Antes de que comenzara la veda electoral en Argentina, cuando los candidatos cerraban el jueves sus campañas, organizaciones de abuelas, madres e hijos de detenidos desaparecidos hicieron sus propios actos. Sus integrantes, identificados con un pañuelo blanco, se reunieron en cuatro puntos de Buenos Aires para hablar con la gente y “defender la memoria y la democracia” ante unas elecciones que consideran cruciales.
Esa movilización siguió a una campaña electoral en la que uno de los candidatos a la presidencia, Javier Milei, se ha referido a la dictadura con un discurso similar al de los represores. A su vez, su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, defendió a personas que están presas por violaciones a los derechos humanos y calificó de “personaje siniestro” a Estela de Carlotto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Las advertencias sobre el impacto que puede tener un triunfo de Milei y la aplicación de sus propuestas marcaron esta campaña. Su oponente, el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, alertó contra medidas como la de cortar relaciones con Brasil y China, las promesas de dolarización o la negación del cambio climático y de la brecha salarial entre hombres y mujeres.
También figuras públicas de diferentes ámbitos –científicos, actores, defensores del medioambiente– han advertido públicamente contra la política de recortes que propone el candidato de La Libertad Avanza, y las dificultades que puede crear en el acceso a la salud y la educación, que para Milei deberían ser pagas. Incluso los clubes de fútbol –desde Boca y River hasta otros barriales– se manifestaron en contra de su posición favorable a transformarlos en sociedades anónimas.
Muchas otras propuestas, como la de legalizar la venta de órganos o el porte de armas, fueron descartadas por Milei a lo largo de una campaña en la que también intentó dejar atrás sus momentos de furia en televisión y las frases incendiarias como “Zurdos hijos de puta, tiemblen; la libertad avanza”.
Del mismo modo que acusa a sus oponentes políticos de haber orquestado “un coro de tos” para desconcentrarlo durante el debate presidencial del domingo, Milei afirma que es víctima de una campaña de miedo. “¿De qué riesgo me hablan, de qué salto al vacío si estamos yendo al infierno?”, dijo en su cierre de campaña.
También hace advertencias a sus votantes y les presenta a los políticos como un enemigo. Les recuerda que Massa es el ministro de Economía de un país con la inflación disparada y altos porcentajes de pobreza, y afirma que su oponente representa una “casta” política que busca beneficiarse a sí misma y perpetuarse en el poder para conseguir privilegios. A su vez, se presenta como la única opción para sacar al país del proceso inflacionario en el que se encuentra.
Durante el debate del domingo, acusó a Massa de ser “parte del gobierno más ladrón” que tuvo Argentina. En respuesta, el candidato de Unión por la Patria lo desafió: “Si tenés pruebas de algún delito que haya cometido, el lunes te espero en Tribunales”.
Entre temores
“¿Quién le produce más miedo?”, preguntó una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) sobre la segunda vuelta presidencial del domingo. La mitad de los encuestados, 49,4%, respondieron que Milei y una cantidad sólo un poco menor, 44,3%, dijo Massa. Fue una minoría la que respondió que ninguno de los dos la asusta.
Según el sondeo, los argentinos consideran que el actual ministro de Economía está más preparado para gobernar (46,7% a 42,9%), tiene más capacidad de diálogo y negociación (53% a 36,6%) y es más cercano a la gente común (47,9% a 35,9%). Pero creen que Milei es más capaz de resolver los problemas de precios e inflación (45,9% a 39,7%).
Cuando se les preguntó a quién van a votar, las distancias se acortaron: 46,7% respondió que apoyará a Massa, 45,3% a Milei y 8% no contestó o dijo que votaría en blanco o anulado.
Varios sondeos publicados la semana pasada llegan a conclusiones similares, que muestran un escenario de empate. Otros le dan una ventaja de pocos puntos al candidato de La Libertad Avanza. Por ejemplo, el estudio de Atlas Intel, que mide sólo votos válidos, concluye que Milei se impondría 52,1% a 47,9%. El de la Universidad de San Andrés, que contempla todos los votos, coincide en un triunfo del ultraderechista con 37% de apoyo frente a 31% de Massa. En esta encuesta 23% de los votantes no definió su apoyo a ninguno de los dos candidatos.
Está previsto que el domingo a partir de las 21.00 se conozcan los primeros datos del escrutinio provisorio. Si la votación de los dos candidatos es muy pareja, la espera será más larga, e incluso puede demorarse hasta conocer el escrutinio definitivo, que comienza 48 horas después de las elecciones.
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“No son lo mismo”
En la primera vuelta Massa reunió 36,7% de apoyo, mientras que Milei recibió 29,9%. Para la votación del domingo, los candidatos han intentado conseguir el respaldo de los votantes de Patricia Bullrich, Juan Schiaretti y Myriam Bregman, los postulantes a la presidencia que no llegaron al balotaje.
