Diversas facciones palestinas, entre ellas el movimiento islamista Hamas y Al Fatah, del presidente palestino Mahmud Abbas, se reunieron en Pekín y firmaron un acuerdo para dejar de lado sus divisiones y encaminarse hacia un gobierno de unidad.
La agencia de noticias china Xinhua publicó que las reuniones se mantuvieron desde el domingo, con la participación de 14 organizaciones políticas palestinas. Fueron invitadas por China para “celebrar un diálogo de reconciliación”, que finalizó con la firma de la declaración conjunta.
El ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, comunicó que el principal resultado de este diálogo fue el punto del acuerdo que establece que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) es el único representante legítimo de todo el pueblo palestino. Agregó que la reconciliación necesita el apoyo de la comunidad internacional y que China está comprometida a promoverla.
“Este es un momento histórico en la causa de la liberación de Palestina. China aprecia los esfuerzos realizados por todas las partes para la reconciliación”, dijo Wang en un comunicado. Agregó que el acuerdo es “un paso importante para promover la resolución de la cuestión palestina y lograr la paz y la estabilidad en Medio Oriente”.
Además de los representantes palestinos, asistieron a las conversaciones en Pekín delegados de Egipto, Argelia, Arabia Saudita, Qatar, Jordania, Siria, Líbano, Rusia y Turquía.
Husam Badran, uno de los dirigentes del brazo político de Hamas, dijo que “los puntos más importantes del acuerdo son la formación de un gobierno nacional palestino de consenso para gestionar los asuntos de la población en Gaza y Cisjordania, supervisar la reconstrucción y preparar las condiciones para las elecciones”, informó Europa Press.
Este punto “representa la solución nacional más apropiada para la situación palestina tras la guerra, ya que crea una barrera impenetrable contra todas las intervenciones regionales e internacionales que buscan imponer hechos contra los intereses de nuestro pueblo”, agregó Badran.
En abril ya se habían reunido en Pekín las principales facciones palestinas, Al Fatah y Hamas, que se mantienen divididas desde 2007. A partir de ese año, Al Fatah quedó al frente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), pero sólo con el control de Cisjordania, mientras que Hamas gobernaba la Franja de Gaza.
Ya en febrero los integrantes del gabinete de ministros de la ANP renunciaron bajo el argumento de que era urgente alcanzar “un consenso interpalestino” que se reflejara en único gobierno.
Un comunicado de Hamas afirma que en Pekín se acordó formar “un gobierno de unidad nacional temporal” que tenga autoridad sobre todos los territorios palestinos: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.
El acuerdo recoge el objetivo de todos los participantes de establecer un Estado palestino independiente con capital en Jerusalén, tal como establecen las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). También reivindica “el derecho del pueblo palestino a resistir a la ocupación”, de acuerdo al derecho internacional.
La reacción de Israel
Algunos ministros israelíes, entre ellos el de Relaciones Exteriores, Israel Katz, manifestaron un rechazo tajante. El líder de la diplomacia israelí dijo que lo acordado “no sucederá, porque el gobierno de Hamas será aplastado y Abbas observará Gaza desde muy lejos”, informó la agencia Efe.
“La seguridad de Israel seguirá estando únicamente en manos de Israel”, dijo Katz, y acusó a Abbas de “revelar su verdadero rostro” al “abrazar a los asesinos y violadores de Hamas”.
Desde otros ámbitos internacionales el acuerdo fue recibido como una buena noticia. Así lo calificó el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. “Los europeos tenemos que estar comprometidos [con el proceso de paz en Medio Oriente] porque es nuestra responsabilidad histórica. Tenemos una responsabilidad histórica de crear las raíces de este conflicto. Y tenemos que reconocerlo”, afirmó.
Agregó que, además, “la estabilidad, la paz y la prosperidad de nuestros vecinos” va en el “interés propio” de los países de la Unión Europea, que deben “ser sinceros” con sus principios del respeto al derecho internacional. “No se puede tener un entendimiento selectivo de cuáles son las opiniones de los tribunales internacionales”, concluyó.
Stéphane Dujarric, el vocero del secretario general de la ONU, António Guterres, valoró los esfuerzos de China y otros países involucrados y manifestó que “la unidad palestina es crucial para la paz y la seguridad y para promover las aspiraciones del pueblo palestino de autodeterminación y de un Estado palestino completamente independiente, democrático, contiguo, viable y soberano”.