El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoció este martes que sus fuerzas están sufriendo “pérdidas dolorosas” en su defensa de la ciudad de Severodonetsk y de la vecina Lisichansk, donde los ataques rusos son cada vez más intensos para lograr el control total de la región del Donbás, que está conformada por los óblats de Donetsk y Lugansk.

De acuerdo a lo que consignó el diario inglés The Guardian, en su mensaje nocturno emitido desde Kiev, Zelenski dijo que en estas horas “las batallas más duras se están librando en Severodonetsk y otros pueblos y comunidades cercanas. Las pérdidas, lamentablemente, son dolorosas. Pero tenemos que resistir con fuerza. Aguantar allí en el Donbás es crucial, porque es la clave para decidir quién dominará en las próximas semanas”.

La realidad inequívoca marca que el ataque ruso es imparable para los ucranianos. Desde esa posición de claro dominio, las fuerzas de Moscú llamaron a las fuerzas ucranianas que están refugiadas en la planta química Azot de Severodonetsk a deponer las armas, poniendo como límite de tiempo la mañana de este miércoles. Los combatientes deben “detener su resistencia sin sentido y deponer las armas”, dijo a la agencia de noticias Interfax Mijail Mizintsev, quien es el jefe del centro de gestión de defensa nacional ruso.

Paralelamente, autoridades rusas dijeron que este miércoles establecerán corredores humanitarios para que los civiles que están atrapados en la ciudad devastada por los combates puedan salir de ella.

Más allá de los durísimos combates en el Donbás, también hay fuertes combates en las cercanías de la ciudad de Járkov, la segunda más grande de Ucrania, situada en el noreste del país, muy cerca de la frontera con Rusia y también en Jersón, en el sur, localidad que desde hace largas semanas está bajo control de Moscú.

“Nuestro objetivo principal es liberar a Jersón”, expresó Zelenski en su mensaje del martes, en el que además volvió a pedir armamento a las potencias occidentales. Según informaron las agencias AFP y Reuters, el mandatario ucraniano reclamó el envío a su país de armas antimisiles modernas, declarando que “no hay justificación” para que los países socios se demoren en hacerlo.

Palabras desde el Vaticano y la triangulación del petróleo

El papa Francisco declaró el martes, en el marco de una reunión con periodistas, que con la guerra en Ucrania “ya se declaró la Tercera Guerra Mundial”. Además, y siguiendo una línea de opinión bastante extendida, el religioso argentino consideró que la invasión rusa fue “provocada” para vender armamento y que no se debería reducir el conflicto a una lucha entre “el bien y el mal”.

Según expresó Jorge Bergoglio a los medios de prensa, el origen de la guerra en Ucrania “fue quizás, de alguna manera, provocado o no impedido” y, en su opinión, existen “intereses globales, de prueba y venta de armamento y de apropiación geopolítica”, algo que calificó de “muy triste” y que está “martirizando” al pueblo ucraniano, del que destacó su valentía.

Si bien el Papa no defendió en lo más mínimo la actitud de Rusia en el conflicto, dijo que esta guerra no es un enfrentamiento entre buenos y malos, y realizó un llamamiento a la reflexión a nivel mundial. “Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados”, aseguró Francisco, “estoy en contra de reducir la complejidad a la distinción entre el bien y el mal, sin pensar en las raíces y los intereses, que son muy complejos”, agregó.

Mientras en Europa está a punto de comenzar el verano y la cuestión de la dependencia energética rusa es menor, el tema no deja de ser un motivo de preocupación en mayor o menor medida para los países que integran la Unión Europea (UE).

Este martes, la empresa rusa Gazprom anunció que reducirá en 40% las entregas diarias de gas a Alemania a través del gasoducto Nord Stream, después de que el grupo alemán Siemens no entregara componentes necesarios para su funcionamiento.

También en relación a la guerra y sus consecuencias sobre los insumos energéticos, Europa está pagando el petróleo cada vez más caro como consecuencia directa del sexto paquete de sanciones impuesto por la UE a Rusia. De acuerdo a un informe elaborado por el banco de inversión global de origen canadiense RBC Capital Markets, India está comprando enormes cantidades de petróleo crudo ruso. El estado asiático pasó de adquirir 90.000 barriles diarios a 600.000, y luego de refinarlo en su país, lo revende a un precio mucho más elevado a los países europeos. Según el informe de la entidad financiera, “India se está convirtiendo en el centro de refinación de facto para Europa”.