El departamento de Colonia tiene una larga cadena de balnearios sobre el Río de la Plata, que comienza en la desembocadura del arroyo Cufré, en el límite con San José, y culmina en Punta Gorda, donde nacen el río Uruguay y el departamento de Soriano.

En el este de Colonia los balnearios Fomento, Los Pinos, Britópolis, Blancarena atraen a visitantes de diversos puntos del país. En tanto, Artilleros, Santa Ana, El Ensueño están ubicados a corta distancia de Colonia del Sacramento e históricamente han sido destinos elegidos por uruguayos y argentinos. Hacia el oeste, Carmelo, Zagarzazú, Punta Gorda también se han convertido en refugios para veraneantes de ambas orillas.

El cierre de fronteras decretado por el gobierno nacional a finales de 2020 ha significado un duro revés para Santa Ana, especialmente. Así lo explicó a la diaria Dalel Ávila, responsable de la inmobiliaria La Maestra, quien calificó la presente temporada estival de “muy mala, la peor en los 25 años que llevo en la actividad inmobiliaria”. “El 10 de enero no quedará nadie en las casas que tenemos para alquilar, y hay poquísimas reservas para lo que queda del verano”.

Hasta el año pasado, la mayor parte de quienes alquilaban casas en ese balneario eran argentinos -60% contra 40% de uruguayos-, graficó Ávila. Este año los inquilinos de verano son uruguayos, la mayor parte de ellos provenientes de otros departamentos del litoral, y cuentan con un presupuesto restringido. “Los alquileres van desde 70 dólares diarios a 120, y eso significa mucha plata para la gente que gana salarios promedio”, expresó la agente inmobiliaria.

Esta temporada Santa Ana recibió a personas que habitan en otros departamentos costeros, como Montevideo, Canelones y Maldonado. “Buscan el distanciamiento. Aquí hay muchos espacios verdes, la gente anda sin tapabocas y los chiquilines pueden jugar en la calle sin problemas. Aquí no hay robos ni problemas de seguridad. En esos temas estamos muy bien”, describió.

Para Ávila “el problema” que aqueja esas costas es económico: “No hay ni un solo argentino. ¿Sabés cómo se sienten los argentinos que no pueden venir a sus casas? Nos llaman angustiados, preguntando para ver si nosotros podemos hacer algo para que ellos puedan ingresar a Uruguay. Nosotros les decimos que es un tema sanitario, que no es político”.

La ausencia de argentinos se refleja en la cantidad de casas vacías que hay en el balneario. Y también se evidencia en la economía local, donde ha caído la demanda de servicio doméstico y de mantenimiento de espacios verdes, así como las ventas en los comercios. “El turismo interno no alcanza para todos”, lamentó Ávila.

En Carmelo también extrañan a los argentinos, especialmente a quienes atravesaban el río usando el servicio de lancha comercial o en veleros particulares. “Extrañamos a ese turismo, porque quienes tienen alto poder adquisitivo viven en los clubes de campo y no se juntan con la población local”, dijo Walter Siri, quien está al frente de Inmoba Bienes Raíces. El cierre de fronteras “ha afectado bastante” y “siempre hubo una expectativa de que los argentinos vendrían, pero no lo han hecho, y eso ha generado que cerraran algunos emprendimientos, como restaurantes y hoteles”.

Siri explicó que el turista argentino “que venía y se alojaba en los hoteles del centro, que alquilaba casas por temporada, que comía en las pizzerías y restaurantes, no está viniendo, y era un público que se notaba mucho”.

Este año a la costa de Carmelo y adyacencias han llegado visitantes del litoral y del centro del país, aunque “curiosamente hay mucha gente de Maldonado. Vienen porque saben que acá hay poca gente”, indicó Siri.

En cambio, los balnearios ubicados en el este de Colonia atraviesan una realidad menos complicada que en el resto del departamento. Acostumbrados a recibir turistas locales desde hace años, la actividad inmobiliaria en Fomento y Los Pinos no se ha visto resentida con el cierre de fronteras. “En Fomento el movimiento viene mejor de lo previsto. Hubo mucha afluencia del público entre Navidad y Reyes, más de 90% de capacidad colmada en casas y apartamentos, y hay muy buenas reservas para el resto del mes”, explicó Pablo Pou, propietario de la inmobiliaria Fomento. “Los alquileres son por pocos días y manejamos los mismos precios que el año pasado, que van de 1.000 pesos a 4.200 pesos por día”, añadió. La mayor parte de los inquilinos proviene del litoral y del centro del país, aunque también hay “muchos turistas de Canelones y Montevideo”.

Pou dijo que los resultados finales de la temporada estival también dependerán del comportamiento de la covid-19. “Esperamos que Colonia se mantenga en ese nivel de casos, que no son muy altos comparados con el resto del país”. El empresario destacó que previo al inicio de la temporada, el Centro Coordinador de Emergencias Departamental de Colonia mantuvo “muchas reuniones con la gente del lugar, y eso ha ayudado a ordenar para que no haya aglomeraciones, a respetar los protocolos”.