A mediados de diciembre las proyecciones elaboradas por el área de modelos y ciencia de datos del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) preveían que a fines de 2020 habría un promedio de 1.200 casos nuevos por día y 120 personas internadas en CTI en Uruguay. Por suerte no se cumplió, piensa hoy Andrés Ferragut, doctor en Ingeniería e integrante del equipo de datos que dirige Fernando Paganini.

Los seis integrantes del grupo coordinador principal de datos y Paganini se reunieron el martes para hacer un balance de la situación, y Paganini se lo transmitió este miércoles a las autoridades de gobierno, previo a la reunión del Consejo de Ministros. En diálogo con la diaria, pocos minutos antes de que se conociera el reporte del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), que informa de 946 casos nuevos, Ferragut comentó: “Hubo una desaceleración del crecimiento de casos, una relativa estabilización de los activos y de los casos en CTI, pero muy relativa; no podemos decir que se frenó el crecimiento. Todavía la curva no está aplanada y no pegó la vuelta, que sería lo ideal, pero se está frenando, y por eso no se llegó a los 1.200 casos diarios que daba el crecimiento exponencial de principios de diciembre”.

Tras recibir los datos del Sinae, reafirmó que el dato no es alentador y que se puede hablar de una desaceleración pero no de un freno. Agregó que “hay que ver con detalle” las causas del incremento de casos de este miércoles porque puede responder a una puesta al día con los hisopados o con resultados, y si fuera así, los test podrían corresponder a datos de varios días. “Hay que seguir mirando la tendencia y verificar si la desaceleración que observamos en diciembre se mantiene en los próximos días, o empiezan a pesar otros efectos como la vuelta de las vacaciones y las reuniones por las fiestas”, expresó.

Ferragut considera que las proyecciones no se cumplieron por una combinación de cosas: el fin del año lectivo, una mayor conciencia de la población sobre el riesgo de contagio, el comienzo de las licencias, que está vinculado a un ámbito importante de contagios, como es el laboral, y las medidas dispuestas por el gobierno para disminuir la propagación del SARS-CoV-2. “El combo de cosas que ocurrieron durante diciembre lograron reducir el aumento de casos y llevarlo a una cierta estabilidad, que no es un buen punto: que se esté estabilizando en la zona roja de Harvard no es un buen resultado. Ahora tiene que empezar a bajar”, expresó.

Por todo eso, la recomendación del grupo de datos del GACH fue “no empezar a abrir de vuelta todavía, no ir para atrás con las medidas, o no dar la sensación de que esto está ganado” y, en cambio, “trabajar para bajar la cantidad de casos activos diarios”.

Sin proyecciones

Esta vez, el grupo de datos prefirió no arriesgar qué cantidad de casos activos ni en CTI habrá en un par de semanas. “No hicimos nuevas proyecciones porque el escenario está muy cambiante: no tenemos una cadencia de testeo permanente, porque hay días con más y días con menos, y la movilidad de la gente cambió completamente; es un mes atípico desde el punto de vista de la movilidad y del trabajo”, explicó. “Creemos que apenas la gente empiece a volver de las licencias, la cosa se puede complicar de vuelta. Si no se mantiene la idea del teletrabajo, si la gente no hace cierta cuarentena cuando rompe las burbujas, se va a complicar, y si empieza a crecer de vuelta [el número de casos] va a dar menos tiempo, porque se va a arrancar de más arriba; no es que pegaste la vuelta y volviste a 100 casos por día; no tenés la situación de principios de diciembre, tenés la situación de fines de diciembre. No es un buen punto para que nos agarre la fase exponencial de vuelta. No estamos en un punto en que quisiéramos estar. Estamos mejor que lo que hubiéramos estado si se hubieran cumplido las proyecciones”, transmitió.

