“La emoción que he sentido al atravesar la Plaza de la Constitución y entrar a este Palacio de La Moneda es profunda, y necesito existencialmente compartirla con ustedes”, dijo Gabriel Boric en su primer discurso como presidente de Chile, dirigiéndose a la multitud que se reunió en la plaza para escucharlo hablar desde el balcón de la sede de gobierno. “Son parte protagónica de este proceso [...] no estaríamos aquí sin las movilizaciones de ustedes”, agregó, en la que sería la primera de varias referencias al estallido social de 2019 y al movimiento estudiantil que lideró junto a varios de los que hoy integran su gabinete.

“No llegamos aquí sólo para llenar cargos y solazarnos entre nosotros [...] llegamos aquí para entregarnos en cuerpo y alma al compromiso de hacer mejor la vida de nuestra patria”, consignó el mandatario. A continuación, mencionó las “caras” que vio en sus recorridas por Chile y varios de los temas que preocupan a los chilenos, y en particular a su electorado: la administración de las pensiones, hoy en manos de privados; el sistema de salud, cuyas debilidades quedaron particularmente expuestas en la pandemia; el agua, cuya privatización es motivo de reclamos; los detenidos desaparecidos durante la dictadura, “que no dejaremos de buscar”; la situación de las disidencias y diversidades de género, “que han sido discriminadas y excluidas durante tanto tiempo”; los pueblos originarios, “despojados de su tierra, pero nunca, nunca, de su historia”; la clase media “acogotada” por la situación económica. “Con ustedes es nuestro compromiso”, remató.

Gabriel Boric, luego de asumir la presidencia de Chile.

Gabriel Boric, luego de asumir la presidencia de Chile.

Foto: Martín Bernetti, AFP

“Iniciar mi mandato es hacernos parte de una historia que nos excede a todos y, al mismo tiempo, le da forma, sentido y dirección a nuestra mirada”, subrayó Boric, para luego enumerar los avances de los últimos años, como la expansión de la educación pública, los derechos de las mujeres y las disidencias, la democratización del país y el reconocimiento de los derechos sociales. Y volvió a hacer referencia a la dictadura: “Aquí se escuchan los ecos de quienes anónimamente se han levantado contra la opresión, defendiendo los derechos humanos, exigiendo verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición”. “Estas paredes también han sido testigo del horror de un pasado de violencia y opresión que no hemos olvidado y no olvidaremos. Por donde hablamos hoy, ayer entraban cohetes, y eso nunca más se puede volver a repetir en nuestra historia”, agregó.

El recién asumido presidente de Chile señaló en varias ocasiones que el camino de los cambios no será sencillo. “No va a ser este gobierno el fin de esa marcha, vamos a seguir andando, y el camino sin duda va a ser largo y difícil”, dijo en un momento. “Vamos a vivir tiempos desafiantes y tremendamente complejos. Enfrentaremos crisis externas e internas, cometeremos errores, y esos errores los deberemos de enmendar con humildad”, añadió en otro tramo de su discurso.

En este sentido, Boric dijo que será un gobierno que estará en contacto estrecho con la gente y los territorios y que va a dialogar con la ciudadanía “para que sea parte también de las soluciones”. “Esto requiere cambiar [y que] la relación con las autoridades no sea de consumidores, que trabajemos juntos, que sean ciudadanos, que este sea el gobierno del pueblo”, pidió. “Hoy estamos acá, pero no nos olvidamos de dónde venimos, venimos de las movilizaciones y no vamos solos, sino con todos ustedes. Es esencial que se hagan parte de este proceso, porque no podemos hacerlo solos”, añadió.

Gabriel Boric, a la salida del Congreso, después de la ceremonia de investidura, el 11 de marzo, en Valparaíso, Chile.

Gabriel Boric, a la salida del Congreso, después de la ceremonia de investidura, el 11 de marzo, en Valparaíso, Chile.

Foto: Claudio Reyes, AFP

Delincuencia, migración, mapuches y Convención Constitucional

Boric también se refirió a algunos de los temas que, según las encuestas, preocupan más a los chilenos: la seguridad, los flujos migratorios en el norte del país, el conflicto en el sur y los avances de la Convención Constitucional.

