El Ministerio de Economía y Finanzas anunció este miércoles que la calificadora de riesgo Fitch Rating mantuvo la nota de la deuda uruguaya en BBB- –el escalón mínimo de grado inversor– y mejoró la perspectiva económica de “negativa” a “estable”.
En la última evaluación de la agencia calificadora, en junio de este año, se mantuvo el grado inversor pero con una perspectiva negativa. En ese momento, la agencia apuntó que el país venía con un crecimiento “estable pero bajo (el más bajo entre los pares ‘BBB’ antes de la pandemia), alta inflación, problemas estructurales que limitan la flexibilidad de las políticas, y un gran volumen de deuda en moneda extranjera”.
En esta ocasión, en cambio, la agencia explica que la revisión de la perspectiva responde a la “resistencia fiscal” durante la pandemia y “la continua mejora de la posición fiscal estructural”.
En cuanto a la calificación, Fitch manifiesta que se “apoya en un PIB per cápita relativamente alto, en unos indicadores de gobernanza sólidos y en una solidez institucional que se manifiesta en el éxito de la vacunación, así como una sólida posición de liquidez externa”. No obstante, también se señala “un débil crecimiento económico y una recuperación relativamente lenta tras la pandemia, la elevada deuda pública y su gran componente en moneda extranjera, un historial de alta inflación y una flexibilidad de la política que es débil en el contexto de la dolarización, la indexación y la poca profundidad de las finanzas”.
La agencia proyecta un crecimiento del PIB de 3,4% en 2021 y un crecimiento de 2,7% en 2022, tras una caída de 5,9% el año pasado, que es superior a lo que se había proyectado. “La importancia relativa del rezagado sector turístico y un pequeño esfuerzo de política anticíclica en comparación con sus homólogos han supuesto una recuperación más lenta que la mediana ‘BBB’ y la regional”, analiza. De todas formas, se destacan como factores de la recuperación de Uruguay la inversión de UPM II, el crecimiento de las exportaciones y la mejora de la confianza.
En cuanto al endeudamiento, Fitch prevé que disminuya hasta 65% del PIB (en 2020 fue 66,2%). Esto responde al impacto de la ley que habilita a los llamados “cincuentones” a mover sus ahorros de las AFAP al Banco de Previsión Social, y la “cancelación parcial de los bonos emitidos para recapitalizar el Banco Central a finales de 2021”.
Asimismo, se proyecta un crecimiento lento de la deuda, “desviándose de la ‘BBB’” proyectada y que vuelva “a caer por debajo de 60% en 2022-2023”. “Estas proyecciones suponen una depreciación del peso en línea con la inflación relativa, pero son muy sensibles a cualquier divergencia en estas variables”, se señala en el informe.