El Partido Republicano impuso el viernes su mayoría en el Senado de Estados Unidos para defender al presidente Donald Trump en el juicio político que los demócratas impulsaron en su contra. Un punto central era cómo se llevaría adelante el proceso y, particularmente, si se habilitaría la presencia de testigos. Para conseguirlo, los demócratas necesitaban el respaldo de al menos cuatro senadores republicanos, algo que finalmente no lograron.

Este será el primero de los 15 juicios políticos que se han hecho en la historia de Estados Unidos que no tenga testigos y, por esa misma razón, será mucho más corto que el que tuvo que enfrentar Bill Clinton en 1999.

Este lunes se presentarán en el juicio los alegatos finales de ambas partes. El martes el procedimiento será interrumpido por el discurso sobre el Estado de la Unión. Se prevé que termine el miércoles, cuando el Senado vote, probablemente, una absolución de los cargos de abuso de poder y obstrucción de la Justicia.

El juicio contra Trump empezó después de que trascendiera que presionó a Ucrania para que iniciara una investigación contra el hijo de su probable rival demócrata en las elecciones de noviembre, Joe Biden.