El Comité Central del Partido Socialista (PS) elaboró su plan político para marzo 2021-marzo 2022, en el que plasma una visión crítica sobre su desempeño y el del Frente Amplio (FA) en los últimos años y establece una serie de objetivos para fortalecer al sector, muy golpeado por los resultados de las últimas elecciones. Entre los objetivos principales del PS se destacan el relanzamiento del bloque popular alternativo, para potenciar el diálogo con las organizaciones sociales del campo popular, y la reivindicación del “mensaje socialista” como una alternativa posible a los planteos del gobierno.
“Nosotros creemos que el partido entró en una fase de afirmación y de apertura y queremos afirmar eso, queremos que el partido se pueda abrir más a la sociedad”, sostuvo en diálogo con la diaria el secretario general del PS, Gonzalo Civila. Como indica el documento, el PS considera que la campaña contra los 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC) “es hoy la primera y principal tarea de confrontación con el modelo antipopular del gobierno y la defensa de las conquistas democráticas”.
El PS identifica en el diálogo con las organizaciones sociales en el marco de la campaña contra la LUC una oportunidad para fortalecer su relacionamiento con el campo popular, lo cual se conecta con el segundo objetivo central: potenciar el “mensaje socialista” y la “presencia y vitalidad de una alternativa posible a la actual hegemonía”. Esto, se señala en el documento, “requiere la articulación de una potente corriente socialista en el movimiento popular, que trascienda al propio partido”.
“El peor riesgo que enfrentamos es que se naturalice la actual situación, justificándola en la pandemia, en la ciencia o en el ‘sentido común’, como lo quiere la derecha. Por eso es imprescindible una nítida actitud opositora junto con el planteo claro y rotundo de alternativas”, observa el PS, que también establece objetivos “específicos” y “tareas” a desarrollar para la consecución de las metas planteadas, una de las cuales es “reconstruir y democratizar la estructura del Partido”. “Este objetivo implica fortalecer la condición de partido revolucionario en sus objetivos y estructura, recuperando la organización capaz de luchar colectivamente en todos los planos donde se construye poder”, plantea.
El documento incluye una autocrítica del proceso del FA como oposición en lo que va del período de gobierno comenzado en marzo de 2020, y allí se manifiesta que “el Frente Amplio, como oposición, no ha tenido un buen desempeño”. Para el PS, el FA “aparece desperdigado, con idas y venidas y sin una voz unitaria o un mensaje claro y radicalmente diferente a las opciones del gobierno”.
“La percepción de muchos frenteamplistas es que no llamamos a las cosas por su nombre. Si el gobierno sabe entretener al FA con sus planteos, el propio FA, en ocasiones, se encarga de aumentar la cuota de digresión con sus propias iniciativas y debates públicos. En este marco se inscriben las dificultades de las bancadas parlamentarias para tener una única voz y de la dirección política del Frente Amplio para conducir”, se afirma en el documento. Al respecto, Civila señaló que cuando el PS plantea críticas al FA lo hace “desde una perspectiva de autocrítica. Nosotros estamos dentro y somos responsables de las cosas que se hacen bien y de las que se hacen mal. Estamos en este barco y los problemas del Frente también son problemas nuestros”, sostuvo el diputado.
El documento del PS también incluye una mirada introspectiva: si bien destaca que enseguida de culminado el ciclo electoral nacional -“con resultados negativos”- comenzó “una exhaustiva labor de autocrítica” y “un proceso de apertura y diálogo” que se plasmó en el Encuentro de Militantes Sociales, propone “no desconocer” las “dificultades y desafíos” que enfrenta el sector “en el marco de una crisis que lleva ya muchos años”. En ese sentido, el PS hace un llamado a “superar el internismo” y “recuperar la fraternidad en la convivencia interna y la identidad política” mediante “un diálogo fecundo con el afuera” de forma de ampliar el alcance de sus ideas y su “praxis revolucionaria”.
