Expertos de la salud y funcionarios políticos de Europa y Estados Unidos cuestionaron la decisión de Reino Unido, anunciada el miércoles, de aprobar el uso de la vacuna contra el coronavirus desarrollada en forma conjunta por el laboratorio estadounidense Pfizer y el alemán BioNTech, por entender que fue apresurada e interpretable como un gesto político y nacionalista.

Varios países reflexionaron acerca de que un proceso regulatorio más largo y completo es una mejor opción, argumentando que más tiempo para analizar los datos de los ensayos minimizará el riesgo y aumentará la confianza del público respecto de la seguridad de la vacuna.

De acuerdo a lo que informó el diario inglés The Guardian, el ministro de salud de Alemania, Jens Spahn, dijo que, si bien esperaba una decisión rápida del regulador médico de la Unión Europea, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), había una diferencia clara entre el enfoque que había adoptado Gran Bretaña y lo que Alemania estaba buscando.

“También podríamos haber elegido ese camino, pero decidimos conscientemente no hacerlo”, dijo Spahn. El proceso de aprobación de la EMA, que se espera esté terminado a fines de mes, fue “más completo” y necesario “para fortalecer la confianza de los ciudadanos en la vacuna”, dijo, y agregó que un pequeño atraso entre la aprobación en Reino Unido y el resto de Europa “no es tan dramático”.

En Estados Unidos, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo que la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) está procediendo de “la manera correcta” y que Reino Unido “no actuó de forma tan cuidadosa”.

Fauci dijo en una entrevista con la cadena Fox que la FDA “realmente examina los datos con mucho cuidado para garantizar al público estadounidense que se trata de una vacuna segura y eficaz. Creo que si hiciéramos menos, aumentaríamos las dudas ya existentes por parte de muchas personas”.

Mientras esto sucede en Europa occidental, el alcalde de Moscú, Sergei Sobianin, anunció que a partir del sábado comenzará en la capital rusa la campaña masiva de la vacuna contra el coronavirus Sputnik V, con la administración de las primeras dosis entre los grupos de alto riesgo, según informó la agencia Efe.

Moscú es el epicentro de la pandemia en Rusia, el cuarto país del mundo más afectado por la pandemia, con un total de 2,35 millones de personas contagiadas. Este jueves se llegó a un nuevo récord diario de contagios con 28.145 casos nuevos, además de sumar 554 muertes atribuidas al nuevo virus.

El alcalde de Moscú anunció el inicio de la campaña de vacunación contra el coronavirus horas después de que el presidente Vladimir Putin solicitara al gobierno que pusiera en marcha el proceso de administración del medicamento, desarrollado en el país con fondos públicos. Sobianin comunicó que a partir de este viernes estará en funcionamiento un registro para que el personal sanitario, los profesores y los trabajadores de los servicios sociales puedan inscribirse para recibir la vacuna contra el coronavirus. El jerarca informó que en los próximos días se ampliará la vacunación a otros grupos de riesgo, como las personas mayores que viven en residenciales de ancianos.

Por su parte, en Argentina, el presidente Alberto Fernández reveló que su gobierno firmará “esta semana” el contrato con Rusia para recibir las vacunas Sputnik V y adelantó que se prevé inocular “a 300.000 personas antes de fin de año”.

“Esta semana estamos firmando el contrato con Rusia. Esperamos recibir las vacunas de ese país antes de fin de año, por lo que vamos a poder vacunar a 300.000 personas antes de fin de año”, afirmó el mandatario en declaraciones a El Destape Radio, consignadas por la agencia Télam.

Fernández dijo que ya leyó el contrato y está en “condiciones de ser firmado”, y anticipó que se vacunará en Argentina a “cinco millones de personas durante enero” y a la misma cantidad en febrero.

En cuanto a la campaña de vacunación, Fernández consideró que los argentinos “debemos hacer una epopeya durante el verano, tratando de vacunar primero a los que más riesgo tienen”.

“Los primeros en recibir la vacuna deben ser el personal de la salud, de seguridad, docentes, mayores de 60 años y los que tienen enfermedades prevalentes”, que serían “unas 13 millones de personas. En marzo recibiremos la vacuna de AstraZeneca y Oxford. Esperemos recibir también la de Pfizer”, agregó el mandatario.