proyecto, que parte del interés por recuperar el patrimonio tangible e intangible del lugar, tiene el propósito de “bucear en la identidad del territorio y el conocimiento que tienen de él sus habitantes, y así descubrir los recuerdos y vivencias de su gente, entendiendo que, ‘sin memoria, no hay vínculo posible’”.
El dibujo habitado
Quienes deseen conocer más sobre la residencia que perteneció a Margarita Xirgu en Punta Ballena tendrán este sábado 21 la oportunidad de asistir a la presentación del libro El dibujo habitado, de la arquitecta Soledad Patiño Roquero.
La autora y la magíster Laura Pouso, directora de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo, se encontrarán a las 15.00 en la sala Don Antonio, del Arboretum Lussich.
El libro trata sobre las características arquitectónicas de la residencia y también sobre su incidencia en la historia y la cultura, desde la investigación académica. Es una versión ajustada de la tesis de maestría de Soledad Patiño, pero no está dirigido exclusivamente a arquitectos.
“Es un ensayo que gira en torno a un dibujo, hecho a mano, encontrado en un taller, de una casa, del cual no se tienen datos al inicio. Esto abre una serie de incógnitas y un camino de búsqueda guiado por los dos personajes que habitan la casa dibujada y que en un punto permiten revelar que la casa es la de Margarita Xirgu en Punta Ballena, donde vivió luego de renunciar a la EMAD”, reseñó la autora.