Ante una sala llena de gente, el juez Timothy Holroyde anunció que el Tribunal de Apelación de Londres admitió un recurso presentado por Estados Unidos contra un fallo que denegó la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Esta decisión deja a Assange más cerca de ser extraditado.
El tribunal concluyó que Assange cuenta con suficientes garantías en Estados Unidos para recibir un trato que permita proteger su salud mental. El fallo anterior, de la jueza de primera instancia Vanessa Baraitser, había denegado la extradición por considerar que existía riesgo de suicidio.
Para el tribunal, Baraitser debió informar sobre esa decisión al sistema de justicia estadounidense para que pudiera informar qué garantías puede brindar a Assange, tal como lo hizo después de la apelación.
La Fiscalía de Estados Unidos garantizó que el fundador de WikiLeaks no será sometido a “medidas administrativas especiales” que le impidan recibir visitas o correspondencia, y que tampoco ingresaría a la cárcel ADX Florences, de altísima seguridad. También aseguró que Assange recibiría tratamiento psicológico y podría cumplir su condena en su país, Australia, en caso de que se lo encontrara culpable. Para el tribunal británico, esas garantías “son suficientes”.
El fundador de WikiLeaks enfrenta 18 cargos. Está acusado, entre otros delitos, de hackear bases de datos del ejército estadounidense y después publicar en WikiLeaks información secreta sobre las guerras de Afganistán e Irak.
En esta etapa el caso volverá a la jueza Baraitser, que deberá remitirlo al Ministerio del Interior para que ordene la extradición. Sin embargo, la defensa puede apelar esta decisión, y el expediente podría llegar hasta la Corte Suprema británica. Los abogados de Assange argumentan que las acusaciones tienen motivaciones políticas y su defendido podría enfrentar hasta 175 años de cárcel.
Mientras tanto, según definió este viernes el tribunal, Assange seguirá detenido en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, donde se encuentra desde abril de 2019.