“Si hay algo que no es tibio es un veto”, fueron las palabras del presidente Luis Lacalle Pou como respuesta a las declaraciones del senador y líder de Cabildo Abierto (CA) Guido Manini Ríos, quien en un acto de cierre del año cuestionó la “tibieza” del gobierno de coalición. El mandatario hizo alusión a su contragolpe, la decisión de vetar la ley forestal impulsada por CA, que se aprobó con los votos del Frente Amplio (FA). El veto del 17 de diciembre, ratificado el miércoles en la Asamblea General, coronó un año parlamentario marcado por el tire y afloje entre los socios de la coalición y algunas alianzas esporádicas con la oposición, con CA como protagonista de controversias internas.
Los politólogos coinciden en que el socio más irreverente de la coalición tensionó al oficialismo al llevar a Lacalle Pou a ejecutar su primer veto presidencial, del que advirtió un año atrás, pero también destacan que fue “un paso más allá” en la dirección en la que ya se venía moviendo CA. El politólogo Diego Luján afirmó que se trata del socio “más díscolo” de la coalición y el que “ha mostrado menos affectio societatis [voluntad de asociarse]”, lo que quedó reflejado en “varias instancias en las que se despegó del resto de manera más o menos explícita”.
Una de las discusiones parlamentarias en las que CA se desmarcó fue la referida a la ley de medios, que sustituirá a la vigente ley de servicios de comunicación audiovisual, y que debido a los reparos del partido no logró salir de la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados este año. Las idas y vueltas de CA en torno a este proyecto generaron malestar en parte del oficialismo, por entender que los cabildantes no tenían voluntad para destrabar el asunto, sino que pretendían atar el apoyo a otras negociaciones paralelas. En diálogo con la diaria en junio, el diputado colorado e integrante de la Comisión de Industria Martín Melazzi calificó como “una irresponsabilidad” que CA continuara en su posición de dilatar la votación. “¿Estamos jugando al escondido? ¿Al truco con las cartas vistas?”, inquirió.
Como contrapartida, en julio el partido de Manini presentó una propuesta propia para que la Corte Electoral controle la “imparcialidad” de la información política que se brinda en los medios de comunicación, pero no hubo voluntad política de los socios de la coalición para que prosperara o se incluyera en el proyecto de ley de medios. Entre otras cosas, en el oficialismo cuestionaron que CA haya hecho este planteo más de un año después de que se comenzara a discutir el proyecto de ley de medios, una de las normativas que el gobierno pretendía aprobar con rapidez al inicio del período.
Sin concesiones
Otro hito político del año fue el acuerdo del gobierno con Katoen Natie, que generó una larga discusión en la que CA también se desmarcó de sus socios, posición que mantuvo incluso al efectuar el FA una interpelación al anterior ministro de Transporte y Obras Públicas, Luis Alberto Heber. Dirigentes cabildantes criticaron al gobierno por la falta de informes jurídicos que avalaran la decisión de extender la concesión de la terminal de contenedores del puerto de Montevideo hasta 2081. “A mí no me gusta el pensamiento cortoplacista, pero veo que en lo único que no somos cortoplacistas es para las concesiones”, reflexionó el diputado Sebastián Cal, en diálogo con la diaria, en mayo.
También este año, en noviembre, el gobierno adjudicó seis aeropuertos del interior a Puerta del Sur, la concesionaria del aeropuerto de Carrasco, y la decisión fue rápidamente criticada por el senador Guillermo Domenech. Afirmó que el Ejecutivo “no tiene la necesaria legitimidad política como para comprometer al país por períodos tan extensos”, y aseguró que el proceso fue “incuestionablemente parecido al tema del puerto [en referencia a la negociación con Katoen Natie], como es parecido al tema de UPM [para la instalación de la segunda planta de celulosa en el último gobierno del FA], que creo que abre la saga de este tipo de contratos”.
Sólo dos días después de conocerse esta noticia sobre los aeropuertos, CA anunció que preparaba un proyecto de ley para que todas las concesiones –y el otorgamiento de zonas francas– que dé un gobierno por un plazo más allá de su mandato deban ser analizadas por el Poder Legislativo y recibir la venia del Senado.
Lozano: “Leales pero no obsecuentes”
“No sólo porque haya puesto un veto un gobierno es o deja de ser tibio”, afirmó el senador cabildante Raúl Lozano sobre las afirmaciones del presidente. En diálogo con la diaria, el legislador hizo un balance del episodio del veto de la ley forestal, en el que destacó la falta de apoyo del resto de la coalición: “No sólo no nos apoyó, sino que no le agregó una coma al proyecto nuestro. Se dijo que no de una y no se quiso adoptar una actitud positiva para tratar de mejorarlo”, expresó.
Lozano dijo que CA fue “muy cuestionado” por haber votado con el FA, pero remarcó que el proyecto lo presentó su partido, y desestimó “la dramatización que se quiere hacer cuando el FA votó un proyecto nuestro; cosa que nadie hizo cuando, por ejemplo, el Partido Nacional votó un proyecto del FA para la concesión por 50 años de los aeropuertos”. Lozano indicó que las concesiones de los aeropuertos derivaron de una ley aprobada a finales del año pasado, con votos en contra de CA, que tomó como base un proyecto de ley que envió el gobierno del expresidente Tabaré Vázquez el último día de su mandato.
“Somos el partido que, por lejos, más proyectos hemos presentado. Lo cierto es que la mayoría están en estudio en las distintas comisiones, porque no hemos tenido suerte en la aprobación”, analizó Lozano, y puso como ejemplo el proyecto de tenencia compartida, “que estaba próximo a votarse” cuando Ciudadanos –sector del Partido Colorado– “puso una salvedad y no se votó”.
El senador reconoció que hubiera querido tener más apoyo de sus socios en el trabajo parlamentario. “A veces, los tiempos parlamentarios son bastante más lentos que los tiempos de la gente. Hemos presentado unos cuantos proyectos de ley, pero no hemos tenido la aprobación que nos hubiera gustado tener de nuestros socios de la coalición, por lo menos por el momento”, confesó.
Por otro lado, dijo que su partido no comparte el mote de “rebelde”, sino que lo calificó como “leal”, pero “no obsecuente”. Cabildo Abierto “es el partido más leal de la coalición de gobierno, no confundiendo lo que es la lealtad con la obsecuencia. Somos leales pero no somos obsecuentes, cuando vemos que algo no nos conforma o no estamos de acuerdo se lo manifestamos al Poder Ejecutivo, y si no tenemos que votarlo o tenemos que modificarlo, nosotros no lo votamos”, aseveró.
Luego, puntualizó que “todo lo que está en el ‘Compromiso por el país’ se va “a cumplir, como venimos cumpliendo absolutamente todo”. “También digo que somos los más leales porque ninguno de nuestros ministros se ha apartado de la cartera; nuestros dos ministros [Daniel Salinas e Irene Moreira] están desde marzo de 2020 cumpliendo con sus obligaciones”, acotó. Pasando raya a casi dos años de la asunción del gobierno de la coalición multicolor, han salido del cargo seis ministros, tres de ellos colorados: Ernesto Talvi, Germán Cardoso y Carlos María Uriarte. Los otros recambios responden al fallecimiento de Jorge Larrañaga, el cambio de cartera de Heber, y la desvinculación de Pablo Bartol.