Fuera de sección
Pisco o café con leche
Mi gente llegó a estas lides con el corazón abierto. Las mujeres y los hombres que nos trajeron a este mundo soñaban con miserias menos dolorosas y, casi con la mano en nuestra carne, nos abrieron la fisura por la que nos entra el mundo a nosotros, sus nacidos en democracia. La madre de mi madre decía que había pobres honrados y pobres porque querían. La mía, que no se atreve a clasificarlos, sabe que el camino hasta pobre no es uno ni dos; sabe que poco tiene que ver con la actitud o la honra de ellos, sino con la negligencia y el privilegio de otras, como ella. Hace unos meses la oí jactándose de feminista como si no lo hubiera sido toda su puta vida.