Si bien Bregman dijo que Massa y Milei “no son lo mismo”, no le manifestó su apoyo al candidato oficialista. El Partido de los Trabajadores Socialistas, que integra el Frente de Izquierda Unidad, por el que se postuló la candidata, llamó a “no votar” a Milei, pero señaló que esto no significa un respaldo “político ni electoral” a Massa.
Tampoco el peronista cordobés Schiaretti se pronunció a favor de un candidato. Su jefe de campaña, el exdiputado del Bloque Justicialista Diego Bossio, le declaró su apoyo a Massa, mientras que otro peronista opositor, el exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, dijo que no se imagina a Schiaretti votando a Milei. Sin embargo, el excandidato insiste en criticar la inflación, por la que responsabiliza al “ministro kirchnerista”, y no menciona al otro candidato.
En el caso de Bullrich, su apoyo a Milei fue explícito dos días después de la primera vuelta, al igual que el del expresidente Mauricio Macri. Esos respaldos causaron divisiones en su coalición, Juntos por el Cambio. Algunos sectores y dirigentes de la Unión Cívica Radical se pronunciaron a favor de Massa, mientras que varios integrantes de Propuesta Republicana, el partido que preside Bullrich y que fundó Macri, tomaron distancia del pacto con Milei y declararon su neutralidad. Así lo hicieron el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, la diputada María Eugenia Vidal. “Las dos opciones que tenemos son muy malas para los argentinos”, dijo Larreta, que calificó a Milei como “un salto al vacío”.
“No veo una gran mayoría del Pro que suscriba las ideas de extrema derecha de Milei, veo algunos que lo pueden hacer por conveniencia o veo a otros que lo apoyan porque creen que es el menos malo”, consideró Larreta.
La mano de Macri
En cambio, Bullrich y Macri se han puesto sobre los hombros la campaña de Milei y también garantizaron que el candidato contará con un equipo de fiscales electorales que se encarguen de controlar la votación.
El miércoles, en una entrevista en el canal La Nación+, el expresidente llamó a votar a Milei y se comprometió a ayudarlo “a que conduzca al país al cambio que nosotros necesitamos”. Dijo que si bien “no es todo perfecto lo que propone” y “hay cosas que no nos gustan”, si es electo presidente tendrá que negociar con el Congreso. “Todas esas cosas que a vos no te gustan no van a suceder, porque él no va a tener los votos, y sí [van a suceder] las que sí te gustan, de liberar la Argentina”, dijo.
La mano de Macri también puede verse en el apoyo que Milei recibió esta semana del Grupo Libertad y Democracia, una organización de expresidentes de derecha que él integra. En una declaración pública, el grupo acusó al kirchnerismo de “apañar a las dictaduras regionales de Cuba, Venezuela y Nicaragua” y de permitir “el ingreso de bandas narcocriminales que se han afincado” en Argentina. Afirmó que “Massa representa la continuidad de esta triste situación”.
Macri es uno de los firmantes del texto, junto a los expresidentes de Colombia Iván Duque y Andrés Pastrana, de Chile Sebastián Piñera, de España Mariano Rajoy, de México Felipe Calderón y Vicente Fox, y de Bolivia Jorge Quiroga y Jeanine Áñez (que está en prisión por su papel en el derrocamiento de Evo Morales).
También Massa ha recibido el apoyo de presidentes actuales y de otros que ya terminaron su mandato, como José Mujica. El presidente colombiano, Gustavo Petro, dijo en sus redes sociales que “en Argentina se decide no sólo el futuro de su pueblo sino la esperanza de América. Esperanza o barbarie deciden los argentinos”. Agregó que “Milei nos regresa a Pinochet y Videla”, mientras que “Massa puede abrir caminos de esperanza”.
Lula da Silva también mostró su respaldo al candidato oficialista aunque sin hacerlo explícito. Para Lula, Argentina y Brasil tienen que “crecer juntos” y “para eso es necesario tener a un presidente a quien le guste la democracia, que respete las instituciones, a quien le guste el Mercosur y América del Sur, y que piense en la creación de un bloque importante”.
Lejos de cumplir con esas condiciones, Milei promueve el fin del Mercosur y la ruptura de relaciones con China y Brasil, porque sus presidentes, Xi Jinping y Lula, “son comunistas”. Durante el último debate presidencial, insistió, por ejemplo, en que quedarán en manos de los privados las gestiones para venderles sus productos a esos países o conseguir otro comprador, pese a que Massa le insistió en que son los Estados los que acuerdan las condiciones para el comercio exterior.
