En la Plaza de la Constitución, frente al Palacio de La Moneda, se celebró este lunes la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende y dio pie a la dictadura que comandó Augusto Pinochet, que se extendió hasta 1990.
El acto fue presidido por el presidente chileno, Gabriel Boric, que estuvo acompañado por la exmandataria Michelle Bachelet y por varios jefes de Estado de la región: el uruguayo Luis Lacalle Pou, el colombiano Gustavo Petro, el boliviano Luis Arce y el mexicano Andrés Manuel López Obrador, cuya presencia fue significativa, ya que es muy reacio a salir de su país. También estuvo entre los invitados el expresidente uruguayo José Mujica, quien de acuerdo a lo que informaron medios chilenos fue la figura extranjera más aplaudida por los asistentes al acto.
En el evento no estuvieron presentes el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ni el argentino, Alberto Fernández, porque participaron durante la semana en la cumbre del G20, que se celebró en India. De todas maneras, ambos realizaron publicaciones alusivas a la conmemoración en sus redes sociales.
La primera oradora en el acto celebrado en la mañana lluviosa santiaguina fue la senadora Isabel Allende, hija del exmandatario, y prima segunda de la escritora homónima. Visiblemente emocionada, la legisladora recordó que fue la última persona de su familia en ver con vida a su padre en La Moneda, antes de que se suicidara.
“El golpe fue un crimen y no hay contexto, ideología política, contingencia o razones que legitimen el despojo de la voluntad popular y de la dignidad humana, del horror. Hoy contamos con más evidencia que nunca de lo que ocurrió”, expresó Allende, quien dijo que su padre “encarnó la esperanza de millones de chilenos pobres”.
“La memoria es un primer paso para llegar a la verdad, pero necesitamos más para alcanzar la justicia, la reparación y asegurar la no repetición”, agregó Allende, quien luego de su breve discurso dio paso al presidente Boric (ver recuadro).
Luego de las palabras del mandatario, pasado el mediodía, el acto de conmemoración continuó con una serie de espectáculos artísticos, donde se realizó un homenaje al músico y cantautor Víctor Jara, asesinado por los militares en el estadio Chile el 16 de setiembre de 1973, cinco días después del golpe.
De acuerdo a lo que informó el portal El Desconcierto, el evento se cerró con la participación de Mon Laferte, quien cantó “Manifiesto”, uno de los temas más emblemáticos de Jara.
Antes del acto, la expresidenta Bachelet se había mostrado crítica con los políticos y sectores de la derecha que se opusieron a participar en el evento oficial en conmemoración del golpe de Estado.
“Creo que los partidos políticos de derecha no han estado a la altura de lo que hubiéramos querido todos: ponernos de acuerdo en ciertos conceptos básicos, como que los problemas de la democracia se corrigen con más democracia siempre”, expresó Bachelet, según lo recogido por el portal El Mostrador.
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Cruces en el Parlamento y homenaje a Pinochet
Mientras se realizaba el acto en el centro de Santiago, en el Parlamento, cuya sede está en la ciudad de Valparaíso, el clima de tensión entre la derecha y la izquierda que precedió a toda la conmemoración quedó completamente expuesto.
Primero, los diputados de Renovación Nacional, uno de los sectores que integran la coalición derechista Chile Vamos, enviaron una carta al presidente de la cámara baja, el demócrata cristiano, Ricardo Cifuentes, comunicándole que no iban a participar en la sesión en la que se homenajeó a Allende.
El texto difundido por estos legisladores, consignado por la revista The Clinic, expresaba: “No existe en concepto de esta bancada parlamentaria motivo alguno por el cual se pueda rendir homenaje a Allende (...) sindicado por la mayoría de los chilenos como el mayor responsable del quiebre institucional”.
En un tono similar se expresaron los representantes de la Unión Democrática Independiente (UDI), otro de los partidos derechistas que integran la coalición Chile Vamos.
Antes de la sesión, en la que sí participaron, los integrantes de la UDI emitieron un comunicado en el que calificaron el golpe de Estado como “algo inevitable” y responsabilizaron de ello al gobierno de Allende y de su sector, la Unidad Popular. “El quiebre institucional tiene como antecedente causal directo la situación extrema que vivía Chile, marcada por el odio, la legitimación de la violencia como vía de acción política y la severa polarización provocada por un sector de la izquierda chilena”, expresó el texto, consignado por La Tercera.
