En el Día Internacional de la Mujer, y pocos días después de cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania, la organización Amnistía Internacional advirtió que en ese país las mujeres “se enfrentan a graves riesgos y soportan una carga adicional de responsabilidades de cuidado, así como inmensas penalidades y estrés en las zonas de guerra”.
“Una y otra vez, las mujeres sufren las peores consecuencias de la brutalidad de la guerra”, manifestó la organización en un comunicado firmado por su secretaria general, la francesa Agnès Callamard.
“Están permanentemente en primera línea del conflicto, como militares y combatientes, médicas y enfermeras, voluntarias, activistas por la paz, cuidadoras de sus comunidades y familias, desplazadas internas, refugiadas y, con demasiada frecuencia, víctimas y sobrevivientes”, agregó.
Amnistía Internacional señaló que, en el marco del conflicto bélico, “las mujeres corren mayor peligro de sufrir violencia sexual y de género y problemas graves de salud, y aun así están obligadas a tomar decisiones de vida o muerte por sus familias. Al mismo tiempo, las mujeres suelen ser excluidas de los procesos de toma de decisiones, y siguen sin satisfacerse sus necesidades y protegerse sus derechos”.
Según la organización, aunque también hay ucranianas que están combatiendo, “muy a menudo la responsabilidad del cuidado de los hijos y otros miembros de la familia recae de manera desproporcionada sobre las mujeres” y es “especialmente difícil” atender esas responsabilidades “en las peligrosas condiciones del conflicto”.
La organización recopiló testimonios de varias mujeres “que detallan el impacto de la invasión en su seguridad, salud y bienestar”. Uno de ellos es el de una habitante de la región de Donetsk a la que Amnistía Internacional identifica como Tamara para no dar a conocer su nombre verdadero. Tamara relató a la organización que tuvo que decidir entre huir a un lugar seguro con sus hijos o quedarse en una zona peligrosa donde residen sus padres, a quienes también tiene que cuidar. Finalmente optó por correr el riesgo y permanecer junto a sus padres, en condiciones muy precarias. “Tal vez hice mal. Pero tenía que cuidar de mis hijos y de mis padres ancianos en casa”, dijo.
Según Tamara, con la invasión rusa “todo cambió para peor”. “Los hombres han ido a la guerra, las mujeres se han quedado solas, muchas con hijos de corta edad a su cargo, sin ningún ingreso. No hay ayuda, ni material ni económica”, dijo. Por su parte, ONU Mujeres informaba hace un año que la guerra en Ucrania generó una crisis de cuidados y mencionaba “la falta de acceso a los servicios sociales, incluidas las escuelas”.
Otra mujer consultada por Amnistía Internacional e identificada como Maryna optó por huir de Donetsk con sus hijos. “Es muy duro. Estoy sola y tengo tres hijos. Nadie pensaba que llegaría la guerra. Fue un shock, y era terrorífico. Había intensos combates alrededor, y oíamos todo. Los aviones militares rusos volaban tan bajo que podíamos ver los ojos de los pilotos; eso impresionó mucho a los niños”, dijo a la organización. Amnistía Internacional manifestó que “la violencia de género se amplifica y agrava para quienes viven en las zonas afectadas por el conflicto por muchas razones, como la falta de seguridad, la ausencia o merma del Estado de derecho, el carácter generalizado de la impunidad para los perpetradores y la falta de confianza en las autoridades de ocupación”.
Una trabajadora humanitaria dijo a la organización que “el abuso sexual es un grave problema para las mujeres” y también para los niños. Manifestó que al trabajar en un gimnasio donde vivían unas 60 personas desplazadas vio también muchas señales de violencia doméstica. Según informó en febrero el Fondo de Población de Naciones Unidas, una de las consecuencias de la guerra es la violencia de género.
Por su parte, Olena Zelenska, la esposa del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, informó la semana pasada que la Fiscalía de su país había registrado 171 casos de violencia sexual cometida por soldados rusos, en la mayoría de los casos contra mujeres. Zelenska agregó: “Sabemos de estos casos porque estas personas encontraron las fuerzas suficientes para hablar. Cuánta gente sufre sin poder contarlo, sobre todo en los territorios ocupados, no lo sabemos”.
Según informó la agencia Efe, Iryna Didenko, fiscal encargada de investigar la violencia sexual como arma de guerra, dijo que hay un patrón en esa práctica: “Llegan las fuerzas de tierra y al segundo o tercer día comienzan las violaciones”.