Este miércoles, en un acto celebrado en Wilmington, en el estado de Delaware, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, presentó formalmente a Lloyd Austin como su nominado para convertirse en secretario de Defensa.
El presidente electo describió a Austin, un general retirado de cuatro estrellas, de 67 años de edad, como “un hombre de gran decencia y un hombre de dignidad”. “No hay duda de que él es la persona adecuada para este trabajo”, dijo Biden, quien además durante la conferencia de prensa les pidió a los congresistas que hagan una excepción y permitan que Austin sea nominado. El líder demócrata hizo este planteo teniendo en cuenta una reglamentación vigente que indica que los ex oficiales militares deben estar fuera del servicio durante siete años antes de asumir el control del Pentágono, y Austin se retiró del Ejército recién hace cuatro años.
Antes de cederle la palabra al ex general, Biden recordó los logros militares obtenidos por su elegido, quien se desempeñó como el primer comandante afroestadounidense del Comando Central de Estados Unidos. El presidente electo remarcó que, en caso de ser confirmado como secretario de Defensa, Austin sería el primer negro en estar al frente del Pentágono.
Biden dijo que entendía y respetaba plenamente el principio del control civil de las Fuerzas Armadas, pero argumentó sus razones para pedir a los parlamentarios una excepción. “No pediría esta excepción si no creyera que este momento de nuestra historia no lo requiere, pero lo requiere”, dijo Biden. “Él es la persona que necesitamos para este momento”, reafirmó.
Algunos demócratas ya expresaron que no acompañarán la idea del presidente, porque entienden que la regla debe cumplirse y pretenden que un civil esté al frente del Pentágono.
En el momento de hablar ante los medios, Austin reflexionó sobre el rol de los militares negros en el Ejército estadounidense y recordó que él nació en la ciudad de Mobile, en el estado de Georgia, la misma localidad de la que era oriundo Henry Flipper, el primer cadete negro en graduarse en la prestigiosa academia militar de West Point.
Al reflexionar sobre los cuatro años que lleva fuera del Ejército, hizo énfasis en la importancia del liderazgo civil en el Pentágono. “Llego a este nuevo papel como líder civil, con experiencia militar, sin duda, pero también con un profundo aprecio y respeto por la prevalencia del control civil de nuestro ejército”, dijo Austin.
Según recordaron medios estadounidenses, Austin se retiró del Ejército en 2016, después de servir al frente del Comando Central de Estados Unidos desde 2013. Durante su carrera militar fue comandante general de Estados Unidos en Irak. Actualmente, y al igual que muchos generales retirados, Austin tiene un cargo directivo en la empresa Raytheon, dedicada a la fabricación de armas.
La exención solicitada por Biden no es una novedad: hace cuatro años el actual presidente Donald Trump le pidió lo mismo al Congreso para nominar en el cargo a James Mattis, decisión que en ese caso fue acompañada por los legisladores. Pero en este caso, varios legisladores de ambos partidos expresaron su malestar ante la idea de renunciar una vez más a la aplicación de esta ley, temiendo dejar sentado un precedente de generales recientemente retirados que se hicieron cargo de un trabajo que en su espíritu está destinado a ser ejercido por civiles.