El Mercosur cierra el 2021 sin consenso sobre su rumbo y funcionamiento, tras una cumbre virtual de presidentes en la que los cuatro países socios dejaron claras sus posiciones y prioridades. Uruguay quedó en solitario, ya que a raíz del debate sobre el arancel externo común (AEC) se distanció del gobierno brasileño. El comunicado final, que incluyó un párrafo sobre el acuerdo entre Argentina, Brasil y Paraguay para rebajar el AEC, no fue acompañado por Uruguay, que había propuesto ‒como suele ocurrir en esas instancias‒ dejar de lado este tema para sacar una declaración por consenso.

La cuestión de fondo y la posición del gobierno de Luis Lacalle Pou, según dijeron fuentes oficiales, es que Uruguay no varió su postura a lo largo de este año, ya que desde el inicio planteó que la rebaja del AEC iba ligada a una flexibilización normativa del bloque. Esto porque la pretensión es poder negociar acuerdos comerciales de forma individual, sin necesidad de tener el aval de los demás países, en busca de agilizar la inserción internacional. En esa línea avanzan las conversaciones iniciales con China en busca de un tratado de libre comercio (TLC), tema que sigue pendiente de debate en el Mercosur, ya que no fue mencionado al menos de forma directa en la cumbre.

La instancia entre mandatarios de la región que sirvió para traspasar la presidencia pro témpore de Brasil a Paraguay, tuvo discursos en los que los socios marcaron distintos énfasis sobre los asuntos en discusión a la interna del Mercosur.

Arancel “seguirá siendo prioridad”

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, señaló que ante la pandemia se demostró la relevancia de los precios de productos sanitarios que se deben importar, y asoció esto a la insistencia de su país de bajar el AEC, la tasa a las importaciones extra bloque. A comienzos de año, Brasil y Uruguay realizaron esfuerzos conjuntos para acordar en el Mercosur una rebaja del AEC y la flexibilización, pero con prioridades distintas. Al no haber acuerdo con Argentina y Paraguay por el segundo tema, Brasil avanzó con la baja del arancel y acordó una reducción parcial en una reunión de cancilleres de los dos socios principales del bloque, para luego implementar la medida de forma unilateral y excepcional ‒hasta final de 2022‒.

“Lamentamos que no hayamos logrado acuerdo [entre los cuatro países] sobre este tema en el semestre”, dijo Bolsonaro, y mencionó “el esfuerzo de Brasil”, que “aceptó” rebajar sus expectativas y acordar una reducción del AEC menor a la deseada. “Esto trae beneficios” a los países del Mercosur y “seguirá siendo prioridad en la agenda”, señaló el mandatario.

Para ratificar esta cuestión, el organizador de la cumbre virtual incluyó como segundo punto de la declaración final ‒que comienza celebrando los 30 años del tratado fundacional del Mercosur e incluye un repaso de lo hecho en el semestre‒ un párrafo sobre el AEC, que derivó en que Uruguay no acompañe el mensaje. Allí los tres socios “destacan su compromiso de revisar el AEC como instrumento clave para el fortalecimiento de la unión aduanera del Mercosur”, además de que “se comprometieron a alcanzar un acuerdo cuatripartito”, con Uruguay dentro, “en la próxima presidencia pro tempore”.

Sobre ello habló Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay, que se mostró durante este año cercano a las posturas de Argentina. Planteó que será “prioritario” lograr una rebaja consensuada del AEC y que hubo “un acercamiento” de las posturas internas. También se refirió a la política exterior del bloque y pidió avanzar en “los procesos de integración regional”, apostando “al diálogo y la tolerancia ante las divergencias”.

“De la lógica de la rivalidad a la integración”

Alberto Fernández, mandatario argentino, habló en cuarto lugar y reconoció que hay una “gama de intereses comunes muy amplia” entre los socios; sin embargo llamó a pasar “de la lógica de la rivalidad hacia la dinámica de integración y cooperación”. En ese sentido, celebró “la declaración de cooperación en áreas de defensa, como puntapié inicial para conformar una agenda de intereses comunes”.

