Un día después de la visita a Taiwán de la titular de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, China inició maniobras militares con fuego real en torno a la isla.
Este despliegue militar, que continuará hasta el domingo, causó el cierre del espacio aéreo y marítimo en seis zonas cercanas a Taiwán y afectó a más de 900 vuelos comerciales que debieron cambiar su ruta. Las maniobras incluyeron prácticas de tiro con misiles de largo alcance y otros convencionales, que según el Ejército chino “dieron en el blanco con precisión”, informó la agencia de noticias Efe. El ministerio de Defensa de Taiwán condenó estas maniobras por “perturbar la paz en la región” y denunció que 27 aviones militares chinos ingresaron a lo que la isla considera su Zona de Identificación de Defensa Aérea. En respuesta, Taiwán emitió advertencias y desplegó sistemas de defensa.
A su vez, Japón afirmó que cinco misiles disparados por China cayeron en su Zona Económica Especial, en aguas cercanas a la isla de Hateruma. Por ese motivo, el gobierno japonés presentó una protesta diplomática ante Pekín. “Es un incidente muy grave que afecta a la seguridad de nuestro territorio y de nuestra población”, dijo el ministro de Defensa japonés, Nobuo Kishi.
Las maniobras militares chinas causaron diversas reacciones en el exterior. Una fue la de Rusia, que las defendió. “Las tensiones en torno a Taiwán fueron provocadas artificialmente. Comprendemos perfectamente por quién: la visita de Nancy Pelosi fue una provocación totalmente innecesaria. Respecto de las maniobras, son un derecho soberano de China”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
A su vez, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, manifestó: “Espero que Pekín no fabrique una crisis o busque un pretexto para incrementar su agresiva actividad militar”. El funcionario de mayor rango de la administración que encabeza Joe Biden dijo que su país está interesado en “mantener la paz y la estabilidad” en el estrecho de Taiwán y que una escalada “no beneficia a nadie, incluidos los miembros de la Asean [Asociación de Naciones del Sudeste Asiático] e incluida China”. Blinken hizo estas declaraciones en Camboya, al comenzar un encuentro con representantes de la Asean, entidad que, además de Camboya, integran Tailandia, Filipinas, Brunéi, Malasia, Indonesia, Myanmar, Laos, Vietnam y Singapur.
El secretario de Estado insistió con que la posición de Estados Unidos frente a Taiwán no cambió y advirtió que una creciente tensión puede “tener consecuencias no buscadas que no interesan a nadie”. Si bien Estados Unidos no tiene oficialmente relaciones diplomáticas con Taiwán, sí suministra armas al ejército de la isla, a la que China considera una provincia rebelde y a la que Pelosi transmitió su respaldo.
También el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se refirió a la escalada y dijo este jueves que “no hay justificación para usar una visita como pretexto para una actividad militar agresiva en el estrecho de Taiwán”. El diplomático español agregó que “es normal y rutinario que los legisladores de nuestros países viajen internacionalmente”.
Por su parte, el portugués António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas está siguiendo “de cerca y con preocupación” lo que ocurre en el estrecho de Taiwán y la supuesta caída de los misiles cerca de Japón, según informó su portavoz, Stéphane Dujarric.
A su vez, la Asean manifestó en un comunicado su preocupación por “la volatilidad internacional y regional” y advirtió que “los acontecimientos recientes en una zona cercana a la región Asean podrían desestabilizarla y eventualmente llevar a un error de cálculo, un enfrentamiento grave, conflictos abiertos y consecuencias impredecibles”.