Históricamente, el asentamiento de las civilizaciones ha estado condicionado por el acceso a los alimentos. La demanda de agua dulce para el desarrollo de la agricultura y la ganadería determinó que en su momento la población se localizara en asentamientos dispuestos principalmente a lo largo de los valles de los ríos.
Civilizaciones como la egipcia muy tempranamente supieron aprovechar las crecidas en el valle del río Nilo (6.000 años a. C.), lo que les permitió disponer de abundante cantidad de alimentos. Egipto periódicamente fue invadido, principalmente en busca de comida, por pueblos vecinos de África, Cercano Oriente y del Mediterráneo.
Durante siglos, hasta finales del siglo XVIII, esa fue parte central de la dinámica de desarrollo de las principales civilizaciones; en 1800 el planeta alcanzó una población global de 900 millones de habitantes.
La Revolución Industrial incidió de modo muy significativo en el intercambio entre las poblaciones del mundo, en particular con la introducción en el transporte marítimo de la máquina a vapor y luego del motor a combustión. Las grandes migraciones fueron sustituidas por el traslado de alimentos.
En concreto, en las colonias europeas en América, establecidas en sus costas oceánicas, en el siglo XIX y comienzos del XX, se establecieron millones de habitantes, por lo general, pobres de Europa, estimulados por el acceso a la tierra, lo que se sumó al traslado forzado de personas esclavizadas desde África. Explotaron la ganadería, la agricultura y la minería. Hasta fines del siglo XX, la mayor parte de la producción fue exportada a Europa.
Entre 1800 y 2025, el crecimiento de la población del planeta fue muy significativo, multiplicándose casi diez veces, hasta alcanzar los 8.000 millones de habitantes. Actualmente, la población se concentra en los territorios de Oriente, el Mediterráneo y África, donde se desarrollaron las civilizaciones más populosas. Es de destacar la alta concentración de población en India, China, Indonesia, Pakistán, Tailandia, Vietnam, Japón y las Coreas, donde se ubican la mitad de los habitantes del mundo.
Las proyecciones de crecimiento de la población indican que a fines del siglo XXI la población del planeta se estabilizará en 10.300 millones de habitantes, y le corresponderá a África la mayor parte de ese crecimiento. La población de los países desarrollados (el denominado “Norte global”) se ha estabilizado desde finales del siglo XX y la población de los países del BRICS tiende a estabilizarse desde el inicio del siglo actual.
Disponibilidad de agua dulce, producción y consumo de alimentos
Al estudiar la distribución de la población del planeta, si se analiza la disponibilidad de agua dulce por persona y por año, se comprueba que la diferencia entre Oriente y América es muy significativa, lo que expresa la vocación natural de exportación de alimentos desde América a Asia. La producción agrícola en América es de alta productividad entre los paralelos 40° norte y sur, lo que muestra el rol protagónico tanto de Estados Unidos como de los países del Mercosur.
La explosión agrícola de Estados Unidos a fines del siglo XIX se mantuvo a lo largo de todo el siglo XX, en paralelo a la gran industrialización que fue clave en su desarrollo económico. Independientemente de los desafíos de ampliar y diversificar la base productiva en los países del Mercosur, es claro que la producción y exportación de alimentos seguirá siendo un componente en constante crecimiento, una producción que debe ser explotada con cada vez mejor productividad y transportada con la mayor eficiencia, tanto en el continente como en los océanos.
La exportación a granel desde la Cuenca del Plata y su proyección hasta fines del siglo XXI
La Cuenca del Plata, junto a la Cuenca del Mississippi, son los grandes graneros del planeta. Ha habido un muy importante crecimiento de las exportaciones a granel desde la Cuenca del Plata (principalmente a través de los puertos de Montevideo, Nueva Palmira y el Gran Rosario), pasando de 22 a 100 millones de toneladas entre 1990 y 2023, y es China el principal destino de la carga, un país que, luego de eliminar la pobreza, alcanzó una sociedad acomodada (2021), lo cual explica en buena medida el crecimiento de exportaciones a granel desde la Cuenca del Plata.
No obstante la similitud territorial de ambas cuencas, desde el Mississippi, donde la revolución agrícola comenzó hace más de un siglo, actualmente la exportación es el doble que desde el Plata.
En 2017, Xi Jinping expresaba que China “tiene proyectado ser una potencia mundial socialista modernizada: rica, fuerte, democrática, civilizada, armoniosa y hermosa, alrededor de 2049”. En función de ello, es de esperar que en los próximos 25 años China mantenga un crecimiento de la demanda de dos millones de toneladas anuales de cargas a granel, menor que los 2,4 millones de toneladas al año de los últimos 25 años, asumiendo que su economía tendrá una tasa de crecimiento más baja.
La explosión agrícola de los últimos 30 años se produjo sin una revisión del sistema de transporte de carga. En lo que resta del siglo XXI, para atender la creciente demanda es imprescindible mejorar el transporte de la carga a granel.
