Entre 2016 y 2020, más de 35.000 niños y adolescentes de hasta 19 años fueron asesinados en Brasil y 179.000 fueron víctima de abuso sexual. Esto significa que a diario matan a 19 menores de edad y al menos 123 son abusados, según un estudio elaborado por el Foro Brasileño de Seguridad Pública en conjunto con Unicef.

El informe es considerado una “estimación conservadora” por los analistas, ya que no existe un registro de estos datos a nivel nacional y los responsables de la investigación tuvieron que solicitar la información a cada uno de los 26 estados brasileños, que en muchos casos entregaban la información de manera incompleta.

En declaraciones a Folha de São Paulo, el director de Monitoreo y Evaluación de Unicef Brasil, Danilo Moura, sostuvo que llama la atención que, pese a que consideran que hay un subregistro de los datos, “hemos identificado esta cifra muy alta, que muestra una prevalencia de la violencia en la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes”.

Según el estudio, las víctimas de hasta nueve años suelen encontrar a su homicida en el hogar, con el uso de arma blanca y las agresiones físicas como principales causas de muerte, mientras que a partir de los diez años se potencian los asesinatos producto de la violencia en las calles, con 85% de menores de edad en esa franja que mueren por armas de fuego y 10% como consecuencia del accionar policial.

“Tendemos a ver la violencia doméstica como un fenómeno relacionado con la intimidad de pareja, con esta mujer que sufre violencia por parte de su pareja, pero hay que recordar que la violencia intrafamiliar también afecta a los niños ”, señaló al mismo medio la investigadora Samira Bueno.

Los datos del informe muestran que a partir de 2017 cayó el número de asesinatos, pero en 2020, probablemente a causa de la pandemia del coronavirus, se estabilizaron. En este sentido, el Foro considera la hipótesis de que 2016 y 2017 fueron años de mucho conflicto entre bandas criminales, con un historial de homicidios que creció a todo nivel en el país. Otra explicación es la adopción de políticas de seguridad pública más consistentes por parte de algunos estados.

De todos modos, los integrantes de la investigación se mostraron preocupados porque el único grupo etario en el que los homicidios aumentaron de 2016 a 2020 fue el de cero a cuatro años de edad, con un crecimiento de 27% en ese lapso. Los expertos señalan que la facilitación del acceso a armas de fuego en los últimos años, a partir de la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia, puede ser un factor que explique esto.

Respecto de la ubicación geográfica de la violencia, la mayor parte de los asesinatos de menores de edad están concentrados en el norte y nordeste de Brasil, particularmente en Ceará, Acre y Pernambuco.

Abusos

Respecto de los números de abuso sexual en Brasil, el estudio señala que 80% de las víctimas son niñas y adolescentes de diez a 14 años. En 86% de los casos el agresor es un miembro de la familia o cercano a ella.

También se detectó un aumento de dos puntos porcentuales de 2019 a 2020 en los abusos sexuales cometidos contra menores de cinco años, de 24% a 26%. “El año 2020 fue un período muy difícil para la protección de los niños pequeños. Quizás hubo un aumento real, pero se asoció con un cambio en el contexto de la pandemia, en el que se agravaron los factores de riesgo de violencia sexual”, señalaron los investigadores.