La incertidumbre quedó en el aire luego de las elecciones parlamentarias del domingo en Portugal, en las que la coalición centroderechista Alianza Democrática (AD), encabezada por Luis Montenegro, superó por escaso margen al Partido Socialista (PS), sector que gobernaba la nación lusitana desde noviembre de 2015.

De acuerdo con los últimos resultados oficiales, con casi la totalidad de los votos escrutados, la AD que integran el Partido Social Demócrata, el Centro Democrático Social y el Partido Popular Monárquico obtuvo el 29,49% de los votos (79 escaños en el Parlamento) contra 28,66% de los socialistas, que tendrán 77 bancas en la composición de la Asamblea de la República, denominación oficial del órgano legislativo portugués.

Las elecciones fueron convocadas por el presidente del país, Marcelo Rabelo de Sousa, tras la renuncia en noviembre del primer ministro socialista, António Costa, quien dejó su cargo cuando fue acusado de corrupción, aunque la causa judicial se diluyó pocas semanas más tarde, sin que se encontrara responsabilidad alguna del exmandatario.

En el momento de su renuncia, Costa le propuso a Rabelo de Sousa que eligiera a otro socialista para que lo reemplazara, pero este último, un reconocido exdirigente del Partido Social Demócrata, optó por llamar a elecciones, que fueron las que tuvieron mayor participación popular en los últimos años.

El gran ganador de la jornada electoral fue el partido ultraderechista Chega (Basta, en español), sector fundado en 2019 por André Ventura, un abogado, exseminarista y con un pasado de agitador en tertulias televisivas deportivas en su condición de fanático de Benfica, el club más popular del país.

Basta pasó de tener 12 representantes a 48, gracias al apoyo del 18,06% de los ciudadanos, reacomodando por completo el tablero político del país, que ahora tendrá tres bloques dominantes en el Parlamento.

El diario local Correio da Manhã destacó que en el cinturón industrial de Lisboa, en sus áreas periféricas y también en la península de Setúbal, situada a aproximadamente 50 kilómetros de la capital –antiguos bastiones del comunismo–, Basta logró excelentes resultados.

Con un discurso xenófobo y extremista desde que logró su banca en las elecciones de 2019, Ventura, siguiendo la línea de los partidos europeos de su mismo perfil ideológico, centró sus ataques contra la población gitana que vive en Portugal, a la que acusó de vivir “casi exclusivamente de los subsidios” otorgados por el gobierno, sin respetar “el Estado de derecho”.

Poco original, Ventura también dirigió sus dardos contra los extranjeros en general y también contra los ciudadanos portugueses inmigrantes llegados desde las excolonias lusitanas en África: Angola, Mozambique, Guinea Bisáu, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe.

Incluso en 2020, recordó el portal Público, Ventura llegó a pedir la “devolución” a su “país de origen” de la diputada y activista izquierdista Joacine Katar Moreira, nacida en Guinea Bisáu. Hace pocos días, en un acto previo a las elecciones en el que estuvo presente Santiago Abascal –el político español que lidera Vox–, Ventura dijo que, en caso de que su partido llegara al poder, iba a prohibir el ingreso a Portugal del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, así como a limitar al mínimo posible las relaciones con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

En la noche del domingo, luego de conocidos los resultados, Ventura expresó: “Obtuvimos un resultado histórico y conseguimos lo que queríamos: que la izquierda no gobierne Portugal”. “Lo importante es que esta elección acaba con el bipartidismo en Portugal. Estamos disponibles para formar gobierno”, agregó, dejando un mensaje a Montenegro, de acuerdo a lo que informó el portal español El Confidencial.

Sin embargo, durante la campaña electoral Montenegro dejó en claro que no formaría un gobierno con la gente de Basta, sino que espera que tanto ellos como los socialistas se abstengan de votar, permitiéndole comandar el Ejecutivo en solitario.

Desde el socialismo, el secretario general del partido, Pedro Nuno Santos, reconoció la derrota en las urnas y dijo que su sector será oposición y no presentará ninguna moción de rechazo ante un eventual gobierno de Montenegro.