La Coordinadora Popular y Solidaria de ollas populares y merenderos, que nuclea a unas 150 ollas de Montevideo, discutió el jueves en su plenario el planteo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que anunció que transferirá recursos para la compra de alimentos a través de la organización social Uruguay Adelante.

Paola Beltrán, integrante de la coordinadora, contó que en una reunión que tuvieron con el ministro Pablo Bartol el miércoles se le planteó al Mides continuar con el vínculo con el Instituto Nacional de Alimentación (INDA), pero se les transmitió lo que ya se había anunciado en la prensa: que se decidió tercerizar la actividad a través de Uruguay Adelante. “En principio nos llama la atención, es una organización que no tiene ni un año de formada y recibe una suma importante de millones de pesos para compras de mucho volumen a nivel privado”, consideró Beltrán, que acotó que los 65 millones de pesos que manejará la organización “no es de presupuesto del Mides, sino del Fondo Coronavirus”.

Señaló que el aporte del Fondo Coronavirus “no es tan histórico”, ya que entre marzo y julio de 2020, según un informe elaborado por la Unidad de Extensión de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, con donaciones de la gente se alcanzaron los 300 millones de pesos para sostener a las ollas en ese entonces.

Beltrán consideró que lo que se propone es un “modelo distinto de gestión”, por ejemplo, respecto del vínculo que tienen con la Intendencia de Montevideo. “Sin entrar en la politización, son distintas formas en que el Estado se vincula con la gente: la intendencia, que dialoga con la organización social y en conjunto se construye la manera de utilizar los fondos públicos, compra los alimentos que nosotros le transmitimos a través de los relevamientos, y el Mides, que confía en un privado que entiende que es más eficiente”.

Además, cuestionó los dichos de Jesús Graña, uno de los integrantes de Uruguay Adelante, que dijo que el Mides encontró la forma de “transformar dinero en comida sin que en el camino se pierda dinero en salarios”, y advirtió que “cuando se institucionaliza una experiencia popular y solidaria hay que tener mucho cuidado, porque nosotros no somos trabajadores del Mides”.

Para la integrante de la coordinadora, con esta forma “se pretende diluir la organización social. Nuestro fin es conseguir insumos, gestionarlos, y aparece uno con un montón de dinero y empieza a repartir sin esa construcción colectiva del plenario, entonces los tejidos sociales se desvanecen”, opinó.

En la asamblea hubo delegados de las 14 redes de ollas y merenderos de Montevideo, y pese a que se manifestaron ciertas molestias con el nuevo mecanismo, se definió aceptar el convenio y rendir cuentas por los insumos ante el Mides, al igual que se hacía antes con el INDA.