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Voto y amenazas
“Milei 2023. Zurdos de mierda”, “Se les termina la joda, roñosos”, “Chau parásitos, progres y feminazis”, “Antro marxista”. Todas esas frases aparecieron pintadas esta semana en los muros de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, informó el diario Ámbito.
Esa no fue la única manifestación de violencia en esta campaña. El miércoles la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, presentó una denuncia penal después de haber sido amenazada en redes sociales y por mail por personas que defienden a Milei. “Pelotuda de mierda, se van a morir vos y el hijo de mil puta de Massa”, decía una de las amenazas, y continuaba: “El pueblo va a cobrar venganza de lo que nos hicieron”. Mensajes similares les llegaron a otros legisladores.
“A mí me tocó hace tres semanas”, dijo Massa el jueves. “Por orden de la jueza [María] Servini mi familia está con seguridad, por un tema de amenazas reiteradas”, agregó. Servini abrió una investigación a partir de una denuncia que presentó la esposa de Massa, la dirigente peronista Malena Galmarini, después de recibir amenazas y de que se difundieran en redes sociales datos personales y teléfonos celulares de ella y de sus hijos.
La Policía detuvo el viernes a una persona en Córdoba por estos hechos y se allanó una oficina comercial del centro de la capital de esa provincia. Un hombre que se identificó como el hermano del detenido dijo al canal 12 cordobés que su hermano sólo tuvo “palabras desafortunadas” y que “al parecer al gobierno no le gustó lo que dijo por redes sociales”.
Como Trump y Bolsonaro
La justicia electoral argentina advirtió que La Libertad Avanza entregó menos papeletas que el número que se exige a los partidos para la votación del domingo. Según Milei, en la primera vuelta del 22 de octubre “se destruyeron boletas en el cuarto oscuro”. Por eso su partido envió “pocas”. Dijo que de ese modo, “si van a destruir, que destruyan pocas”, y agregó que “después los fiscales [electorales de La Libertad Avanza] van y las reponen”.
En respuesta, la Junta Nacional Electoral dio plazo al partido de Milei hasta el mediodía de este sábado para que entregue la cantidad de papeletas requeridas. Las autoridades electorales manifestaron que si bien se prevé “un sistema de contingencia para el eventual faltante de boletas, esto no exime” a La Libertad Avanza “de las responsabilidades de su reposición y distribución”, y le advirtieron que la falta de papeletas de votación en las mesas electorales “será de su exclusiva responsabilidad”.
Antes de este incidente, Milei había puesto en duda los resultados de la primera vuelta y las garantías del proceso electoral en Argentina. Entrevistado por Jaime Bayly, y ante la pregunta de si las elecciones del 22 de octubre fueron limpias, Milei respondió que “no” y agregó que “hubo irregularidades de semejante tamaño que ponen en duda el resultado”. Frente a otra pregunta, dijo que el poder electoral en Argentina no es independiente, sino que “está muy influenciado por el poder político”. Cuando Bayly le preguntó cómo se puede aceptar entonces un resultado, Milei contestó: “No, no lo podés aceptar, pero el tema es qué otras alternativas tenés para jugar”.
El jueves, representantes de La Libertad Avanza, Santiago Viola y Karina Milei, hermana del candidato, presentaron un escrito ante la Justicia en el que afirmaron que funcionarios de la Gendarmería Nacional modificaron el contenido de urnas a cambio de “alguna contraprestación”. En respuesta, la Justicia los convocó el viernes como testigos para determinar si existieron irregularidades. Según informó la agencia Télam, sólo Viola se presentó, y después de declarar bajo juramento, reconoció ante la prensa que no aportaron pruebas, sino que “la presentación se efectuó en virtud de comentarios en redes sociales y algunas notas periodísticas”. Dijo también que no se trató de una denuncia sino de una “presentación” que se hizo para “que se extremen los recaudos en el traslado de urnas de cara a la segunda vuelta”.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) manifestó en su cuenta de Twitter que, “a pocos días de los comicios, resulta preocupante que sectores que participan de las elecciones pongan bajo sospecha al sistema electoral, sin presentar evidencias concretas de irregularidades”. Señaló que quienes lo hacen “imitan los reflejos autoritarios de las campañas” de los expresidentes Donald Trump, de Estados Unidos, y de Jair Bolsonaro, de Brasil, “que en sus países han desconocido los resultados electorales y generaron climas de violencia política”. La misma comparación hizo Massa.
El secretario de Actuación Electoral de la Cámara Nacional Electoral, Sebastián Schimmel, dijo a CNN que “es imposible alterar los votos una vez cerrado el proceso electoral” e insistió: “En nuestro país afortunadamente es imposible”. Schimmel recordó que ya hace 40 años que se recuperó la democracia en Argentina. Ese aniversario se cumple el 10 de diciembre, el día en que asumirá como presidente el ganador de las elecciones del domingo: Massa o Milei.