Tras elegir a sus autoridades el domingo, este lunes la Convención Constitucional (CC) chilena no logró realizar su primera sesión, que tuvo que ser reprogramada para el martes por una serie de problemas de aforo e inconvenientes técnicos.
Mientras la derecha responsabilizó a la presidenta del órgano, la académica y activista mapuche Elisa Loncon, y al vicepresidente, el izquierdista Jaime Bassa, desde los otros grupos responsabilizaron al gobierno, que debía haber garantizado las condiciones mínimas imprescindibles para que se concretara esta sesión.
Según informó El Mostrador, el principal problema fue que en virtud de las restricciones debidas a la pandemia de coronavirus no estaban dadas las condiciones sanitarias de aforo para que los 155 convencionales puedan sesionar en el salón del ex Congreso chileno y las tres salas paralelas habilitadas no tenían el equipamiento necesario para reunirse.
“Llegamos y no estaba habilitado el sistema para poder tener reuniones en salas separadas por razones de aforo. No había ni siquiera micrófonos habilitados de una sala a otra”, expresó Fernando Atria, del grupo Apruebo Dignidad.
Desde la Lista del Pueblo, el convencional Manuel Woldarsky apuntó al Ejecutivo. “Tratamos de resolver cuestiones administrativas, audio, micrófonos, cámaras y pantallas”, siendo que “el gobierno tuvo todo el tiempo para hacerlo”. “Es difícil trabajar cuando no quieren ayudar”, añadió.
Por su parte, los representantes del Partido Socialista, el Partido Comunista y el Frente Amplio pidieron que el secretario general de la Presidencia, el ministro Juan José Ossa, renuncie a su cargo como responsable de la suspensión de la primera sesión de la CC. Al respecto, según informó El Mercurio, los socialistas manifestaron en una declaración pública que “no había audio ni micrófonos para comunicarse, ni pantallas habilitadas para vernos. La deliberación y el funcionamiento resultaron imposibles y tuvimos que cancelar la sesión”. “El colectivo socialista solicita la renuncia del ministro Ossa por el notable abandono de deberes y la repetida falta de disposición hacia la Convención. Responsabilizamos al gobierno de Sebastián Piñera por el permanente desinterés hacia el funcionamiento de la Convención”, agregaron.
A las dificultades técnicas se sumó el hecho de que no hubo acuerdo en cómo se repartirían en las salas. Mientras algunos planteaban separarse por sorteo, otros plantearon agruparse por grupos políticos, pero finalmente los bloques no lograron llegar a un acuerdo.
Desde la derecha, las críticas apuntaron a la mesa directiva de la CC. “En estos momentos estamos viendo una improvisación increíble de la presidencia y la vicepresidencia de la CC. Nos citaron a una sesión que no se puede realizar... condiciones sanitarias y técnicas impresentables. Y para colmo, a puertas cerradas (sin transparencia)”, expresó a través de sus redes sociales Ruggero Cozzi, constituyente por el sector derechista Renovación Nacional.