El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció a través de su cuenta de Twitter que él y su esposa, Melania, se hicieron test de coronavirus que dieron positivo.

El mandatario también informó que ambos iniciarán su “cuarentena y proceso de recuperación inmediatamente”. “¡Atravesaremos esto juntos!”, remató.

Una hora y media antes Trump indicó por el mismo medio que Hope Hicks, su principal asesora en relaciones públicas, había dado positivo por coronavirus. Hicks y los Trump viajaron juntos en el Air Force One en los últimos días y trabajó cerca del mandatario, por lo que el matrimonio se hizo el test. Ambos iniciaron la cuarentena antes de conocer el resultado de los test.

Trump está “bien” y cumplirá sus “funciones sin interrupción” desde la Casa Blanca, indicó su médico personal, Sean Conley, en un comunicado.

La gestión de Trump de la pandemia de coronavirus ha generado polémica, según algunos analistas, y es incluso una de las razones por las cuales podría perder las elecciones de noviembre, para las cuales partió como favorito y ahora figura segundo en las encuestas.

Cuando el virus fue detectado en China, el mandatario vetó los viajes para las personas que iban a Estados Unidos desde ese país, pese a que las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) iban en sentido contrario. Cuando el virus llegó a su país se pronunció en contra de las restricciones adoptadas por varios gobernadores para reducir la movilidad de las personas y desacelerar el avance de la enfermedad.

Meses después cambió su postura: se mostró con tapabocas en contadas ocasiones y pidió a los ciudadanos que respetaran las restricciones para frenar el avance de lo que denominó en varios momentos como “el virus chino”.

Además, al igual que el brasileño Jair Bolsonaro, Trump defendió la hidroxicloroquina como un tratamiento para la covid-19, incluso después de que las investigaciones científicas sugirieran que podría presentar efectos adversos.

Otro lado polémico de la gestión es la que refiere a la incidencia de Trump sobre la FDA, la agencia gubernamental responsable de la regulación de alimentos y medicamentos, entre otras cosas. Si bien la FDA debería ser independiente, especialistas han asegurado que el presidente parece estar presionando al organismo para que acelere los procesos dirigidos a encontrar una vacuna contra el coronavirus, en particular, para que esta llegue antes de las elecciones del 3 de noviembre.