Argentina conmemoró ayer los 34 años del golpe de Estado con un discurso de la presidenta Cristina Fernández ante las organizaciones Abuelas de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, entre miles de personas reunidas en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionó la principal cárcel clandestina de la dictadura (1976-1983). La consigna del acto fue “Por un bicentenario sin impunidad. Juicio y castigo ya”.
“A los jueces les pedimos que terminen este capítulo trágico de los argentinos, pero con verdad y justicia”, dijo Fernández en referencia a los delitos de la dictadura. Pero se refirió, en particular, aunque sin mencionarlo, a los hijos de la directora del grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble -Marcela y Felipe-, adoptados en 1976. Una causa judicial busca determinar si son hijos de detenidos desaparecidos. La justicia había dispuesto realizarles un examen de ADN, pero la familia de Herrera de Noble interpuso un recurso judicial que frenó esa medida. En relación con este caso, Fernández dijo a Estela de Carlotto, la dirigente de Abuelas de Plaza de Mayo: “Me comprometo con usted y con quienes sean los familiares de esos jóvenes a que van a tener justicia y van a tener identidad. Y también a que, si no encontramos justicia en Argentina, yo, como presidenta, la voy a acompañar a los tribunales internacionales”.
La advertencia de Fernández se produce en un contexto de tensión entre el Ejecutivo y la justicia, alimentado por las medidas judiciales referidas a la destitución del ex presidente del Banco Central Martín Redrado y a la decisión del gobierno de utilizar reservas del Estado para pagar la deuda externa. “Queremos saber si nuestra justicia será capaz de atravesar esta prueba para saber si vivimos en democracia”, dijo la mandataria.
“Déjenme creer que va a haber justicia. Y si, pese a la impunidad del poder mediático, vamos a [...] conocer la identidad que tanto buscamos. Confío en que vamos a poder sobreponernos a este inmenso poder que es extorsivo sobre políticos, jueces y empresarios, casi un poder mafioso”, citaron los diarios La Nación y Página 12, sin vincular estas palabras de la presidenta con su conflicto con el Grupo Clarín, algo que sí hizo el diario Clarín en su edición digital.
Por su parte, Carlotto también pidió justicia y cuestionó a Clarín, a la Policía Metropolitana y al gobernador de Buenos Aires, Mauricio Macri. Aseguró que “los cómplices del hambre de hoy” son “los mismos que hace 30 años”, y enumeró: “Los Macri, los Herrera de Noble, los Pérez Companc, los Rocca, los Fortabat, los Blaquier, la Sociedad Rural Argentina, Mercedes Benz, Ford, Techint, Acindar y tantos otros”. Pero la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo también celebró que “ya hay 101 hijos de desaparecidos que recuperaron su libertad; alrededor de 40 represores están siendo juzgados en todo el país y más de 60 genocidas ya fueron condenados”.
También la presidenta celebró, en su caso, cada nieto hallado por las Abuelas de Plaza de Mayo y los avances en materia de derechos humanos. En el acto también participó el ex presidente Néstor Kirchner. Durante su gobierno, en 2006, se declaró el 24 de marzo feriado nacional como el “Día de la Memoria”.
Luego del acto, las Madres de Plaza de Mayo marcharon hacia esa plaza donde los músicos Susana Rinaldi, Peteco Carabajal, Víctor Heredia y Teresa Parodi, entre otros, dieron un recital. Después de esta actividad, en la misma plaza se concentraron organismos de Derechos Humanos y agrupaciones políticas de izquierda, incluso algunas antikirchneristas. “El gobierno nacional ha montado una provocación al pretender monopolizar la Plaza”, se quejó Vilma Ripoll, del Movimiento Socialista de los Trabajadores.