A las 7.00 comenzaron a llegar militantes a las puertas de la sede central del PP en Madrid, listos para celebrar la victoria que todas las escuestas vaticinaban. Con 99,42% de los votos escrutados, el PP alcanzó cómodo la mayoría absoluta en el Congreso y obtuvo 186 de los 350 diputados.

Al conocer los resultados, Mariano Rajoy llamó a “recuperar el orgullo de ser españoles” y dijo que “España dejará de ser un problema, para ser parte de la solución”. Su partido, que desde las elecciones regionales de mayo gobierna en 11 de las 17 comunidades autónomas y en la mitad de los ayuntamientos, ahora alcanzó el gobierno nacional sin tener que buscar alianzas, después de una campaña electoral en la que se presentaron medidas poco claras para abordar la crisis económica y social.

Con una participación de 70,72% de los votantes, algo menos que el 75,31% de 2008, el gobernante PSOE obtuvo los peores resultados de su historia. Alcanzó apenas 110 diputados, menos que en 1977, en la restauración democrática, y muy lejos de los 169 de 2008.

La caída en Andalucía es uno de los peores datos: pasó de 36 escaños a 25 desde 2008, en una comunidad que desde el principio de la democracia ha estado gobernada por esa formación. Se prevé que el PSOE perderá esta comunidad en las elecciones municipales que allí se celebrarán en 2012, luego de perder otro de sus bastiones, Extremadura, que votó en mayo.

Rubalcaba reconoció ayer la derrota y pidió al presidente saliente, José Luis Rodríguez Zapatero, que convoque a un congreso lo antes posible para analizar el futuro del partido.

La otra cara de estos comicios es el crecimiento en la representación parlamentaria para otros partidos, logrado a pesar de que el sistema favorece el bipartidismo PP-PSOE. Se trata de un sistema que concentra el voto por circunscripciones y que beneficia en representación a aquellos partidos que presentan su candidatura en una comunidad frente a otro que compite en todo el país.

Para la formación de un grupo parlamentario se requieren al menos 15 diputados o diez senadores, o haber obtenido 14% de votos en las circunscripciones donde el partido se presentó -es el caso de Convergència i Unió (CIU) en Cataluña, o Amaiur y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el País Vasco- o 5% de votos en el ámbito nacional - es el caso de Izquierda Unida y Unión Progreso y Democracia (UPyD)-. Aquellas formaciones que no obtienen este mínimo pasan a formar parte del grupo parlamentario mixto. Las que sí lo logran, cuentan así con más recursos económicos, mayor independencia para presentar iniciativas y más tiempo para intervenir en las sesiones parlamentarias.

Ayer crecieron las formaciones menores y surgieron tres nuevos grupos parlamentarios, los de UPyD, IU y Amaiur, mientras que el de CIU aumenta notablemente su representación y el de PNV quedaría con cinco diputados, uno menos que en 2008.

La tercera fuerza en el congreso será la formación conservadora nacionalista CIU, que se convirtió por primera vez en su historia en el partido más votado en Cataluña en elecciones generales. Los nacionalistas obtuvieron 16 escaños, con más de un millón de votos frente a los 14 del Partido Socialista Catalán, que pierde 11 diputados.

IU, el partido tradicional de la izquierda en España, es la tercera fuerza en votos con casi 1.673.000. La formación encabezada por Cayo Lara se convirtió en el nuevo cuarto grupo en el Parlamento (antes integraba el grupo mixto) y multiplicó ayer por cinco su representación, al pasar de dos a 11 diputados. Su campaña se basó en la búsqueda de una salida social a la crisis.

En el País Vasco obtuvo unos resultados históricos Amaiur, la coalición formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba Aralar e independientes de la izquierda abertzale. Los de ayer fueron los primeros comicios tras el anuncio del grupo armado ETA de cese de la violencia. En las elecciones anteriores, las de 2008, no hubo representación política de la izquierda abertzale, que había sido ilegalizada. Ayer Amaiur desbancó, por primera vez, al PNV. Obtuvo siete diputados, superó los cinco de Herri Batasuna en 1986 y se configuró como la quinta fuerza en el Congreso. Amaiur declaró, ante los resultados, que “el mensaje que ha dado Euskal Herria a Madrid es claro: respetad la voluntad de la ciudadanía vasca”.

Por su parte UPyD, con la ex socialista Rosa Díez a la cabeza, obtuvo grupo parlamentario con cinco diputados, cuatro más que lo obtenido en 2008 cuando se presentó por primera vez.