El aumento de muertes violentas causadas por disparos de armas de fuego es una “epidemia que desangra” en Estados Unidos. Así calificó la situación su presidente, Joe Biden, quien este miércoles anunció nuevas medidas para intentar frenar un aumento sostenido en la violencia, que incluye aumentar la fiscalización de la venta de armas y traspasar recursos económicos a los estados que se comprometan a trabajar en torno al tema.
Acompañado por el fiscal general de Estados Unidos, Garland Merrick, Biden informó que tras una reunión con un grupo bipartidista de líderes civiles y de jerarcas de la Policía se llegó a diferentes estrategias para tratar de frenar el aumento de la violencia.
Según datos oficiales de la Casa Blanca, “los homicidios aumentaron 30% y los asaltos con armas de fuego 8% en las grandes ciudades en 2020. El número de homicidios en el primer trimestre de 2021 fue 24% más alto que el número de homicidios en el primer trimestre de 2020, y 49% más alto que en el primer trimestre de 2019”.
“Vimos un aumento en la violencia armada en todo el país desde el comienzo de la pandemia; es inaceptable y debemos tomar medidas para combatirlo, y es por eso que anunciamos un enfoque integral para prevenir y responder a los delitos con armas de fuego y garantizar la seguridad pública”, escribió Biden en su cuenta Twitter, luego de la conferencia.
Las nuevas medidas van en la misma línea que las comunicadas en abril, que apuntaban a endurecer el control de armas que se venden en partes y sin número de serie, por eso son conocidas como “armas fantasmas”; al mismo tiempo, también se espera que avance la legislación en torno a las armas de asalto, que todavía está pendiente de estudio en el Congreso.
En esta oportunidad Biden informó que el gobierno buscará que se comprueben los antecedentes de quienes quieran comprar un arma y buscará la prohibición de los fusiles de asalto porque, según opinó, “nadie necesita 30, 40 o 50 balas en su arma”. El mandatario aseguró que existen “demasiados vendedores de armas que creen que pueden salirse con la suya si venden armas a gente que no tiene permiso legalmente para tenerlas”, pero advirtió que durante su gestión habrá “tolerancia cero” en este tema.
Biden denunció que 5% de los comerciantes de armas del país venden 90% de las pistolas ilegales halladas en escenas del crimen, y los señaló como “mercaderes de la muerte que están rompiendo la ley para conseguir un beneficio económico”. “Si venden a propósito un arma a alguien que tiene prohibido portarla, si evitan a propósito controlar los antecedentes del comprador, si falsifican a propósito un historial... Mi mensaje para ellos es: los encontraremos y les sacaremos la licencia para vender armas”, prometió.
Señaló asimismo que se habilitó la desviación de fondos del plan de rescate de la economía para desarrollar estrategias de seguridad pública. En total, se estima que los estados contarán con 350.000 millones de dólares para contratar más policías, mejorar el equipamiento y ejecutar estrategias para arrestar a los traficantes de armas.
Al mismo tiempo, con estos fondos busca que cada estado pueda desarrollar políticas comunitarias, sostenidas por los propios vecinos, que hagan que los barrios sean más seguros, así como invertir en programas educativos destinados a prevenir la violencia, en particular en comunidades donde se ha registrado un aumento sistemático de los delitos.
En particular, Biden señaló que la administración central ya está en diálogo con 15 ciudades que se comprometieron a usar esos fondos para desarrollar programas que permitan anticipar un potencial incremento de la violencia durante el verano, algo que pasa de forma sostenida todos los años.
Los republicanos, por su parte, hacen énfasis en que el aumento en la violencia es producto de la estrategia política de Biden y elevan la crítica de cara a las elecciones de mitad del período, que se celebrarán en 2022. Elise Stefanik, número tres de los republicanos en la Cámara de Representantes, tuiteó este miércoles tras los anuncios de Biden: “Los números no mienten. Esta es su crisis” y resaltó que los tiroteos sólo en Nueva York crecieron 64% comparado con 2020.
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