El nacimiento de la Celac, que une por primera vez a todos los países de América Latina y el Caribe, conforma un amplio proyecto de unión y desarrollo conjunto, como "mecanismo de diálogo y concertación" en pos "de la unidad e integración política, económica, social y cultural", anuncia la Declaración de Caracas, que vio la luz el sábado, tras dos días de reuniones y discursos intensos. La creación de la Celac, parte de un reconocimiento expreso a la Cumbre de Río de 1986, y enfatiza la unidad y la autonomía como un factor clave para los países latinoamericanos y caribeños y funcionará al unísono con el resto de sistemas y procesos de integración que están activos.
Prueba de la importancia del evento fue la asistencia de casi la totalidad de los mandatarios de los 33 países que se integran en la Celac. Las excepciones fueron el presidente peruano Ollanta Humala -que enfrenta problemas por la huelga de mineros en Cajamarca-, el salvadoreño Mauricio Funes y la costarricense Laura Chinchilla.
La respuesta que tuvo esta convocatoria se contrapone a la que tuvo la Cumbre Iberoamericana celebrada en Asunción en octubre, a la que faltaron 11 de los 22 gobernantes convocados.
El principal reto que enfrenta la Celac es la armonización de intereses divergentes. En la región conviven países que tienen una estrecha vinculación con Estados Unidos y avanzan en Tratados de Libre Comercio con ese país -como Perú, Chile, Colombia o México-, y otros como Cuba, sobre el que pesa un bloqueo estadounidense, o los que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) -Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua y otros caribeños- que han mantenido un discurso mucho más distante hacia Washington.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, luego de recibir la presidencia pro témpore de la Celac, dijo que "sobran izquierdas y derechas en nuestro continente y lo que falta en el siglo XXI es más profundidad y más altura en la forma en que enfrentamos los problemas del presente y asumimos los desafíos”. Piñera expuso un discurso moderado, consciente de las críticas que en la actualidad se vierten sobre su gobierno, dijo que "la unidad es el camino" y afirmó: "juntos podemos llegar más lejos y seguros". El presidente chileno añadió: “'viva la diferencia’ como dirían los franceses. Pensamos distinto, en una de ésas podemos acercar posiciones".
Hasta la próxima cumbre de la Celac, en Santiago de Chile, el proceso estará dirigido por Cuba, Chile y Venezuela, algo que el presidente venezolano Hugo Chávez calificó como "la troika". Se estableció además que Raúl Castro sucederá a Piñera en 2013 en la presidencia pro témpore.
De acuerdo
En la cumbre se convino que las decisiones se tomarán por consenso hasta la siguiente cumbre de Chile, en la que se establecerán nuevos parámetros. Precisamente, por consenso se firmaron el fin de semana 22 acuerdos y comunicados diversos. Un documento esencial es el Plan de Acción de Caracas, en el que se establecen “principios de flexibilidad y participación voluntaria”, así como los pasos a seguir en la integración y funcionamiento de la Celac.
Se firmaron también, entre otros, acuerdos para la búsqueda de la inclusión social, sobre seguridad alimentaria y nutricional, así como una declaración especial contra la especulación financiera y la excesiva volatilidad en los precios de los alimentos de las naciones que integran la comunidad de estados.
Otro de los pronunciamientos de la Celac fue una condena común al bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos mantiene sobre Cuba, “que es contrario al Derecho Internacional, causa daños cuantiosos e injustificables al bienestar del pueblo cubano y afecta la paz y la convivencia entre las naciones americanas”; asimismo los países respaldaron el reclamo de soberanía argentino en las Islas Malvinas.
Durante el encuentro se presentaron otras iniciativas que no fueron recogidas en un convenio. Una de ellas fue el llamado de Chávez a crear un fondo de reserva “con aporte de todos los países de la región”.