La escalada bélica que comenzó el domingo en el enclave de Nagorno-Karabaj –territorio situado dentro de las fronteras de Azerbaiyán, pero de hecho gobernado en forma autónoma por armenios bajo el nombre oficial de República de Artsaj– prosiguió este lunes, sumando decenas de muertes tanto de población civil como de militares.
La tensión en la zona es permanente, pero en este caso, según denunció el gobierno de Armenia, el Ejército de Azerbaiyán lanzó una ofensiva de gran magnitud, utilizando artillería pesada, tanques y aviones, lo que generó una respuesta de las fuerzas de Nagorno-Karabaj, que cuentan con la colaboración del Ejército de Armenia, que se declaró oficialmente en estado de guerra.
Por su parte, el Ejecutivo azerí, que lidera el presidente Ilham Aliyev, acusó a las fuerzas armenias de haber bombardeado la ciudad de Terter, muy cerca de la zona, y amenazó con represalias si estos ataques no cesan. “Hoy, el Ejército de Azerbaiyán defiende la integridad territorial de Azerbaiyán sobre su suelo. Armenia es un estado ocupante, y esta ocupación debe y será llevada a su fin”, afirmó el mandatario de la ex república soviética de acuerdo a lo que consignaron agencias internacionales de noticias, que apuntaron además que el aumento de las tensiones entre los países era esperable, ya que el contexto mundial de la pandemia representó una oportunidad para los azeríes, que están intentando recuperar los territorios controlados por los armenios.
La situación, que amenaza con desestabilizar la zona sur del Cáucaso, es seguida muy de cerca por la comunidad internacional. Por esa región cruzan varios gasoductos que suministran energía proveniente de Asia –principalmente de Kazajistán y Turkmenistán– a muchos países europeos, por lo que un conflicto armado a gran escala podría impactar directamente en los precios.
Rusia, que mantiene estrechos lazos con ambos países pero tiene una clara predilección por Armenia, pidió el fin de las acciones por medio de un mensaje del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. El funcionario del gobierno que encabeza Vladimir Putin agregó que Moscú está realizando contactos permanentes con Turquía, otro actor relevante en este tema. Los turcos apoyan decididamente al ejército azerí, al que proveen de armas y tecnología bélica para sus ataques contra las posiciones armenias.
Paralelamente, y de acuerdo a lo que informó el portal EuropaPress, la Unión Europea (UE) informó este lunes que mantiene “intensas gestiones diplomáticas” para lograr el cese de las acciones militares en la región de Nagorno-Karabaj. Según se informó, el domingo, día en el que comenzaron los ataques, el alto representante de la UE para la Política Exterior, el español Josep Borrell, mantuvo contactos con los cancilleres de ambos países, a los que subrayó la importancia de pactar un alto el fuego inmediato.
El diplomático español les dijo a los ministros que no habrá una solución militar al conflicto y que “la única salida” es volver a la mesa de negociación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), entidad cuya finalidad es mediar en los conflictos en la región. Tanto Armenia como Azerbaiyán integran la OSCE, pero por el momento las negociaciones no parecen cercanas.
En una rueda de prensa, el portavoz de la diplomacia europea, el eslovaco Peter Stano, destacó este lunes el “intenso” trabajo diplomático de la UE en la zona, con el foco puesto en rebajar las tensiones militares. Acerca del apoyo mostrado por Turquía a Azerbaiyán, Stano pidió al gobierno de ese país que contribuya al cese de los ataques y a una solución pacífica del conflicto.