
Cadé o horizonte?
Estuve en Brasil en estos días. No me tocó permanecer en ninguna ciudad grande, de esas en las que hay manifestaciones a favor o en contra del gobierno, pero atravesé unas cuantas ciudades chicas (si bien palabras como “ciudad” o “chica” ameritarían, para el caso de Brasil, todo un ensayo sobre urbanismo y sociedad) y pasé algunos días en destinos balnearios. Y fue precisamente en esos lugares, en las playas más concurridas de los balnearios más “internacionales”, que asistí a un fenómeno aterrador, entre obsceno y penoso: la construcción de algo que ocupa el lugar que debería ocupar una subjetividad, pero que es, notoriamente, otra cosa.