El senador de Cabildo Abierto Guido Manini Ríos apuntó este miércoles contra la legalización de la marihuana recreativa, vigente desde diciembre de 2013, argumentando que “el Estado se equivocó cuando eligió este camino”.
Durante la media hora previa del Senado, Manini Ríos tomó la palabra para dar sus impresiones sobre esta medida, tomada durante la gestión del presidente José Mujica (2010-2015). El legislador mezcló algunos argumentos y conceptos sobre otras drogas con el cannabis desde el inicio. En primer lugar, mencionó que el objetivo de Uruguay al legalizar la marihuana fue “disputarle el negocio al narcotráfico”, y añadió que “a ocho años de aprobada esta norma, los resultados muestran que el narcotráfico no para de crecer, además de los escandalosos cargamentos que cada vez más seguido caen en Europa provenientes de nuestro país”.
Los cargamentos a los que hizo referencia Manini Ríos son de cocaína, una droga que no es legal en el país.
Planteó que “tampoco ha dejado de crecer la cantidad de fumadores de marihuana, así como los consumidores de cocaína y otras drogas. Menos de un tercio de los uruguayos cree que el consumo ocasional de marihuana implique algún riesgo y más de la mitad cree que es fácil conseguir la droga fuera de lo legalmente establecido”. Más adelante hizo referencia a que una situación de “naturalización del consumo de drogas” se vuelve “grave para los jóvenes, ya que a esta situación se suma a la falta de oportunidades laborales, la mala preparación que les dio un decadente sistema de enseñanza, la falta de un elemento motivador en sus vidas”.
El senador no presentó fuentes para sus afirmaciones; sin embargo, la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media, un estudio bianual que desde 2003 es llevado adelante por el Observatorio de Drogas, indicó en su última edición, publicada en febrero de 2020, que la aprobación de la ley “no llevó a un mayor aumento de consumo de marihuana entre estudiantes de enseñanza media”, es decir, la población de entre 13 y 17 años. Además, la prevalencia de consumo en el último año y en el último mes después de implementada la ley en Uruguay tuvo “un leve aumento” de 4,7% y 2,7%, respectivamente; no obstante, esta cifra no está por encima de cambios que se “podría esperar por razones de variación aleatoria”, por lo que “no hubo un mayor aumento de consumo en Uruguay que se podría atribuir a la ley”.
De todos modos, hacia mediados de 2020, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó su informe anual de drogas, destacando que, a raíz de la pandemia, aumentó el consumo de cannabis y de sedantes, pero fue un comportamiento a nivel global y no sólo en Uruguay.
Manini Ríos también afirmó que había falta de eficacia en “los controles sobre los miles de autocultivadores de la droga, así como de las decenas de clubes de membresía”, argumentando que “la mayoría de los cultivadores carece de un registro, por lo que pensamos que existe un flujo oculto de la marihuana que se suma a la que proveen los narcotraficantes”.
Nuevamente, el senador no presentó fuentes para argumentar esto y añadió que “por otra parte, muchos consumidores prefieren no registrarse al no confiar en el mantenimiento de su privacidad”. Esto último fue parte importante en la discusión sobre la Rendición de Cuentas, ya que el Ministerio del Interior propuso tener acceso a las direcciones de los clubes cannábicos y de los autocultivadores, algo a lo que la Junta Nacional de Drogas se opuso, aunque posteriormente su secretario general, Daniel Radío, se mostró favorable a entregar sólo las direcciones de los clubes.
“Está por demás demostrado el aumento del delito a partir del aumento del consumo”, afirmó Manini Ríos, sin especificar si se refería al consumo de marihuana, al de drogas ilegales (de las que la marihuana ya no forma parte por estar regulada) o en general.
“Cada vez es más común ver grupos de jóvenes reunirse para consumir. Ahora lo hacen abiertamente, ajenos al daño físico e intelectual al que se someten”, indicó el legislador. Cerca de un minuto después, argumentó que la marihuana provoca “conductas antisociales y problemas de relacionamiento”, además de “desajustes neuroquímicos, problemas cardiovasculares respiratorios y debilitamiento del sistema inmune”.
“Muchos especialistas afirman que el consumo de marihuana suele ser la puerta de entrada al consumo de otras drogas, de efecto aún más devastador. Creemos que el Estado se equivocó cuando tomó este camino hace ocho años y se sigue equivocando al día de hoy. En vez de aumentar el THC para seguir compitiendo infructuosamente con los narcos, se debe implementar una campaña efectiva de concientización del daño, a veces irreversible, que genera el consumo de la marihuana, particularmente en la edad temprana en que se afecta el normal desarrollo del cerebro”, consideró el senador.
También planteó que si “cuando compramos una cajilla de cigarrillos se ven fotos impactantes del estrago que el tabaco genera” se debería tener “el mismo espíritu disuasivo” aplicado a “una campaña agresiva que muestre el efecto devastador que genera el consumo de cualquier droga, comenzando por la marihuana. Y debe hacerse a todo nivel, en los medios de comunicación pero sobre todo en la educación”.
“Miles de jóvenes han caído en la adicción a las drogas, muchas familias han sido destruidas. El Estado debe dar respuestas contundentes a este problema que robándoles la vida a nuestros jóvenes, que por otra parte son cada vez menos, comprometen las posibilidades de desarrollo del país”, manifestó Manini Ríos. Nuevamente, al referirse a la adicción a las drogas, no indicó si se refería específicamente a la marihuana, si hablaba de drogas ilegales o si también incluía las consecuencias que provoca el alcoholismo.