Además, en un eventual tiro por elevación a la intención de Uruguay de negociar con China, que tiene en Argentina a su principal crítico y defensor de la unidad de acción comercial del bloque, Fernández sostuvo: “No hay futuro para países ermitaños que se encierren en sí mismos o emprendan aventuras en soledad”. Por contraposición, destacó que “la vecindad es una condición natural que se convierte en una ventaja comparativa cuando se le agrega el valor del esfuerzo conjunto de la construcción permanente”.

Fuentes diplomáticas argentinas dijeron a la diaria que es conocido que Uruguay no es contrario a rebajar el AEC y esta medida “se va a imponer” en el bloque, porque se lo considera una cuestión “más concreta” que la discusión sobre la apertura comercial, un tema más álgido. Sobre esto último, se marcó que otra sería la urgencia para hablar si Uruguay mostrara que tiene avanzado los estudios hacia un TLC con China.

Si bien el gobierno de Lacalle Pou no tiene reparos en rebajar el AEC, entiende que ceder eso sería el punto final a su intención de flexibilizar la normativa del bloque para lograr mejores acuerdos comerciales. Sin embargo, con las posiciones de las últimas semanas podría quedar embretado. Desde Argentina interpretan que en el gobierno de Brasil primó la posición reticente a la apertura que procura Uruguay, defendida por la cancillería y los sectores industriales, en detrimento de la visión aperturista del ministro de Economía, Paulo Guedes.

El especialista en comercio internacional Marcel Vaillant, profesor de la Universidad de la República, había dicho esta semana a la diaria que creer “que Uruguay tiene un arma para presionar a Brasil es bastante peligroso”, y por eso entendía que apoyar la baja del AEC no era “resignar ningún objetivo” por parte del gobierno.

“Debemos llegar a un punto medio”

Lacalle Pou realizó una intervención de algo más de cinco minutos en la que destacó algunos avances en la agenda bilateral con los dos países vecinos y saludó al presidente chileno, Sebastián Piñera, de quien recordó que tuvo “generosidad y apoyo” en “el momento en que necesitábamos hacer llegar vacunas”.

“Uruguay ha sido claro en cuál es el camino, estamos convencidos de que ese es el camino por seguir e insistiremos en los tiempos que vienen”, expresó Lacalle Pou respecto a la flexibilización. Previamente, había mencionado que hay “tensiones entre los intereses nacionales”, y “lo que debemos hacer es llegar a un punto medio para que todos los partícipes se sientan satisfechos”.

Según el mandatario, el bloque en este último período no pudo lograr “entendimientos totales porque había una parte del Mercosur que no veía en este proceso de modernización la totalidad de esos intereses satisfechos”. Pero subrayó que lo que sí había era “un sinceramiento” de los socios y sus intenciones.

“Todos sabemos hacia dónde vamos, cuáles son los intereses”, dijo. A la vez remarcó que Uruguay demostró que tiene “vocación de pertenecer al Mercosur, quizás con un futuro próximo un poco distinto, pero es allí donde tenemos que seguir tratando de hablar para prosperidad y libertad”.

“Somos optimistas, el mundo necesita nuestros productos, de la inteligencia de nuestros compatriotas, está ávido de mirar a esta región del mundo y nosotros como uruguayos y Mercosur seguimos apostando firmemente y de manera muy optimista al mundo”, sentenció Lacalle Pou.

Sobre el tema de la inserción del Mercosur, en la declaración final de la cumbre se menciona como balance del semestre “un memorando de entendimiento para la promoción del comercio, la inversión y la cadena productiva” con República Dominicana, y el acuerdo para realizar “un diálogo exploratorio con miras a negociar un acuerdo comercial” con El Salvador.