Durante cerca de cinco horas el ministro de Seguridad argentino, Aníbal Fernández, estuvo este jueves en la comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Diputados, informando, entre otras cosas, sobre la decisión del gobierno que preside Alberto Fernández de enviar fuerzas federales y también militares a la ciudad de Rosario, donde la violencia desatada por las bandas de narcotraficantes llegó a un punto crítico.

En medio de un clima tenso, donde no faltaron los duros cruces con legisladores de la oposición, Aníbal Fernández defendió su gestión y si bien evitó dar detalles específicos sobre las acciones que se llevarán adelante en la ciudad santafesina, destacó los recursos que se le están dando a la provincia y específicamente a Rosario. Allí, desde hace varios años un entramado, en el que tiene un papel protagónico la policía local y provincial, generó un notorio aumento de la violencia perpetrada por las principales bandas de narcotraficantes que operan en la ciudad. Si bien muchos líderes de estas organizaciones delictivas están presos, es desde las cárceles donde siguen dirigiendo sus operaciones.

“El plan Rosario es un profundo trabajo superficial, pero dos tercios es por abajo, con la inteligencia criminal; pero no voy a contar los pormenores”, expresó Aníbal Fernández, quien detalló, según consignó eldiarioar.com, que el año pasado “más de la mitad de los recursos destinados a seguridad se enviaron a la provincia de Santa Fe y en su mayoría a la ciudad de Rosario”.

El martes el presidente argentino Alberto Fernández anunció el “refuerzo de fuerzas federales hasta alcanzar los 1.400 efectivos disponibles” para Rosario y la utilización del Ejército, a través de la compañía Ingenieros, para “la urbanización de los barrios populares”. El envío de fuerzas militares generó rechazos, pero por razones diferentes. Por ejemplo, la exministra de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, dijo que en Rosario “se precisan las fuerzas federales y el Ejército para impedir la libre circulación de narcos y sicarios. No es prioridad construir casas”. Otros criticaron la medida de mandar militares a la ciudad e incluso el propio Aníbal Fernández se distanció de esta medida.

“No estoy de acuerdo porque no entendí bien lo que van a hacer. Me gustaría mirarlo un poco más. Estoy viejo para arrugar y no decir las cosas como las siento. Si tengo que planteárselo al presidente, le diré cuál es mi visión”, declaró el ministro, informó TN.

Al respecto Fernández profundizó: “No soy antimilitar, soy hijo de un mecánico de la Fuerza Aérea argentina y siento respeto por el tema. Algunas decisiones no son lo suficientemente contundentes como para que sumen a la hora de ser escuchadas por el pueblo que espera respuestas”.

Por su parte el gobernador de Santa Fe, el peronista Omar Perotti, consideró que el envío de fuerzas federales por parte del gobierno nacional a Rosario para acentuar la lucha contra el narcotráfico es “una primera señal positiva” y expresó su deseo de que “la política en su conjunto suba el piso de discusión” para acordar cómo afrontar la situación.

“Es una primera señal positiva y ojalá sea una real toma de conciencia de que estas cosas no pueden pasar en Argentina, que no podemos permitirnos esta situación en nuestro territorio”, expresó Perotti.