Un informe presentado ayer por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) reveló que las emisiones globales de dióxido de carbono aumentaron en 2017, y advirtió que si no se multiplican los esfuerzos para reducirlas no se alcanzará la meta de restringir a 2 ºC el calentamiento del planeta para finales de siglo. Agregó que la adopción de impuestos a los combustibles fósiles puede ser uno de los factores clave para contribuir a reducir las emisiones.

El PNUMA urgió a disminuir las emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 para garantizar el objetivo de un aumento máximo de 2 ºC en la temperatura de la Tierra. El cumplimiento del Acuerdo de París, en el que se establece ese fin, requerirá que los países tripliquen las medidas que están implementando, y si se modificara el objetivo para limitar el calentamiento a 1,5 °C, esas provisiones deberán ser cinco veces mayores. De acuerdo con el PNUMA, aunque las posibilidades van decreciendo, esa meta todavía se puede alcanzar.

Este informe fue publicado pocos días antes del inicio de la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP 24), que se celebrará en la ciudad polaca de Katowice. De acuerdo con el informe, actualmente sólo 57 países están en la vía correcta para empezar a bajar sus emisiones antes de 2030, una cifra muy reducida si se toma en cuenta que para ese año las emisiones globales deberán ser 25% menores que en 2017.

La directora ejecutiva del PNUMA, la tanzana Joyce Msuya, consideró que la evaluación anual de la llamada “brecha de emisiones” activó las alarmas a nivel mundial. “La ciencia es clara: los gobiernos deben avanzar más rápido y con mayor urgencia. La buena noticia es que tenemos a nuestro alcance todos los medios para extinguir el incendio”, dijo, según aparece citada en el informe.

Por su parte, el jefe de científicos del PNUMA, el chino Jian Liu, explicó que cuando los gobiernos establecen impuestos a los combustibles fósiles y medidas de política fiscal para subsidiar las alternativas de bajas emisiones pueden estimular las inversiones correctas en el sector energético y reducir significativamente las emisiones de carbono.

“Afortunadamente, el potencial de usar la política fiscal como un incentivo es cada vez más reconocido. Ya están implementadas o programadas 51 iniciativas de fijación de precios del carbono que cubren aproximadamente 15% de las emisiones globales”, apuntó. Liu agregó que si se eliminaran todos los subsidios a los combustibles fósiles las emisiones globales de carbono podrían reducirse hasta 10% para 2030.

Las emisiones de gases de efecto invernadero se paralizaron poco después de la crisis financiera mundial de hace una década, y luego reanudaron rápidamente su ascenso. Desde 2014 hasta 2016 cayeron, pero en 2017 volvieron a crecer. Se espera que las emisiones suban todavía más este año, lo que apunta a un aumento de la brecha entre las metas de emisiones a las que se comprometieron los países en París y lo que efectivamente se está cumpliendo.

Los expertos dijeron que otro problema es que la infraestructura, los edificios, las redes de transporte y la generación de energía que se construye ahora dependiente de los combustibles fósiles bloqueará de hecho, durante toda su vida útil (que por lo general se extiende por hasta 50 años), la reducción de emisiones futuras, por eso consideran que es esencial cambiar la forma en que se construye la infraestructura, pero muchas empresas y gobiernos aún dependen de viejas medidas de desarrollo económico y de formas de generar energía y de construir edificios que son antiguas.