A 12 días del inicio de una nueva ola de violencia entre israelíes y palestinos, el número de muertos que dejó casi llega a 30 y el de heridos suma más de 1.000. Ayer, una mujer embarazada y su hija de tres años murieron en Palestina por un bombardeo de las fuerzas de Israel, a la vez que un adolescente palestino de 13 años falleció por disparos de soldados israelíes mientras tenía lugar una protesta en Ramala, Cisjordania, según informó a la agencia de noticias Efe el portavoz del Ministerio de Sanidad palestino en esa ciudad, Mohamad Awawda.

Ya son 23 los palestinos muertos desde que el 1º de octubre se agudizó la violencia en la zona, en particular en Jerusalén, una ciudad que es objeto de una histórica disputa entre israelíes y palestinos, y que unos y otros reclaman como su capital.

De esos muertos, ocho son menores de 18 años y 11 murieron en Gaza, según la organización civil palestina de derechos humanos Al Haq. Las demás muertes se registraron en Jerusalén Este, Cisjordania e Israel. Los heridos palestinos ya son más de 1.000. Del lado israelí, hubo cuatro muertos y más de 20 heridos en los últimos 12 días.

El domingo, durante una protesta en Jerusalén Este, cerca de 80 palestinos fueron heridos, según informó Awawda.

Cada vez se vuelven más frecuentes estas protestas violentas, en las que los manifestantes lanzan desde piedras a cócteles molotov frente a puestos militares israelíes, que a su vez responden reprimiéndolos.

En tanto, fuentes militares de Israel confirmaron a Efe que los soldados emplearon munición real para reprimir la manifestación. “El disparo con [armas de] calibre 22 es efectuado únicamente después de haber agotado todos los medios para dispersar manifestaciones”, explicó una portavoz del Ejército, quien dijo que esto “se hace con precisión y por parte de soldados entrenados para ese propósito, y bajo autorización de un oficial”.

A estas protestas populares se suma la oleada de apuñalamientos que está teniendo lugar en Jerusalén y en otras ciudades y que, sólo ayer, dejó el saldo de cuatro israelíes heridos cuando un árabe israelí de 20 años los atacó con un cuchillo.