La cumbre de presidentes del Mercosur del próximo jueves se resolvió que finalmente sea de forma virtual, y así se alteró la agenda original del presidente Luis Lacalle Pou, que ya no asistirá desde Catar sino que participará desde Uruguay. Quien no varió sus planes fue el ministro de Industria, Omar Paganini, quien viajará este martes rumbo a Brasilia para mantener una serie de reuniones en la previa de la cumbre del bloque regional.
Entre esas actividades, está previsto un encuentro con el ministro de Minas y Energía de Brasil, Bento Albuquerque, un almirante de la Armada elegido por Jair Bolsonaro en 2019 y de los pocos que perduran del primer gabinete.
Según supo la diaria a través de fuentes oficiales, entre los temas sobre la mesa estará la exportación de energía hacia Brasil que viene realizando Uruguay, que alcanzó niveles récord este año y que, a raíz de las ganancias derivadas hacia Ancap, posibilitó no aumentar los combustibles en los últimos meses según los anuncios del gobierno.
El escenario que adelanta el gobierno es que Brasil, ante la proyección de que continúe la sequía que afecta sus niveles de generación, buscará un acuerdo para asegurarse un suministro desde Uruguay y a cambio obtener un menor precio por la compra de energía. Hoy los pagos se realizan al precio spot, es decir, al costo de producción de la fuente más cara que esté activa, en general las centrales térmicas que UTE prende para cumplir con la demanda de Brasil.
Según las fuentes, no es seguro que se pacte un acuerdo en esta primera oportunidad, pero sí se escuchará la propuesta de Brasil y se buscará avanzar. Un potencial acuerdo, por ejemplo, sería que del total de 570 megavatios que tiene la interconexión hacia Brasil —con la conversora de Melo con 500 megavatios y el resto en la central de Rivera—, se asegure una potencia contratada de 200 megavatios durante un mes a un precio determinado. Al tener ya una demanda asegurada, se puede planificar la generación y reducir costos. Del otro lado, Brasil tendría energía ya disponible para su suministro y a un precio más bajo.
Según consignó El País, la presidenta de UTE, Silvia Emaldi, dijo la semana pasada que en el encuentro bilateral —del que participarán representantes del ente— se buscará “coordinar algunas acciones que hagan que el suministro tenga cierta regularidad, por lo menos en los primeros meses del año, que van a ser difíciles para Uruguay también porque están pronosticadas muy pocas lluvias hasta fines de marzo”. El objetivo, planteó, es “llegar a acuerdos [de suministro de energía] que ojalá puedan ser de forma más regular y no tan coyunturales como han sido hasta el momento”.
En esas declaraciones Emaldi explicó que las ofertas de energía que UTE hace a Brasil son semanales y el país vecino decide “de acuerdo a sus necesidades”. Informó que en las últimas dos semanas no se habían concretado envíos, porque Brasil mejoró “levemente su situación” climática para la generación de energía.
Los ingresos de UTE entre enero y setiembre por la exportación de energía principalmente hacia Brasil llegaron a 376 millones de dólares, multiplicando por 17 lo facturado en igual período de 2020.