Por su parte, India se encuentra entre las economías más dinámicas del mundo. Recientemente el Fondo Monetario Internacional proyectó que su producto interno bruto crecería un 6,4% en 2025 y 2026, muy por encima de la tasa de Estados Unidos, que es del 1,9%. Ninguna otra gran economía se acerca a ella, con la excepción de China, con el 4,8%.1
Si se considera el incipiente crecimiento de India y se asume que su demanda para los próximos 25 años crecerá en forma similar a lo que creció China de los últimos 25 años, se puede estimar que las exportaciones desde la Cuenca del Plata hacia China e India para 2050 alcanzarían las 200 millones de toneladas al año. Se trata de un volumen potencialmente posible de producir si se compara con lo que se produce en la Cuenca del Mississippi.2
Hacia fin de este siglo la India puede aumentar otros 60 millones de toneladas al año, por tanto, es razonable esperar que para entonces las exportaciones a granel dejen de crecer y se estabilicen en 260 millones de toneladas al año, en la medida en que se alcanza un máximo en la población del planeta.
¿Qué hacer frente a la actual revolución agrícola? Desafíos para la infraestructura, el ambiente y el ordenamiento territorial
La explosión agrícola de los últimos 30 años se produjo sin una revisión del sistema de transporte de carga. En lo que resta del siglo XXI, para atender la creciente demanda es imprescindible mejorar el transporte de carga a granel, habilitando sistemas que impliquen menores costos en el territorio y que a su vez permitan ampliar las áreas de cultivo, acompañados de una optimización en la operación de los buques marítimos.
Para responder a ello es necesario realizar un ejercicio prospectivo que desemboque en una planificación de inversiones en infraestructura a largo plazo, que tome en cuenta el costo y subsidio de cada modo de transporte, dado que el valor presente neto del transporte carretero, en un horizonte de 50 años, es 2,5 veces más caro que el ferroviario; y el transporte de carga a granel en barcos marítimos hasta Oriente, desde puertos oceánicos a la salida de la Cuenca del Plata, es 25 dólares por tonelada más barato que desde los actuales puertos fluviales.3
Los escenarios de oferta y demanda, que más que duplican la situación actual, exigen una planificación prospectiva del siglo XXI. Ella debería considerar además de las inversiones futuras en infraestructura, fuertes e insoslayables consideraciones vinculadas al manejo del ambiente, así como de los impactos sociales y territoriales asociados.
Brasil, que casi no exporta carga saliendo por el Río de la Plata, ha encarado la construcción de corredores bioceánicos que faciliten enviar carga desde puertos en el océano Pacífico. Entre ellos se destaca el corredor ferroviario que atraviesa el norte de la Cuenca del Plata, el que, además de incorporar millones de hectáreas a la producción agrícola, dispondrá de alternativas logísticas para el transporte de carga a granel, al conectarse con las hidrovías de la cuenca.
Tanto para la explotación agrícola, uso del suelo y agua como para la gestión de las infraestructuras de transporte multimodal, se debe contemplar el monitoreo de las diversas variables físicas y sociales que pueden ser afectadas, así como los mecanismos que aseguren un uso sustentable de los recursos naturales y un desarrollo sostenible del territorio.
En el caso de Uruguay, estas consideraciones llevan a pensar en qué medida es necesario repensar todo nuestro sistema portuario y las infraestructuras que conducen la producción agrícola para su exportación, así como los modos en los que esta se puede transportar.
En ese marco será necesario imaginar alternativas al transporte carretero, otorgando aún más relevancia al ferroviario, en particular imaginando formas de conectar las áreas productivas con la costa atlántica, y por sobre todo impulsar enérgicamente el modo fluvial, para asegurar el transporte de carga desde el interior profundo de la cuenca.
Esto lleva, además, a retomar la consideración de la pertinencia de construir un puerto de aguas profundas en la costa oceánica, como lógico complemento de la infraestructura de salida de productos de la Cuenca del Plata, todo lo cual tendrá un impacto en la conformación territorial del país y sus vínculos regionales, así como en el sistema de ciudades.
Se trata de componentes centrales para una agenda de desarrollo sostenible en el país y en la región.
José Luis Genta fue profesor titular de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, director nacional de Aguas y secretario general del CIC Plata. Salvador Schelotto fue profesor titular y decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, director nacional de Ordenamiento Territorial y director nacional de Vivienda.
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https://www.project-syndicate.org/commentary/how-india-can-overcome-threat-posed-by-trump-tariffs-and-h1b-fees-by-shang-jin-wei-2025-09 ↩
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https://www.project-syndicate.org/commentary/america-will-pay-price-for-misunderstanding-supply-chain-dynamics-by-jun-du-2025-10 ↩
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Ambos indicadores fueron calculados a partir de datos públicos y consultas realizadas a la inteligencia artificial. Más allá de los ajustes de los valores absolutos al realizarse un estudio más profundo, la robustez de los dos indicadores está en que son una proporción (2,5) y una resta (25 U$S/Ton). ↩