En una conferencia de prensa ante medios locales y extranjeros, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció este miércoles nuevamente los efectos nocivos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a La Habana.

Según él, la medida, vigente desde hace más de seis décadas, representa el mayor obstáculo para el desarrollo de la isla y será objeto de debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas que se realizará la semana que viene.

El jefe de la diplomacia cubana afirmó que el bloqueo no se limita a cifras financieras, sino que afecta directamente la vida cotidiana de las familias que viven en la isla. “Es imposible expresar en cifras el daño emocional, la angustia, el sufrimiento y las privaciones que el bloqueo inflige a las familias cubanas. Esto ha sucedido durante generaciones; más del 80% de los cubanos nacieron después del inicio del bloqueo”, afirmó Rodríguez, según lo que consignaron agencias internacionales y diarios locales.

El canciller cubano presentó el informe anual del costo del embargo contra el país entre marzo de 2024 y febrero de 2025. Según el estudio, el estimado de daños en ese período es de 7.556 millones de dólares, lo que equivale a un incremento de casi el 50% con respecto al período previo.

Rodríguez explicó que esto se debe al endurecimiento de las sanciones de los últimos meses, con el nuevo Ejecutivo republicano en Washington, con el presidente Donald Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio, un enemigo acérrimo del gobierno cubano. El canciller dijo que estas sanciones “de carácter genocida” de Estados Unidos tiene como finalidad “lograr un cambio de régimen” en la isla.

Desde enero, ni bien Trump retornó a la Casa Blanca, Cuba volvió a ser incluida en la lista de países patrocinadores del terrorismo, lo que generó graves consecuencias financieras para el país que preside Miguel Díaz-Canel.

“¿Qué podría haber hecho Cuba, más allá de todo lo bueno que ha logrado en estos 60 años, con esta cantidad exorbitante, para una economía pequeña como la nuestra?”, preguntó Rodríguez, quien detalló que sin las restricciones que sufre el país, el producto interno bruto de Cuba habría crecido un 9,2% el año pasado, una de las tasas más altas del continente.

El país enfrenta dificultades para importar equipos, medicamentos y repuestos, lo que compromete los indicadores de salud pública y la calidad de vida de la población.

El ministro destacó que, en sólo diez minutos de bloqueo, Cuba pierde recursos equivalentes al costo de audífonos para todos los niños con discapacidad matriculados en instituciones de educación especial del país. Rodríguez también denunció que los bancos extranjeros están bajo presión de Washington para evitar transacciones con La Habana.

El canciller dijo que 40 instituciones financieras se negaron a operar con Cuba. La política de sanciones, afirmó, incluso afecta el suministro de combustible, el transporte público y el suministro de energía.

En los últimos tiempos millones de cubanos están padeciendo con frecuencia extensos cortes de energía, con las consecuencias que eso conlleva. En su contacto con los medios, el alto funcionario del gobierno de La Habana calificó de “motivadas políticamente” las medidas anunciadas por Estados Unidos en 2024, que prometían beneficios al sector privado cubano, pero que nunca se implementaron.

A pesar de las dificultades, Rodríguez reafirmó que el bloqueo no derrotó ni derrotará a la Revolución cubana. “Aunque el bloqueo genera penurias, escasez y sufrimiento para todas nuestras familias, no logra ni logrará jamás su objetivo de doblegar a nuestro pueblo y obligarnos a renunciar a la Constitución vigente”, afirmó.

En la conferencia de prensa, el ministro también criticó el aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe, especialmente contra Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro.

Según Rodríguez, esta postura amenaza la paz regional y busca desestabilizar a los gobiernos legítimos. Finalmente, Rodríguez dijo que el gobierno cubano espera que la Asamblea General de la ONU renueve una vez más su condena al bloqueo, en medio del creciente apoyo mundial para el fin de la política impuesta por Washington.