La reunión que mantuvieron el domingo el presidente estadounidense, Donald Trump, y su par ucraniano, Volodímir Zelenski, en la mansión del primero en Palm Beach, en el estado de Florida, no parece haber producido ningún avance concreto en vías de finalizar la guerra entre rusos y ucranianos, que comenzó en febrero de 2022 con la invasión de las fuerzas de Moscú al país vecino.

Si bien el anfitrión del encuentro en tono optimista afirmó que un eventual pacto entre rusos y ucranianos se encontraba “en sus fases finales”, en los hechos los combates en el frente prosiguen, con Rusia intentando seguir avanzando en la provincia de Donetsk, la única parte del Donbás que todavía no conquistaron.

Además, los rusos persisten con sus bombardeos sobre varias zonas del territorio ucraniano, incluyendo Kiev, apuntando sobre todo a la red eléctrica del país, cuya demanda en este momento es altísima debido a que está comenzando la fase más dura del invierno boreal.

De todas maneras, en este contexto, este lunes trascendió que durante la reunión del domingo el gobierno de Estados Unidos le ofreció garantías de seguridad sólidas a Ucrania por un período de 15 años, renovables, según anunció Zelenski, quien aclaró que le pidió a Trump un plazo más largo.

“Realmente quería que las garantías fueran más largas. Le dije que queremos considerar la posibilidad de 30, 40 o 50 años”, declaró Zelenski en una conferencia de prensa virtual, consignada por AFP. El mandatario ucraniano dijo que Trump le respondió que consideraría la posibilidad.

Paralelamente, Zelenski dijo que el fin de la ley marcial que rige en su país desde el primer día de la invasión rusa dependerá de las garantías de seguridad. La ley prohíbe a los hombres ucranianos de entre 25 y 60 años (que cumplen los requisitos para cumplir con el servicio militar obligatorio) salir del país, excepto con una autorización especial.

“Todos deseamos el fin de la guerra y sólo entonces se levantará la ley marcial. Es la única manera. Sin embargo, el fin de la ley marcial sólo ocurrirá cuando Ucrania obtenga garantías de seguridad”, declaró Zelenski a la prensa. “Sin garantías de seguridad, esta guerra no puede considerarse realmente terminada”, agregó.

El presidente ucraniano enfatizó que cualquier acuerdo para poner fin a la guerra “debe ser firmado por cuatro partes: Ucrania, Europa, Estados Unidos y Rusia”, y expresó su esperanza de que funcionarios estadounidenses y europeos se reúnan pronto en Ucrania.

Según él, la reunión sería un encuentro preparatorio para otro evento entre líderes europeos y ucranianos, antes de una posible cumbre entre Donald Trump y líderes europeos. “Estamos firmemente decididos a asegurar que las reuniones que mencioné se celebren en enero. Después, creo que si todo avanza gradualmente, habrá una reunión, de una forma u otra, con los rusos”, indicó.

Moscú: preparando el terreno

En otra frecuencia muy diferente a la de Zelenski está el presidente ruso, Vladimir Putin, que ya dejó claras las pretensiones de su gobierno para terminar la guerra, ciertamente alejadas de las planteadas por el mandatario ucraniano.

En una clara ventaja bélica, Moscú espera, pero mientras comienza a preparar el terreno para el futuro. En este sentido, Putin firmó el lunes una ley que exime a Rusia de cualquier obligación de ejecutar sentencias penales emitidas por tribunales extranjeros u organismos judiciales internacionales a los que no pertenece.

La ley, que modifica la Constitución rusa, envía una clara señal de que Moscú no planea acatar futuras sentencias de un tribunal sobre la guerra en Ucrania que busque procesar a funcionarios rusos, incluyendo a Putin, de acuerdo con lo que informó el periódico The Moscow Times.

En marzo de 2023, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra Putin, acusándolo a él y a su comisionada para los derechos del niño, Maria Lvova-Belova, de ser responsables de la presunta deportación de niños ucranianos hacia territorio ruso. Rusia, que nunca ratificó su firma del Estatuto de Roma que estableció la CPI, rechazó las acusaciones contra Putin. Posteriormente, retiró su firma del Estatuto de Roma.

En virtud de la nueva enmienda firmada por Putin, los tribunales rusos ya no están obligados a reconocer sentencias penales emitidas por tribunales extranjeros si Rusia no fue parte en el proceso. Del mismo modo, no necesitan acatar decisiones de órganos judiciales internacionales cuya jurisdicción no se basa en un tratado al que Rusia se haya adherido o en una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, órgano que Rusia integra de manera permanente.