Comenzaron ayer en Nicaragua las sesiones de la Comisión mixta del diálogo nacional, conformada por tres representantes del gobierno de Daniel Ortega y tres de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que integran estudiantes, campesinos, empresarios y organizaciones de la sociedad civil. Este diálogo busca terminar con la crisis política por la que 76 personas murieron y 868 fueron heridas durante la represión de protestas por parte de la Policía.

Pero la violencia continuó ayer, y un grupo de personas atacó con balas el edificio de la Universidad Nacional de Ingeniería, que había sido ocupado por estudiantes. Según informó Efe, gente de la zona enfrentó a los atacantes, a quienes testigos identificaron con fuerzas policiales y parapoliciales. También un fotógrafo y una camarógrafa de esa agencia de noticias, que cubrían los enfrentamientos cerca de la universidad, denunciaron que fueron agredidos por la Policía, que los golpeó y tiroteó con balas de goma, incluso después de que se identificaran.

La Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia reclamó al gobierno en un comunicado el “cese de medidas de represión de cualquier tipo”, desde amenazas y censura hasta la acción de paramilitares. A su vez, en rechazo a lo ocurrido en la universidad, y en solidaridad con los estudiantes, la dirigente campesina Francisca Ramírez llamó a “cerrar totalmente” las carreteras del país, algunas de las cuales ya estaban bloqueadas por manifestantes. “Condenamos el acto cobarde que está haciendo el gobierno, utilizando paramilitares, armas y personas para que vayan a agredir a los estudiantes”, afirmó.

Por su parte, el gobierno informó que “grupos delincuenciales” entraron a la sede de la Fiscalía de la ciudad de Masaya y la destrozaron, y que atacaron con armas un complejo de la Policía y la casa del presidente de la Fundación de Combatientes Históricos Uriel Calderón.