Pese a que la evidencia más reciente muestra señales de mejora en la inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe, en Haití y en algunos sectores de esta subregión los datos revelan una preocupante tendencia al alza. La situación en Haití es particularmente alarmante: la violencia, una prolongada crisis económica y fenómenos climáticos extremos han llevado al país a un punto crítico, con consecuencias devastadoras para su población. Se proyecta un deterioro aún mayor en la inseguridad alimentaria aguda entre junio y octubre de 2024.
Haití es el único país en la región que está considerado en crisis alimentaria mayor prolongada, es uno de los nueve países del mundo que corren el riesgo de sufrir hambruna y se encuentra entre los cinco países con más del 10% de la población en emergencia. Esto se traduce en que 1,6 millones de personas tienen carencias de consumo de alimentos, reflejadas en una malnutrición aguda muy elevada y un exceso de mortalidad que sólo pueden mitigar mediante estrategias de subsistencia de emergencia y la liquidación de sus activos. Por otro lado, casi la mitad de la población, alrededor de 5,5 millones de personas, podría estar enfrentando altos niveles de inseguridad alimentaria aguda.
El fenómeno de El Niño provocó pérdidas de cosechas en 2023 y este año los pronósticos advierten de una mayor intensidad en los huracanes debido a La Niña, que provocará inundaciones y deslizamientos de tierra, causando daños adicionales a cultivos, medios de vida e infraestructuras.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), comprometida con el apoyo a Haití, trabaja intensamente para mitigar los impactos de la crisis humanitaria mediante asistencia agrícola de emergencia, el fortalecimiento de la resiliencia de los medios de vida y asistencia técnica especializada, garantizando siempre el nexo entre la respuesta humanitaria, la resiliencia y el desarrollo. La FAO estimó que requeriría 42,6 millones para asistir a 528.000 personas, pero hasta el momento sólo ha recibido el 6% del financiamiento.
En 2023 la FAO llegó a unas 120.000 personas en todo Haití por medio de intervenciones agrícolas y ganaderas de emergencia para apoyar la producción local de alimentos y sostener los medios de vida rurales. En 2024 continuó brindando asistencia de emergencia en Haití, con un fuerte énfasis en la seguridad alimentaria y la resiliencia agrícola en medio de los desafíos globales, asistiendo a 44.000 beneficiarios en varios departamentos del país.
Ante el aumento de la violencia y la crisis alimentaria, la FAO hace un llamado a donantes y gobiernos a intensificar su apoyo. Se necesitan diez millones de dólares para asistir a 80.000 personas y asegurar la protección de sus medios de vida, cubrir necesidades mínimas alimentarias, mejorar la disponibilidad y el acceso de los hogares más vulnerables a los alimentos.
Desde la FAO valoramos los esfuerzos de autoridades locales por buscar la estabilización del país mediante el nombramiento de Garry Conille como primer ministro interino. Tenemos la confianza de que pasos como este ayudarán a Haití a iniciar un camino de normalización, que a su vez aportará a mejorar la seguridad alimentaria de todos sus habitantes.
La situación de inseguridad alimentaria en Haití requiere una acción urgente y coordinada. Una respuesta rápida, eficaz y la movilización de los recursos necesarios permitirán mitigar el impacto de esta crisis, apoyar a la población vulnerable y ayudar a Haití a recuperar su camino hacia la seguridad alimentaria y la estabilidad. La ayuda humanitaria debe llegar a quienes más la necesitan. Sólo así podremos asegurar una vida mejor para todos, sin dejar a nadie atrás.
Mario Lubetkin es subdirector general de la FAO y representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.