Con el inicio de un nuevo período de gobierno y en el comienzo de la emergencia sanitaria, las actuales autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) hicieron cambios de conducción en el primer nivel de atención del área metropolitana. Una de las primeras remociones fue la de la directora de la Red de Atención Primaria (RAP) Metropolitana, Ana Noble, quien continuaba al frente de la gestión desde el período pasado.

Noble había sido cesada en abril del año pasado luego de habilitar el cierre momentáneo de unas 60 policlínicas de la zona por no cumplir con los protocolos necesarios para evitar la propagación de la covid-19. La medida no había sido bien recibida por el directorio, y el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, le comunicó telefónicamente que había sido removida.

En su lugar asumió Gabriela Lamique, por entonces subdirectora del hospital Pasteur. Sin embargo, según confirmó la diaria, el 29 de enero la directora renunció a su cargo y anunció a sus colegas que la sucedería Federico Focco, que hasta el momento se desempeñaba como médico en el centro de salud de Ciudad de la Costa.

El martes, la subdirectora de la RAP Metropolitana, Izabell Nigro, quien ingresó junto a Lamique, les anunció mediante una videollamada a los equipos de gestión de todos los centros de salud de la RAP Metropolitana que también renunciaría a su cargo. Según supo la diaria, Nigro manifestó a sus colegas que existió una “pérdida de confianza” del directorio de ASSE con la gestión al frente de la RAP Metropolitana, que desencadenó en las renuncias.

Tanto Lamique como Nigro, que volverán a sus puestos presupuestados como médicas en ASSE, declinaron hacer declaraciones a la diaria. Fuentes de la salud informaron a este medio que “la gota que desbordó el vaso” fue un desencuentro entre Cipriani y Lamique a raíz de la falta de medicamentos que se dio en enero en varios centros de salud de Montevideo, pero también del interior del país. En concreto, la discusión giró en torno a la situación en el Centro de Salud del Cerro de ASSE, que se hizo pública luego de que el 19 de enero la Organización de Usuarios de la Salud del zonal 17 del municipio A denunció los problemas vinculados al faltante de unos 50 medicamentos.

Desde la RAP Metropolitana explicaron a la comisión interna del centro (de la Federación de Funcionarios de Salud Pública) que los medicamentos habían sido encargados el 14 de enero y que el faltante correspondía a atrasos de los laboratorios y problemas de logística, pero que en el transcurso de esa semana llegarían. Según supo la diaria, Cipriani le reclamó a Lamique que al reconocer la falta de medicamentos no estaba actuando de manera política; ella le respondió que al asumir había quedado claro que iba a desempeñar un cargo técnico y que no entendía que estuviera actuando de manera política. El punto es que al momento de asumir el cargo, tanto Lamique como Nigro le habían planteado a Cipriani que querían ocupar cargos técnicos pero, en los hechos, terminaron tornándose políticos, y ellas se veían limitadas para hacer cualquier comentario técnico, porque desde el directorio de ASSE se les decía que no cumplían con los lineamientos políticos.

Durante esa conversación, según confiaron fuentes a la diaria, Cipriani le habló en malos términos a Lamique. Ese fue el detonante, en medio de una pérdida de confianza que sintieron Lamique y Nigro a lo largo de sus diez meses de gestión, e implicó, automáticamente, la denuncia de Lamique, a la que pocos días después se sumó la de Nigro.

la diaria intentó sin éxito comunicarse con Cipriani.

La explicación de los faltantes de medicamentos

El 27 de enero, en la Comisión de Salud del Senado, Cipriani resaltó que los faltantes de medicamentos fueron casos “puntuales”, aunque aclaró que no los justificaba. “En lo personal –y esto lo venimos hablando a nivel del directorio–, considero que en ASSE no venimos gestionando bien el medicamento, y esta vez no ha sido por falta de rubros”, planteó.

Según explicó, ASSE no cuenta con un “buen stock de medicamentos”, pero se está trabajando para implementar un “plan logístico distinto” para poder comprarlos. “Actualmente ASSE adquiere medicamentos en forma descentralizada y alguno en forma central. Si lo pensamos en términos de negociación básica, estamos perdiendo capacidad de negociación; no es lo mismo que cada hospital compre de a cinco cajas que si podemos comprar 300 cajas juntas; el poder de negociación es otro”, ejemplificó.

En referencia a la falta de medicamentos en el Cerro, Cipriani dijo que cuando trascendió en redes sociales que había faltante en el centro asistencial, Lamique se había contactado “inmediatamente” con la dirección del centro y, según Cipriani, la propia directora desmintió esa versión.

De todas formas, Cipriani dijo que la falta de medicamentos es un problema histórico de la institución y la estrategia de esta administración es poder comprar con stock. “Nos dimos cuenta de que este es un problema, porque hay farmacias que manejan un stock corto. Hay que manejar stock y de esa manera se podría solucionar la situación”, explicó.

Vuelta a la centralización

Según supo la diaria, parte del desgaste de Lamique y Nigro en la Dirección de la RAP Metropolitana tuvo que ver, también, con una pérdida de la autonomía en la toma de decisiones. Varias fuentes confiaron que se está en proceso de desandar la descentralización iniciada por ASSE en los últimos períodos y que decisiones que antes partían de las direcciones de los centros y que luego recibían el aval del Directorio, ahora ya no parten de los servicios, sino del Directorio y de la Gerencia General de ASSE.

En 2013 el Directorio de ASSE había implementado una estrategia impulsada por la Organización Panamericana de la Salud de crear Redes Integradas de Servicios de Salud y creó las direcciones regionales, que apuntaron a la descentralización de la toma de decisiones para superar las divisiones de los niveles de atención (el primer nivel son los centros ambulatorios, como policlínicas, el segundo es el de hospitales generales y el tercero hospitales con CTI o especializados).

En la sesión de la Comisión de Salud del Senado del miércoles 27, Cipriani comentó que se había creado “una dirección del primer nivel de atención a cargo del profesor Julio Vignolo y de la doctora Alicia Sosa, que son grado 5 y grado 4 de la Cátedra de Medicina Familiar y Comunitaria” y que se había hecho “para potenciar” el primer nivel de atención, que es el que se da en policlínicas y en contacto con la comunidad.

Sin embargo, por el momento el trabajo del primer nivel de atención está enfocado en la pandemia. Fuentes informaron a este medio que a la mayoría de los especialistas en medicina familiar y comunitaria se les han recortado las horas de trabajo que tenían con la comunidad, en las que hacían actividades orientadas a la prevención de enfermedades y a la promoción de salud, como talleres en escuelas, con embarazadas, espacios de cesación del tabaquismo, intercambios con redes de vecinos o el impulso a huertas comunitarias. La explicación que recibieron los médicos de parte de ASSE es que el trabajo debe orientarse a la atención de la covid-19 y que es para evitar la propagación del virus, pese a que muchas actividades pueden hacerse al aire libre, con distancia física y tapabocas. Lo cierto es que el contacto con la comunidad es cada vez más restringido y a eso se suma la postergación de las consultas por patologías crónicas, cuyas consecuencias ya se están viendo.