“Sólo si se aplana la curva de contagio de la pandemia por covid-19 se podrán reactivar las economías de la región”, afirman en un comunicado la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Estos dos organismos de la Organización de las Naciones Unidas presentaron este jueves un informe en que destacan la necesidad de atender la situación sanitaria y señalan que esto sólo es posible si las medidas de aislamiento o distanciamiento social cuentan con el apoyo económico que permita a las personas mantenerlas.

“No hay dilema entre economía y salud, lo primero es la salud”, dijo la secretaria ejecutiva de la CEPAL, la chilena Alicia Bárcena, en la presentación, según informó Efe. A su vez, la directora de la OPS, Carissa Etienne, oriunda de Dominica, agregó que los países no tienen que “pensar que deben elegir entre reabrir las economías y proteger la salud y el bienestar de sus pueblos; la actividad económica completa no puede reanudarse a menos que tengamos el virus bajo control”.

De acuerdo con el informe, antes de que el coronavirus llegara a América Latina, los sistemas de salud de muchos países ya sufrían la falta de financiamiento y la fragmentación, y, por lo tanto, están enfrentando “a la pandemia con debilidades”.

En promedio, el gasto público en salud en la región es de 3,7% del producto interno bruto, mientras que la OPS recomienda un piso de 6%. “La disponibilidad promedio de médicos y de camas hospitalarias no llega ni a la mitad de la que tienen países más desarrollados”, agrega.

Se registra, en particular, un “bajo financiamiento del primer nivel de atención, que no alcanza parámetros recomendados, como 30% del gasto público”. De esta manera, el costo se traslada a los hogares, “que financian más de un tercio de los gastos en salud con pagos directos de su bolsillo”, y el acceso a la atención se restringe para aquellos que no pueden pagarlo.

“Cerca de 95 millones de personas deben afrontar gastos catastróficos en salud y casi 12 millones se empobrecen debido a estos gastos”, afirman la CEPAL y la OPS.

Por lo tanto, las políticas que atiendan las desigualdades económicas son necesarias también para achatar la curva de la pandemia, señalan. En ese panorama desigual, quienes se encuentran en las posiciones más vulnerables son los 84 millones de personas mayores; los trabajadores informales, que representan 54% del total; las mujeres, más expuestas al empleo informal y a la violencia doméstica; los pueblos indígenas, “con comunidades que pueden desaparecer”; las personas afrodescendientes, migrantes y con discapacidad. Todos ellos “requieren una atención especial que mitigue sus condiciones especiales de vulnerabilidad”.

El informe advierte también que durante la crisis motivada por la covid-19, la atención a otras enfermedades “se ha visto pospuesta o interrumpida en algún grado durante este período”, en particular en el caso de hipertensión, diabetes y otras enfermedades crónicas no transmisibles, y lo mismo sucede con el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva o de salud mental. Este efecto tiene dos motivos: por un lado, “las necesidades de reasignación del personal de salud y de los presupuestos” por parte de los servicios de salud, por otro, “el temor al contagio por parte de la población” debido a la pandemia. “Este fenómeno se está expresando en un aumento importante de la mortalidad general en los países”, afirma el documento.

La CEPAL y la OPS advierten también que “la pandemia ha desatado una inédita crisis económica y social, y si no se toman medidas urgentes, podría transformarse en una crisis alimentaria y humanitaria”. Para evitarlo, llaman a adoptar “políticas de salud, económicas, sociales y productivas dirigidas a controlar y mitigar los efectos de la pandemia, reactivar con protección y reconstruir de manera sostenible e inclusiva”.

En el aspecto sanitario, insisten en aumentar el uso de test para detectar el virus, hacer seguimiento de los contactos de una persona infectada, las cuarentenas y el distanciamiento social. En cuanto a las dimensiones social y económica de la crisis, recomiendan acciones que respondan con rapidez a esta situación, como la creación de una renta básica de emergencia y medidas que protejan al sector productivo. También promueven, a largo plazo, avanzar hacia un gasto público “suficiente, eficiente, efectivo y equitativo”, así como una política fiscal progresiva, que promueva la igualdad, y una “mayor sostenibilidad ambiental” para “combatir el cambio climático, tomando en cuenta la fragilidad del ecosistema, para prevenir futuras enfermedades zoonóticas”.

Al presentar el informe, la CEPAL y la OPS también actualizaron los números del coronavirus en América Latina y el Caribe, donde los contagios llegaron a 4,5 millones y las muertes atribuidas al virus son casi 190.000.