Una delegación israelí partió hacia Doha, la capital de Qatar, donde está previsto que este jueves comiencen nuevas negociaciones sobre la situación en la Franja de Gaza.

Sin embargo, el movimiento palestino Hamas, la contraparte en esas conversaciones que se realizan de manera indirecta con la mediación de funcionarios qataríes, egipcios y estadounidenses, anunció que no acudirá si Israel no se compromete con el plan que planteó el presidente Joe Biden el 2 de julio.

“Ir a nuevas negociaciones permite a la ocupación imponer nuevas condiciones y utilizar el laberinto de la negociación para llevar a cabo más masacres”, dijo Sami Abu Zuhri, líder de Hamas, en un comunicado citado por Europa Press.

El dirigente palestino dijo que “Hamas está comprometido con la propuesta que se presentó el 2 de julio y que se basa en la resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas [ONU]”. Por lo tanto, pidió a los mediadores en estas negociaciones –Qatar, Egipto y Estados Unidos– que presenten medidas para implementar la iniciativa de Biden.

Ese plan, que en su momento el mandatario estadounidense atribuyó a Israel, incluía un cronograma articulado en tres fases para el cese del fuego, el intercambio de rehenes por palestinos presos, la retirada israelí y la reconstrucción de la Franja de Gaza.

Desde que se presentó ese borrador, el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tomó distancia del documento, que en ningún momento asumió como propio, y reiteró su voluntad de derrotar a Hamas. Incluso integrantes de su gobierno rechazaron la posibilidad de una negociación que impidiera terminar por la vía militar con ese movimiento palestino.

Las dos partes se acusaron mutuamente de haber exigido cambios a la propuesta

Según Netanyahu, Hamas exigió 29 modificaciones, informó la agencia de noticias Efe. A su vez, Israel reclamó que se asegure la presencia de su ejército en la frontera de Gaza con Egipto, para evitar que ingresen armas al territorio palestino, así como un mecanismo de control en el corredor de Netzarim, que divide el norte y el sur de la Franja de Gaza, para evitar un agrupamiento de milicianos de Hamas en el norte de ese territorio.

A las tensiones en torno al plan de Biden se sumó, el 31 de julio, el asesinato del líder político de Hamas Ismail Haniye, quien encabezaba las negociaciones en nombre del grupo palestino.

A su vez, la delegación negociadora israelí, liderada por el jefe del Mossad, David Barnea, se reunió este miércoles con Netanyahu para preparar su participación en el encuentro con los mediadores en Doha.

Pese a todos los obstáculos que encuentra un diálogo de este tipo, aumentan los llamados a impulsarlo y a llegar a un acuerdo con urgencia, que termine con el sufrimiento en la Franja de Gaza, donde murieron casi 40.000 personas y 92.000 fueron heridas, y que evite que este conflicto se extienda en la región.

El aumento de las tensiones en la frontera israelí con Líbano y la posibilidad de que Irán responda al asesinato de Haniye en Teherán, que el gobierno iraní atribuye a Israel, alimentan esos temores.

“Ningún sitio en Gaza es seguro, y los civiles continúan recibiendo órdenes de evacuación a zonas cada vez más pequeñas”, dijo el martes la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, Rosemary DiCarlo. Agregó que “a diez meses del inicio de la guerra, la amenaza de una escalada regional más amplia es más palpable y escalofriante que nunca”.

DiCarlo dijo que hay una “necesidad desesperada” de un alto el fuego en la Franja de Gaza y llamó a detener “una catástrofe aún mayor”.

A su vez, el enviado especial de Estados Unidos para las negociaciones en Medio Oriente, Amos Hochstein, que visitó Beirut, la capital de Líbano, manifestó que “no hay tiempo que perder” para lograr una solución negociada.

Después de reunirse con el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, cercano a la milicia chiita Hezbollah, Hochstein dijo que los dos coincidieron en la urgencia con la que hay que actuar y en que “no hay excusas válidas por ninguna parte que supongan retrasar aún más el acuerdo”.

Afirmó que una salida de ese tipo “permitirá también hallar una solución política aquí en Líbano y evitará que la guerra se extienda”. Las tensiones entre Israel y Líbano aumentaron desde el asesinato en Beirut del máximo comandante militar de Hezbollah, Fuad Shukr.

También los embajadores en Israel de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido emitieron un llamado a relanzar las negociaciones y a llegar a un acuerdo “urgente”. Los tres asistieron a un encuentro convocado por familiares de israelíes secuestrados por Hamas, que este jueves marcharán nuevamente en Tel Aviv para reclamar un cese del fuego que permita su liberación.