“Vamos a enfrentar el problema de la delincuencia, enfrentando la desigualdad social, que es su origen, y también con una reforma de las policías que asegure su presencia en los lugares donde más se necesita y que aumente la efectividad de las investigaciones”, prometió el presidente.

“Enfrentaremos grandes desafíos en el norte y en el sur”, añadió Boric. Sobre los primeros, dijo que Chile va “a retomar el control de las fronteras” y va a trabajar con los países “hermanos” para regular los flujos migratorios; a su vez, pidió no olvidar que los migrantes “son seres humanos, por favor”. Sobre el sur, señaló que existe “un problema”, pero rechazó denominaciones como “la pacificación de La Araucanía” o “conflicto mapuche”: “Es un conflicto entre el Estado chileno y un pueblo que tiene derecho a existir” y que ha sufrido “décadas de abuso y despojo”; “trabajaremos para reconstruir la confianza [...] tenemos que volver a encontrarnos”, anunció.

Simpatizante de Gabriel Boric afuera del Palacio Presidencial de Cerro Castillo en Viña del Mar, previo a la ceremonia de asunción del presidente chileno.

Simpatizante de Gabriel Boric afuera del Palacio Presidencial de Cerro Castillo en Viña del Mar, previo a la ceremonia de asunción del presidente chileno.

Foto: Santiago Mazzarovich

“En este primer año de gobierno nos proponemos acompañar de manera entusiasta nuestro proceso constituyente, por el que tanto hemos luchado”, dijo Boric. “Necesitamos una Constitución que nos una, que sintamos como propia, que ‒a diferencia de la que fue impuesta a sangre, fuego y fraude durante la dictadura‒ nazca en democracia, de manera paritaria, con participación de los pueblos indígenas”, subrayó. También pidió que unos y otros se escuchen: “Nos lo digo a nosotros mismos también: escuchemos de buena fe, sin caricaturas, para que el plebiscito de salida sea un punto de encuentro y no de división”

La referencia a Allende

“Asumo con humildad, con conciencia de las dificultades del mandato que me han confiado. Sólo en la construcción colectiva de una sociedad más digna podremos fundar una vida mejor para todos y todas”, dijo Boric sobre el cierre de su discurso, en el que también pidió diálogo, democracia y colaboración y rechazó la exclusión. “Sé que en cuatro años el pueblo de Chile nos juzgará por nuestras obras y no por nuestras palabras [...] hoy era necesario hablar, mañana, todos juntos a trabajar”, llamó.

Boric concluyó su discurso mencionando y parafraseando a Salvador Allende, generando la última ola de grandes aplausos de la plaza colmada: “Como pronosticara hace casi 50 años Salvador Allende: estamos de nuevo, compatriotas, abriendo las grandes alamedas por donde pasen el hombre y la mujer libre para construir una sociedad mejor. Seguimos. ¡Viva Chile!”.

Relaciones internacionales

Boric también hizo referencia a la relación con los demás países de América Latina y a la invasión de Rusia a Ucrania.

“Basta de mirar con distancia a nuestros países vecinos: somos profundamente latinoamericanos”, reclamó, antes de prometer “esfuerzos para que la voz del sur se vuelva a escuchar firme en un mundo cambiante” y para desarrollar un trabajo “en conjunto con los pueblos hermanos”. “Nunca más miraremos en menos, con desconfianza; trabajemos juntos para salir adelante juntos”, pidió.

En una referencia indirecta a la invasión de Rusia a Ucrania (y después de que la ahora coalición de gobierno fuera cuestionada por su posición con respecto a Venezuela o Cuba, entre otros), aseguró que “Chile promoverá siempre el respeto de los derechos humanos, en todo lugar y sin importar el color del gobierno que los vulnere”.

Centro de Santiago durante la asunción de Gabriel Boric, como presidente de Chile.

Centro de Santiago durante la asunción de Gabriel Boric, como presidente de Chile.

Foto: Santiago Mazzarovich

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