Con salvas de cañón, un desfile de caballos negros y un despliegue de seis aviones de combate sobrevolando la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donald Trump, recibió este martes al príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, quien ingresó en la sede de la presidencia pisando un larga alfombra que se desplegó para él.

Entre los aviones que recibieron al príncipe se encontraban los F-35 que Arabia Saudita quiere comprarle a Estados Unidos. Ese fue uno de los asuntos que Trump y Bin Salman conversaron en el encuentro, que incluyó una reunión bilataral privada, un almuerzo de trabajo y que continuaría a la noche con una cena de gala con empresarios.

Bin Salman llegó con la expectativa de que la venta de los F-35 a su país fuera aprobada por parte de Trump, que ya dio su visto bueno. Esos aviones de combate se fabrican únicamente en Estados Unidos y son de una tecnología avanzada que los hace difíciles de detectar.

Bin Salman adelantó, ya en la Oficina Oval, que los 600.000 millones de dólares en inversiones que Arabia Saudita ya había prometido a Trump en mayo, durante su visita a Riad, aumentarán “a casi un billón de dólares para inversión, inversión real y oportunidad real en muchas áreas, entre ellas en tecnología, en IA”.

Poco antes, Trump había agradecido al príncipe heredero la inversión comprometida en mayo y había bromeado: “Como es mi amigo, quizá la convierta en un billón, pero tengo que convencerlo”. Después del anuncio, dijo que su invitado “es un gran aliado”, y agregó: “No sabía que estaba impulsando la propuesta del billón, él no me lo adelantó”.

Sí estaba previsto que los dos discutieran sobre inversiones en inteligencia artificial, cooperación en energía nuclear con fines civiles y negocios vinculados a las armas.

Durante la conferencia de prensa, Trump defendió a su invitado y jefe de gobierno de Arabia Saudita de las acusaciones sobre su responsabilidad en el asesinato del opositor y columnista del Washington Post Jamal Khashoggi, cometido el 2 de octubre de 2018.

Según un informe de la CIA, los amplios poderes que tiene como autoridad el príncipe heredero lo hacen responsable de la muerte de Khashoggi, que fue asesinado y descuartizado en la embajada de Arabia Saudita en la ciudad turca de Estambul, a la que acudió para tramitar un documento.

Si bien después de este crimen Trump relativizó la responsabilidad que pudiera tener Bin Salman, el príncipe heredero no había sido recibido en Washington desde entonces, hasta este martes, y durante la visita fue consultado por la prensa al respecto. Bin Salman, que siempre negó estar implicado en el asesinato, dijo que es “realmente doloroso escuchar que alguien ha perdido la vida sin motivo alguno o de forma ilegal”, y que este caso “ha sido doloroso” para Arabia Saudita.

“Seguimos todos los procedimientos de investigación adecuados y hemos mejorado nuestro sistema para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir algo así. Es doloroso y un grave error, y estamos haciendo todo lo posible para que no se repita”, agregó.

Trump se dirigió a la persona que planteó la pregunta en la conferencia de prensa: “Estás mencionando a alguien [Khashoggi] que fue extremadamente polémico. A mucha gente no le caía bien ese señor del que estás hablando; te cayera bien o mal, las cosas pasan. Pero [Bin Salman] no sabía nada al respecto. Y podemos dejarlo ahí. No tenés por qué incomodar a nuestro invitado preguntando algo como eso”.

“Tenemos a un hombre muy respetado en el despacho oval hoy, amigo mío desde hace mucho tiempo, muy buen amigo mío”, manifestó Trump. “Estoy muy orgulloso del trabajo que ha hecho”, dijo. “Lo que ha hecho es increíble en términos de derechos humanos y todo lo demás”, agregó.

Otro punto que estaba en la agenda del encuentro de ayer eran los Acuerdos de Abraham, la iniciativa que Trump impulsa desde su primer gobierno para que los países árabes normalicen sus relaciones con Israel, dejando de lado la situación de los palestinos.

Este martes, el príncipe heredero dijo que le gustaría unirse a esos acuerdos, que son “algo positivo”, pero que su país también quiere asegurarse “de que no se oscurezca el camino claro hacia la solución de dos estados”. Trump hizo su lectura de esas declaraciones. “Creo que no quiere usar la palabra compromiso, pero hemos tenido una conversación muy buena sobre los Acuerdos de Abraham. Hemos hablado de un Estado, de dos estados. Hemos hablado de muchas cosas”.

“Queremos la paz para los israelíes. Queremos la paz para los palestinos. Queremos que coexistan pacíficamente en la región y haremos todo lo posible para alcanzar el acuerdo de defensa”, dijo.

La agenda de Trump y Bin Salman proseguirá este miércoles con la participación de ambos en un foro de inversiones al que asistirían más de 400 responsables de empresas de origen saudí, en el Centro Kennedy de Washington.