La mortalidad por covid-19 está dentro de los estándares internacionales, dijo Ferragut, algo que también señaló en conferencia de prensa el presidente de la República, Luis Lacalle Pou. El ingeniero dijo que el promedio diario de muerte por covid-19 en Uruguay está en siete casos, y que si se considera el porcentaje de letalidad de la enfermedad, que ronda el 1%, el valor coincide con el promedio de 700 casos diarios. “Eso te dice que no te estás perdiendo demasiado, a pesar de que aumentó la positividad y que tenemos la idea de que tenemos más casos sin nexo epidemiológico y que nos estamos perdiendo casos, el ver que los casos en CTI no siguieron subiendo, que la mortalidad no siguió aumentando aunque hubo un par de días de 11 o 12, cuando uno tiene números chicos es más probable que se junten un par de casos y se mueva la aguja, pero desde el punto de vista estadístico no es alarmante. Si tuvieras 14 muertes diarias dirías, ¿dónde está la otra mitad de los casos? Eso fue en parte lo que nos convenció de que la cosa se enlenteció”, expresó. Acotó que tanto la mortalidad como la internación en CTI tienen cierto retardo respecto de la fecha de diagnósticos: una semana en el caso de CTI, y entre diez días y dos semanas se ve la incidencia en la mortalidad. 

Datos que faltan y positividad

Otro de los límites para hacer proyecciones tiene que ver con la falta de algunos datos. Por ejemplo, la cantidad de test positivos y negativos por departamento, que es algo que, según Ferragut, no se registra. “No sé cuántos test positivos o negativos hay en Rivera, en donde se está complicando”, comentó.

El otro desglose que le gustaría tener al grupo de datos del GACH es cuántos test de los que se realizan fueron hechos a personas que son contactos de casos positivos, cuántos a personas que presentaban síntomas, y cuántos se hicieron de manera aleatoria. Dijo que se detuvo la actividad laboral en algunos ámbitos, como la construcción y el fútbol, en donde se hacían test aleatorios, para buscar de manera rutinaria si se detectaban casos de asintomáticos. “Bajó la cantidad de test porque la gente se fue de licencia y los que se testeaban periódicamente ya no se testean. Eso hace aumentar la positividad, pero capaz que es artificial, que esta gente siempre daba negativo y ya estaba alta la positividad”, sopesó, y dijo que esa incertidumbre se tiene porque no están desagregados los test que se hacen por sospecha, por contacto o por screening.

El promedio de tasa de positividad de los últimos diez días ha rondado el 8% y ayer alcanzó a ser de 14,5%. Este es un indicador que le preocupa al GACH. Según las mediciones del grupo que dirige Paganini, “la positividad entre los contactos de alguien con covid-19 andan en el orden de 7,5%, eso sí lo teníamos medido”, detalló Ferragut. “Entonces, si testeando a la población tenés más de 8%, estás testeando peor que si estuvieras alrededor de los focos”, siendo que al testear “a gente que ni siquiera es contacto tendría que darme menos”. “Cuando la positividad empieza a pasar el valor que te da en los contactos, te empieza a preocupar”, dijo. Señaló que el índice de Harvard habla de que preocupa la positividad por encima de 4% y que la Organización Mundial de la Salud lo establece para más de 5%, pero que ese porcentaje es relativo, y que el GACH fijó ese valor entre 7,5% y 8% que la positividad entre los contactos de un caso positivo, y sería el punto al que los integrantes del grupo de datos quisieran volver.

Para todo esto, insistió en que “hay que incrementar los test” y que por eso otra de las recomendaciones del GACH ha sido “testear todo lo que se pueda con todas las técnicas: PCR, PCR pool [procesamiento de varias muestras a la vez], antígeno, LAMP, porque es la forma que vamos a tener de encontrar los casos cuando la gente se empiece a juntar de vuelta al finalizar la licencia y cuando se terminen eventualmente las medidas que se tomaron. Aumentar la cantidad de test es crucial para encontrar todos los casos y para que la gente se entere lo más pronto posible que tiene covid-19 y colabore, que pueda proceder a hacer la cuarentena y a certificarse en el trabajo”.

En cuanto a la merma de test de los últimos días, Ferragut desestimó que sea un cambio importante. Valoró que “en Uruguay el criterio de testeo ha sido más o menos homogéneo en el tiempo”, que “puede haber habido un efecto fin de año, que fue el que se discutió esta semana que hubo menos test pero no ha sido sostenido en el tiempo, estamos con un nivel de testeo igual a antes del 25 de diciembre”, dijo.

El tiempo en que se duplica el número de casos activos es otro indicador relevante para el GACH. El 16 de diciembre, cuando el grupo asesor dio su última conferencia de prensa, ese valor estaba en 12 días. Hasta el martes 5, con la desaceleración que se había producido, el tiempo de duplicación se había ido a 60 días, pero si se mantuvieran los datos de este miércoles, la duplicación se daría dentro de 21 días. El escenario es cambiante, para bien y para mal, parecen decir los modelos matemáticos.