Las escenas de violencia se repitieron este lunes. “Piedra y golpes hubo a eso del mediodía en el kilómetro 177 en Vado Hondo”, informó el portal del diario guatemalteco Prensa Libre. En esa localidad fronteriza, ubicada en el departamento de Chiquimula, permanecen miles de migrantes hondureños que se dirigían a México con el objetivo de llegar a Estados Unidos, alentados por el cambio de gobierno y un posible cambio de las políticas migratorias. Muchos de ellos habían partido la semana pasada desde la ciudad hondureña de San Pedro Sula, escapando de los impactos devastadores de los huracanes Eta e Iota, que afectaron a más de seis millones de personas en América Central.

El domingo, cuando la caravana con unos 9.000 hondureños llegó a Guatemala, ya habían sido reprimidos con palos y gases lacrimógenos por la Policía local, y las imágenes se viralizaron rápidamente por las redes sociales. “Esto es demasiado, venimos de forma humilde. No estamos haciendo mal a nadie”, declaró a la agencia de noticias AFP la hondureña Marisol Domínguez, de 35 años. “No somos delincuentes. No entiendo por qué nos están tratando mal”, dijo al mismo medio Carlos, un hondureño de 26 años que viaja con su esposa y dos hijas pequeñas. “No tienen corazón, estamos arriesgando la vida. No hay trabajo en Honduras”, declaró Dixón Vázquez, un hondureño de 29 años que hasta hace algunas semanas trabajaba en campos de banano que fueron arrasados por los huracanes Eta e Iota.

La reacción de las autoridades

La Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala emitió un comunicado en el que cuestiona el uso de la fuerza por parte del Ejército y la Policía Nacional Civil. El procurador de la nación, Jordán Rodas Andrade, manifestó “su alarma y preocupación” ya que el gobierno central desplazó “contingentes policiales y militares para contener el paso de caravanas de personas migrantes provenientes de Honduras, incluso acudiendo al uso de la fuerza”. Rodas Andrade considera que se trata de migrantes que “huyen de la desigualdad social, la pobreza y la violencia, y no pueden ser sometidos a tratos crueles e inhumanos en territorio guatemalteco”.

Por su parte, el director general de Migración guatemalteca, Guillermo Díaz, declaró que los migrantes no pasarán y redobló la apuesta: aseguró que, tras los incidentes en Vado Hondo, detectaron que en el grupo marchan “infiltrados” pandilleros que trabajan para el crimen organizado. El funcionario explicó a la agencia AFP que hasta ahora 1.383 personas de la caravana han sido devueltas a Honduras, entre ellas 192 niños.

La cancillería de Honduras, en tanto, emitió un comunicado en el que manifiesta su preocupación “frente a los lamentables hechos sucedidos en Guatemala, cuando un grupo de migrantes centroamericanos intentaba avanzar por territorio guatemalteco en su tránsito por la ruta migratoria hacia los Estados Unidos de América”. “El Estado de Honduras exhorta al Estado de Guatemala a investigar y esclarecer las acciones realizadas por los cuerpos de seguridad guatemaltecos y, una vez más, reitera que sólo unidos como región se deben continuar los trabajos para enfrentar la migración irregular, propiciada por las condiciones sociales que atraviesan nuestros países y que lamentablemente es aprovechada por el crimen organizado que se dedica al tráfico de personas”, expresa el documento.

Los contactos entre Biden y AMLO

Este lunes, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador fue consultado en una conferencia de prensa sobre la situación que se vive en Vado Hondo. “Estamos haciendo propuestas de que se busque diálogo con los migrantes. Esto en Honduras, en Guatemala, que se los atienda para que no entren a ningún país por la fuerza, que se los atienda y que se les respeten sus derechos humano”, respondió.

También habló de los contactos que mantuvo con Joe Biden acerca de la necesidad de una reforma migratoria, un tema que el mandatario estadounidense entrante planteó en la campaña electoral. “Espero que se cumpla con ese ofrecimiento, con ese compromiso; eso lo espero y lo voy a reconocer y a celebrar. Si esto es así, tiene que acompañarse de algo que también le planteé en su momento, que es el apoyo a América Central y a México, cooperación para el desarrollo y evitar que la gente en América Central se vea obligada a emigrar”, declaró.

En concreto sobre la caravana migrante, el presidente de México descartó que se vayan a generar problemas y negó cualquier intencionalidad política: “Ya nos estamos comunicando con el equipo del presidente Biden, yo ya hable con él por teléfono. Hablamos de estos temas”, aseguró.