A la entrada de un almuerzo con la Asociación de Promotores Privados de la Construcción, el presidente Luis Lacalle Pou fue consultado por la propuesta del senador Guido Manini Ríos de que los militares trabajen en la construcción de la ruta 6, para ahorrar dinero y así poder subir salarios de los cargos de la oficialidad de bajo rango. Según dijo el mandatario, la propuesta no lo sorprendió, porque en abril de 2015, cuando Manini Ríos era comandante en jefe, ya la había sugerido. Lacalle Pou destacó que la construcción de esa ruta “es muy importante en el centro y el norte del país”, y agregó que “hay iniciativas privadas presentadas”. “Está en el presupuesto, lo vamos a hacer; los mecanismos los veremos”, finalizó, sin descartar la propuesta ni tampoco darle su apoyo.

En tanto, el ministro de Defensa Nacional, Javier García, comentó este martes en el programa Desayunos informales la propuesta, aunque tampoco se manifestó abiertamente a favor. El jerarca consideró que la iniciativa es “interesante” y que “hay que hacer números” al respecto, porque “es una acción puntual, pero el aumento de salario es un gasto corriente”. Más allá de que dijo que debe ser algo a estudiar, García aseguró que “el Ejército no puede transformarse en una empresa de construcción”, y dudó de que este mecanismo genere un aumento puntual a una institución que necesitaría ingresos constantes si se quieren aumentar los salarios.

De todas formas, celebró la idea “de fondo”, que es buscar mejorar los salarios de los efectivos de las Fuerzas Armadas (FFAA), que son “de los más sumergidos”. Sobre este punto, volvió a asegurar que según el censo que se realizó al iniciar su mandato, 10% del personal de las FFAA vive en asentamientos precarios, 7.000 en viviendas prestadas y 2.000 en unidades militares. “Esto habla de una situación crítica y social de los efectivos”, subrayó.

Críticas sin eufemismos

Quien sí fue crítico con la idea fue el senador colorado Germán Coutinho: “El Ejército no está para hacer carreteras. No es su función. Su tarea es la seguridad de las fronteras, el Sistema Nacional de Emergencias y no tareas que pueden y deben realizar privados”, escribió en Twitter. Luego agregó que su norte debe ser el “profesionalismo y la capacitación y especialización”, y dijo que quiere “fuerzas armadas profesionales, capacitadas y especializadas en su misión y no que empiecen a asumir tareas de otros”. Agregó que “para estimar los costos que tendría esa tarea además tendrían que incluir costo de mano de obra, aportes de seguridad social y demás”.

Desde el sector privado, la crítica vino del vicepresidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay, Alejandro Ruibal, quien en una entrevista con la radio El Espectador sostuvo que si bien entiende que en una situación de urgencia se pueda apelar al Ejército, no lo considera adecuado en este caso, ya que quienes construyen las rutas son “empresas profesionales que forma nuestra gente, que invertimos en equipamiento y pagamos nuestros impuestos en nuestro país”. Además, señaló que esta iniciativa surge “en un momento en el que el sector de la construcción está pidiendo más trabajo”, por lo que “no es una buena idea”.

Incluso Ruibal objetó que las empresas constructoras tampoco podrían competir contra “sectores del Estado que están subsidiados”, y consideró que se trataría de experiencias que “atentan contra el desarrollo de la acción y el trabajo empresarial de la construcción”. “De la misma manera, a nosotros no se nos ocurre hacer experiencias marciales”, graficó.

Pero Ruibal, además, dejó entrever que construir una carretera requiere una preparación técnica que a su juicio el Ejército no tiene. “Hacer una carretera o un puente no es mover tierra y empujarla con una motoniveladora y pasar un rodillo, no es hacer un camino vecinal. Una carretera tiene diseño y muchas cosas de ingeniería que no se pueden subestimar. Las empresas invertimos permanentemente en esto; es muy desafiante el trabajo en nuestra industria. A mí no me cierra por ningún lado”, finalizó.