Durante la sesión, varios legisladores evocaron la figura de Allende. El presidente de la Democracia Cristiana (DC), Alberto Undurraga, reflexionó sobre “las luces y las sombras” y la actitud titubeante que tuvo su sector durante el gobierno de Allende, pero la sesión se degeneró por completo cuando hizo uso de la palabra el diputado de la UDI Gustavo Benavente.
Según informó Radio Cooperativa, el legislador derechista aprovechó la ocasión para hacer un discurso crítico del gobierno de Allende, a pesar de que se estaba celebrando un homenaje al mandatario derrocado. Benavente se salió de tono en varias ocasiones, por lo que Cifuentes, el presidente de la cámara baja, lo llamó al orden en cuatro ocasiones. A la quinta, Cifuentes le prohibió continuar hablando, y Benavente se retiró de sala en medio de aplausos de sus compañeros y recriminaciones de sus adversarios políticos.
Ya fuera de la sala, Benavente habló ante los medios de prensa, defendiendo su intervención y asegurando que solamente refrescó “hechos históricos, hechos verdaderos”, algo que, en su opinión, “al parecer le molesta a la izquierda”.
Otro punto discordante en la sesión lo marcó la intervención de Gaspar Rivas, diputado del Partido de la Gente (populista de derecha), quien fue hasta el centro de la sala de sesiones portando un cartel con las caras tachadas de Allende y Pinochet en el que decía: “¡Ni Allende ni Pinochet! Córtenla de pelear y preocúpense de Chile”.
Palabras del presidente
El discurso del mandatario en esta fecha especial era muy esperado. “Es un día para recordar a las y los que ya no están presente”, comenzó diciendo el presidente izquierdista, de 37 años. “No es separable el golpe de Estado con todo lo que vino después”, agregó Boric, quien luego dijo que “los cambios estructurales a los que aspiramos deben ser respaldados por amplias mayorías y es nuestra labor convencer a ser parte de esos procesos a esas amplias mayorías y no culpables ante nuestros propios fracasos”.
El mandatario también agradeció en su discurso a todos los expresidentes que firmaron la semana pasada el “Compromiso: Por la democracia, siempre”: Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, aunque cuando nombró a este último surgieron abucheos y gritos de desaprobación, otra prueba más del clima totalmente crispado que existe en el ambiente político y en otras áreas de la sociedad trasandina.
Sobre estas cuestiones, Boric dijo que la democracia debe ser empleada “para resolver los problemas del pueblo y no las disputas pequeñas de sus autoridades”.
Después, refiriéndose concretamente a la fecha que se estaba conmemorando, el mandatario dijo que “el bombardeo a La Moneda y la muerte del presidente Salvador Allende estremecieron a todo el mundo, a todos los que vieron un gobierno de transformación social”.
“Desde este podio quiero hablar a las nuevas generaciones, a las que nacieron o crecieron en democracia y por tanto lo dan por hecho: quiero que sepamos y atesoremos que el sacrificio de los que nos antecedieron en nuestra patria nos interpela a cuidar la democracia día a día”, agregó.
“No importa el color del régimen que viole los derechos humanos, sea rojo, azul o negro: los derechos humanos deben ser respetados siempre y su vulneración, condenada sin matiz alguno”, dijo Boric, y añadió que “Salvador Allende fue un hombre de impecable trayectoria democrática, que fue intérprete de grandes anhelos de justicia y empeñó su palabra en el respeto por las leyes y la Constitución. Hace 50 años ese continuo avance histórico de conquistas se vio amenazado y truncado. Pero aún en la noche más oscura hubo quienes lucharon”.
Posteriormente Boric se refirió al Plan Nacional de Búsqueda de detenidos desaparecidos que su gobierno lanzó a fines del mes pasado.
“El Estado hizo desaparecer personas y es el Estado el que debe solucionarlo. La unidad y la reconciliación no se consiguen con neutralidad ni distancia. Se consigue poniéndose del lado de quienes fueron víctimas del horror. La reconciliación no pasa por buscar empatar responsabilidades”, dijo al respecto.
“Repetimos con fuerza ‘nunca más’ y por eso nos violentó cuando, apenas hace un par de años, se violaron los derechos humanos en el marco del estallido social. Por eso, sin pretender dar lecciones a nadie, queremos transmitir al mundo lo que pasó y lo que creemos que pueden ser algunas enseñanzas: el pasado sí importa para mirar el futuro”, expresó el presidente, quien también remarcó que “las diferencias se resuelven en paz y sin violencia”. “Digamos por los que ya no están: democracia siempre”, concluyó.
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