
Deporte
El básquet de siempre
Tenía cinco años cuando pisé por primera vez una cancha de básquetbol. Nunca me habían llevado a ver un partido, no tenía pelota naranja en casa. El médico recetó: “Señor, su hijo tiene asma. Deberá practicar deportes. Uno que le trabaje el pecho específicamente -natación o remo le van a hacer bien- y otro recreativo, que puede ser básquetbol, fútbol o el que desee”. Se aproximaba el invierno: fútbol y remo quedaron descartados. Nadé y tiré al aro desde aquella edad. Los amigos de hoy son los mismos con los que defendí aquella musculosa de tela fina y números bordados.