“El necesario equilibrio entre diversidad, coherencia y capacidad de superar inercias y parálisis es un desafío inmediato”, afirma el PS, en el entendido de que “el resultado de las políticas antipopulares aplicadas por el gobierno significará un deterioro de la calidad de vida de las mayorías” y que “el descontento no genera automáticamente conciencia”. Para contrarrestar esto, considera, “se requiere contar con un partido fuerte en lo ideológico, con claridad de objetivos y abierto a la sociedad” y “con una estructura potente de militantes comprometidos [...] convencidos y capaces de convencer a otros”.
El PS propone fortalecer la llegada de las estructuras del partido a las generaciones más jóvenes, y en ese marco anuncia la creación de la fundación Casa Del Pueblo, “conducida e integrada por militantes del partido y militantes sociales extrapartidarios” para desarrollar “un programa de formación en educación popular dirigido a cuadros sociales y políticos populares”. Además, sugiere a sus legisladores “promover las interpelaciones parlamentarias toda vez que la situación social y económica lo amerite”.
El balance del “ala renovadora”
Dirigentes de la llamada “ala renovadora” del PS presentaron un documento al Comité Central, en el que realizaron su propio balance del proceso electoral y un análisis del sector y del FA. Allí se señala que el proceso electoral dejó un “sabor amargo”, que atribuyen, en parte, a que el “ímpetu reformista” de los gobiernos de la coalición de izquierda “mostró una energía decreciente”, y a la dificultad del FA para transmitir los cambios impulsados. Asimismo, se manifiesta que hubo un error por parte del FA al tratar a “todo lo rural por igual” en referencia a la “oligarquía rural”, “generando la idea de tener gobiernos de espalda al campo, concepto muy explotado por la derecha”.
En cuanto a la situación interna, se señala que “el PS cosechó una pésima performance electoral, con caída de casi 50% de votos tanto a nivel nacional como en Montevideo y caídas relevantes en varios otros departamentos”, y que “hubo incapacidad (o decisión negativa explícita) de mostrar la diversidad interna del PS como una fortaleza, que podría ampliar la llegada del mensaje político del partido a otros sectores sociales y culturales, y diversificar a nuestros voceros”. Asimismo, se reconoce que los “conflictos internos jugaron un papel relevante en la pérdida de votación”.
Por otra parte, se sostiene que la conducción actual del PS, liderada por el secretario general, ha ignorado al ala renovadora. “Entendemos que la actual conducción partidaria optó explícitamente y desde el comienzo de su gestión por prescindir de la minoría del PS. Esto choca de frente con la situación en el período anterior de dirección, en el que la distribución de los espacios de conducción interna era equitativa”. También se cuestiona que frente a la renuncia de históricos dirigentes del PS, la dirección se haya limitado a “procesar administrativamente la desafiliación”. “Nuestro PS perdió no sólo el aporte desinteresado, la capacidad y la experiencia de tantos y tantas (más de 300, sin dudas), sino la enorme acumulación política que representaban”, afirmaron.
Consultado al respecto, Civila expresó que en la sesión del fin de semana, que duró 17 horas, “hubo aportes muy diversos que fueron parte de un debate interno que se sintetizó” en el plan político, y consideró que, en ese contexto, el documento de los renovadores es “muy respetable, como todos los aportes que se hicieron”, pero aclaró que está “firmado por diez u once compañeros, en el marco de un Comité Central de 71”. “El Comité Central tiene 71 integrantes y hubo nueve abstenciones a la hora de votar el plan político, lo que habla de que una enorme mayoría del Comité Central lo acompañó, y no hubo ningún voto negativo. Los esfuerzos de síntesis son esfuerzos cotidianos; yo estoy muy contento con lo que logramos, después de una etapa compleja”, reflexionó Civila.
“El partido viene desde hace muchos años con unas situaciones internas bastante traumáticas. Esta capacidad de definir un plan articulado con objetivos políticos, algunos muy profundos, de una manera tan consensuada, a mí me parece que es un dato muy importante”, resaltó el dirigente.