El represor argentino Gonzalo Sánchez, alias Chispa, cuya detención en Brasil trascendió esta semana, arribó este jueves a Buenos Aires, donde fue puesto en prisión preventiva.

Sánchez, de 69 años de edad, está acusado de ser parte del grupo de tareas que participó en la desaparición del escritor y periodista Rodolfo Walsh, ocurrida en 1977. Walsh ‒que era integrante de Montoneros, al igual que su hija María Victoria, que había desaparecido un año antes‒ fue detenido cerca de su casa en el barrio porteño de San Cristóbal. De acuerdo a los relatos, al ser sorprendido en la calle por sus captores, Walsh comenzó a dispararles y en el medio de la balacera uno de los represores murió y el autor de Operación Masacre resultó herido y se supone que llegó muerto a la Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los centros de detención clandestinos más empleados durante la última dictadura argentina.

De acuerdo a lo que informó Página 12, Sánchez, quien se encontraba prófugo en Brasil desde hacía muchos años y a quien también se señala como partícipe en los vuelos de la muerte, logró ser extraditado gracias a gestiones del gobierno argentino por medio de su cancillería, que encabeza el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá. Sánchez, que había sido detenido por Interpol en la localidad de Paraty, en el estado de Río de Janeiro, fue llevado de Foz de Iguazú y de allí a la vecina Puerto Iguazú en Argentina, desde donde se dispuso su traslado hasta Buenos Aires, donde permanecerá detenido por el momento en la Superintendencia de Investigaciones Federales, en el barrio porteño de Villa Lugano, según informaron a la agencia Télam fuentes de la cancillería argentina.

La extradición de Sánchez es la primera que ocurre desde enero de 2019, cuando en Brasil asumió la presidencia Jair Bolsonaro. Fue seguida de cerca por el presidente Alberto Fernández, quien, de acuerdo a fuentes del gobierno, no ocultó su satisfacción por la rápida extradición del criminal prófugo.