A dos semanas del referéndum para anular 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), las encuestas de opinión dicen que existiría cierta paridad de intención de voto entre los que ya lo tienen decidido entre las dos opciones en pugna, y un porcentaje significativo de personas que aún no han decidido qué votar. Nada nuevo: todos sabemos que, en las instancias de decisión con voto universal hay un porcentaje de ciudadanos fluctuantes, que no dedican mucho tiempo a interiorizarse en los debates y que finalmente deciden su voto por elementos más ligados a lo emocional que a lo racional.

Sobre este sector de indecisos se despliegan al menos dos estrategias, una que intenta informar más y mejor, y llegar en el mano a mano con cada ciudadano/a; y otra que intentará crear un “clima en la opinión pública” que sea más cercano a los intereses de su campaña. Creo que no es difícil reconocer el esfuerzo de la campaña por el Sí rosado en pos de la primera estrategia, y de la coalición de gobierno en pos de la segunda.

En esta línea del gobierno de crear un clima propicio al No se inscribe la conferencia de prensa del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) del 15 de febrero. Allí, en casi dos horas de exposición, la ministra hizo un concienzudo repaso de porcentajes y datos que contribuyeran a generar la imagen de que la economía marcha espléndidamente, pero evitó meticulosamente hacer referencia a nada que tuviera que ver con la distribución de esos “buenos resultados”.

Peor aún, presentó datos parciales, con el recorte exacto para mostrar lo contrario de lo que en verdad sucede. Nos referimos a la información sobre pobreza infantil.

Trataré de hacer un repaso sucinto de lo dicho por la ministra y su contracara de información omitida. La ministra Azucena Arbeleche, con su forma de expresión entrecortada y vacilante, con la que algún distraído/a puede llegar a empatizar, fue desgranando las buenas noticias sobre el funcionamiento de la economía:

1) La economía creció por encima de lo que esperaban las proyecciones del gobierno.

2) El déficit fiscal disminuyó más de lo que esperaban las proyecciones del gobierno.

3) Creció el empleo, que según declaró Arbeleche, es el foco principal del gobierno.

4) Bajó la pobreza infantil, concretamente entre los menores de cero a seis años.

Y todo esto gracias (Arbeleche dixit) a un manejo cuidadoso y responsable de la gestión de gobierno mientras al mismo tiempo enfrentaba la pandemia y, (como frutilla de la torta) no se aumentaban impuestos.

No cabe duda de que cualquier ciudadano que reciba esta información y no quiera o pueda contrastarla, inmediatamente se verá influido por un sentimiento de adhesión a este gobierno y sus políticas, y por ende se sentirá más proclive a acompañarlo respaldando el mantenimiento de la LUC.

De todas las medias verdades y omisiones de Arbeleche, sin dudas la peor es la afirmación de la disminución de la pobreza infantil.

No nos queda otra que insistir con los argumentos racionales, vale decir, traer a la luz los elementos “omitidos” de los cuatro puntos destacados por la ministra:

1) Este gobierno se está beneficiando de lo que en tiempos de gobiernos del Frente Amplio la oposición llamaba “viento de cola”, buena demanda y precios récord internacionales de nuestros productos de exportación, principalmente a China. Este crecimiento se traduce entonces en beneficios extraordinarios para las empresas exportadoras, que sabemos que es un sector altamente concentrado. El producto interno bruto (PIB) crece, sí, pero este no es un crecimiento que distribuya el ingreso.

2) El déficit fiscal bajó 1,2%. Lo que no aclaró la ministra es que una cuarta parte de esa disminución se explica por la caída de la masa salarial de los empleados públicos: caída de salario real, y no reposición de los funcionarios que por diversas razones se dan de baja. Caída en términos reales de las jubilaciones y caída de las inversiones del sector público, menor inversión en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) (¿donde quedaron los liceos que prometió Ernesto Talvi?), menor inversión en vivienda (¿dónde quedaron las 50.000 viviendas de Irene Moreira?). Caída de la inversión de las empresas públicas y, esto ya sabemos, hará caer la calidad de los servicios y otra vez abre la puerta a la participación privada.

3) El aumento del empleo se procesa acompañado por una caída de la participación de la masa salarial en el total del ingreso. En un contexto de crecimiento de la economía (del PIB) más allá de lo que esperaba el propio gobierno, había espacio para recuperar salario. Ni las políticas en Consejo de Salarios ni la pauta salarial a los funcionarios públicos contribuyeron a ello. Tampoco la ministra menciona que dentro de la recuperación de puestos de trabajo están los Jornales Solidarios contratados por intermedio de la intendencias, que están a mitad de camino entre puestos de trabajo, políticas sociales y hasta rastrillaje de votos en algún caso.

4) De todas las medias verdades y omisiones de Arbeleche, sin dudas la peor es la afirmación de la disminución de la pobreza infantil. Existen límites que ningún político debería traspasar, y este es un caso. Hizo referencia a la caída de 0,9% de la pobreza de los niños de entre cero y seis años, pero omitió que en el tramo de siete a 12 años la pobreza creció 2%, y que de 13 a 17 años creció 3,6%; todos datos referidos a 2019 contra el primer semestre de 2021. El periodista Ricardo Leiva, en una alocución de tres minutos y medio, deshace la presentación del equipo económico de gobierno.

Sobre la afirmación de que no crecieron los impuestos, vale reiterar, se redujo en 2 puntos la tasa de devolución de IVA por pagos con tarjetas de débito, y se cambió la forma de cálculo de la Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC), lo que repercute directamente en las franjas de aplicación del IRPF y el IASS, por lo que estos impuestos alcanzan a franjas de salario más bajas. ¡Y la creación del Impuesto para el Fondo Covid, aplicado durante dos años! Podríamos sumar a esto la suba del valor del dólar ni bien asumieron el gobierno, una medida que beneficia directamente a las empresas exportadoras pero aumenta el costo de vida de todos los uruguayos que cobran un salario en pesos.

Para finalizar, ¿adónde fue el crecimiento de la economía?, ¿quién se quedó con la porción de ingresos que no llegaron a trabajadores y jubilados?

La Comisión Técnica Asesora de AEBU acaba de publicar un informe que, en base a estadísticas del Banco Central, constata que en lo que va de este gobierno se verifica un aumento récord en los depósitos en cuentas bancarias en el país. Crecieron los depósitos en 2020, cuando caía el PIB y se generaban 100.000 nuevos pobres; también crecieron los depósitos en 2021, cuando se recuperaba la economía. En total, en cuentas bancarias se depositaron 6.337 millones de dólares, de los cuales 70% fueron a cuentas mayores de 100.000 dólares. La rebaja de salario real no se esfuma, se la apropian los “malla oro”.

Todos conocemos a alguien que votó a este gobierno buscando un cambio, creyendo que iba a mejorar sus condiciones de vida en algún aspecto. Es nuestra tarea desenmascarar estos “cantos de sirena” con los que intentan llevarnos al abismo, mostrarles que la mejor forma de apoyar a un gobierno, a este o a cualquier otro, es exigirle que cumpla sus promesas.

Y por acá no es. En defensa propia, hay que anular los 135 artículos de la LUC.

Lilián Galán es diputada del Movimiento de Participación Popular, Frente Amplio.